60 segundos – No abandones el barco

Calvin Coolidge, trigésimo presidente de Estados Unidos, dijo: «Nada en este mundo puede sustituir a la perseverancia. El talento no lo hará; no hay nada más común que las personas con talento que no tienen éxito. El genio no lo hará; el genio no recompensado es casi un proverbio. La educación no lo hará; el mundo está lleno de vagos educados. Sólo la persistencia y la determinación son omnipotentes. El lema ‘sigue adelante’ ha resuelto, y siempre resolverá, los problemas de la raza humana».

En los Hechos, capítulos 27 y 28, tenemos la historia de Pablo y otros en el mar, envueltos en una furiosa tormenta durante catorce días y catorce noches. Perdiendo de vista el sol y las estrellas, sin cartas de navegación que les guiaran, soportando el embate de olas de tamaño descomunal, el casco resquebrajándose y el agua entrando a raudales, leemos: «Y los marineros trataban de escapar de la nave». Entonces, Pablo dijo: «Si estos hombres no permanecen en la nave, no podrán salvarse», 27:30 y 31. Lo que quiso decir fue: «No abandonen el barco».

Esta historia nos da varias lecciones sobre «saltar del barco».

PRIMERO: LAS RAZONES POR LAS QUE LA GENTE «ABANDONA EL BARCO».

1. Miedo y pánico. «Entonces temiendo», 27:29. El Dr. Butler de la Universidad de Baylor dijo: «Cuando las cosas se ponen difíciles – no te muevas. La gente y las presiones cambian, pero el suelo sigue siendo el mismo sin importar a dónde vayas.»
2. Confusión. «Y fuimos en gran manera sacudidos por la tempestad», 27:18.
3. Impaciencia. «Y cuando habíamos navegado lentamente durante muchos días», 27:7.
4. Desaliento. «Toda esperanza de que nos salvaríamos fue finalmente abandonada», 27:20b.

Billy Graham escribió: «Más gente fracasa por desánimo que por cualquier otra razón».

SEGUNDO: LOS MEJORES CREYENTES PASAN POR TORMENTAS. Pablo estaba en la voluntad de Dios, viajando en obediencia, cuando la tormenta golpeó.

TERCERO: LA NATURALEZA HUMANA ES HUIR DE LAS COSAS QUE NOS DESAGRADAN. «Y los marineros procuraban huir de la nave», 27:30.

CUARTO: LA MITAD DE LA PRESIÓN EN LAS TORMENTAS NO PROVIENE DE LA TORMENTA EN SÍ, SINO DE LA SENSACIÓN DE QUE NUNCA SALDRÁS DE ELLA. Leemos que la tormenta duró «muchos días» sin que se vislumbrara el final, 27:20.

QUINTO: NORMALMENTE ES EN LAS TORMENTAS CUANDO NOS EXAMINAMOS A NOSOTROS MISMOS Y ENCONTRAMOS LAS COSAS QUE NOS HUNDEN. «Aligeramos la nave», 27:18.

SEXTO: LAS TORMENTAS A MENUDO NOS IMPULSAN HACIA NUEVAS ÁREAS DE MINISTERIO Y UTILIDAD. La tormenta que los amenazaba los condujo a la Isla de Malta, donde Dios obró milagros, capítulo 28.

«Cuando llegues a un lugar donde no sepas qué hacer, dale a Dios el beneficio de la duda, Él despejará el camino», Vance Havner.