Día 32: El desierto en nuestras vidas

Escritura de hoy: Éxodo 13:17-15:18

Pensamiento central: Hay razones para los tiempos de sequía espiritual que todos experimentamos

Después de que Dios envió la última plaga a Egipto, el faraón se dio cuenta de que era inútil luchar contra el Dios de Israel, y dejó que los judíos se fueran. Los israelitas estaban eufóricos por estar finalmente en camino a la Tierra Prometida, pero no tenían idea de lo que les esperaba y de los años de pruebas y tribulaciones que enfrentarían.

En lugar de tomar la ruta más corta a través del país filisteo, Dios llevó a los israelitas por el desierto. Los judíos debieron de sentir que era innecesario e injusto llevarlos por una ruta más larga.

¿Cuántas veces hemos descubierto que el Señor nos ha llevado a una experiencia de desierto? Por alguna razón, nuestras vidas se vuelven aburridas. Ir a la iglesia se convierte en una tarea, y sentimos que nuestra alma está reseca. Nos sentimos incómodos y el estrés aumenta mientras nos preguntamos qué ha pasado y cómo podemos escapar.

¿Tienen algún propósito estas experiencias en el desierto? Sí, siempre hay una razón para lo que sucede en nuestras vidas. El Señor no nos promete seguridad financiera, salud floreciente y relaciones amorosas; pero promete no dejarnos nunca.

La experiencia del desierto nos ayuda a aprender a no apoyarnos en nuestros sentimientos, sino a confiar en el Señor por lo que Él es. Él cumplirá sus promesas. Puede parecer que tenemos una vida llena de acontecimientos desoladores, pero Él nos proporciona oasis a lo largo del camino.

Oración devocional: Señor, tienes un propósito para permitirme pasar por este momento en el que casi puedo sentir el viento del desierto soplando en mi cara y el calor quemando la poca vida que me queda. Enséñame lo que quieres que aprenda mientras me guías a través de este desierto. Tú eres mi fuerza, Jesús. Necesito confiar más en ti.

Lectura bíblica de hoy: Éxodo 13:17-15:18; Mateo 21:23-46; Salmo 26:1-12; Proverbios 6:16-19