Día 23: Absorto en alegría

Escritura de hoy: Génesis 46:1-47:31

Pensamiento central: Aunque enfrentamos dificultades y decepciones, la promesa de Dios nunca cambiará; el cielo es una certeza

Jacob había aceptado el amargo hecho de que nunca volvería a ver a José. Su amado hijo estaba muerto. Sabía que el dolor siempre presente de esta separación lo acompañaría hasta su muerte.

Entonces recibió la increíble noticia de que José estaba vivo en Egipto. Imagínese la ansiedad y la confusión que experimentó Jacob cuando partió hacia Egipto con su familia, esperando que la noticia fuera cierta. A los 130 años de edad, emprendía un viaje a una tierra extraña, dejando atrás todo lo que había conocido y enfrentándose a un futuro incierto.

Dios sabía que Jacob necesitaba algo de tranquilidad, así que se le apareció en una visión y le dijo que no tuviera miedo. Dios lo convertiría en una gran nación, y José estaría con él cuando muriera (Génesis 46:3-4).

El momento en que Jacob posó sus ojos en José quedaría grabado en su memoria para siempre. José «abrazó a su padre y lloró durante largo rato» (46:29, NVI). ¡Todos los dolorosos años de pena se tragaron en ese momento de alegría!

José se reunió con el faraón y obtuvo permiso para establecer a su familia en Gosén. José proporcionaría comida y cualquier otra cosa que su familia necesitara.

Jesús ha ido a preparar un lugar para nosotros, para que podamos estar con Él para siempre. Hemos esperado año tras año su regreso. Su venida no parece estar a la vista, pero su promesa es segura. Cuando venga, todas las decepciones, penas y dolores que hemos experimentado serán tragados en su abrazo gozoso.

Oración devocional: Padre, cuando soportemos circunstancias dolorosas y nos desanimemos, recuérdanos que Tu venida es segura y que nos esperan alegrías eternas.

Lectura bíblica de hoy: Génesis 46:1-47:31; Mateo 15:1-28; Salmo 19:1-14; Proverbios 4:14-19