60 segundos – Algunas palabras finales de Cristo

El gran predicador del siglo XIX, Joseph Parker, debatía un día con enemigos de la fe cristiana. Un infiel gritó: «¿Qué hizo Cristo por Esteban cuando fue apedreado?». Parker respondió: «Le dio la gracia de orar por los que lo apedrearon».

La palabra perdón en griego significa «espirar, exhalar» (sacarlo del organismo). Cuando Pedro le preguntó a Cristo con qué frecuencia debía perdonar a un hermano ofensor, Él no estuvo de acuerdo con las siete veces, y declaró setenta veces siete (es decir, el perdón debe ser ilimitado) (Mateo 18:21, 22). Además, las Escrituras indican que el perdón no debe ser a regañadientes o de mala gana, sino con bondad (Génesis 45:5 – 11; Romanos 12:19, 20), paciencia (Colosenses 3:13), y con bendición y oración por la persona ofendida (Mateo 5:44). Soren Kierkegaard afirmó: «El único perdón verdadero es el que se ofrece y se extiende, incluso antes de que el ofensor se haya disculpado y lo haya buscado».

En Marcos 11:25 y 26, Jesús advirtió: «Y cuando estéis orando, si tenéis algo contra alguien, perdonadle, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Pero si no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas».

Un hermano y su hermana, Billy y Mary, estaban discutiendo, y su padre estaba afligido por su disputa. Mary estaba muy triste. Entonces, llorando, fue a ver a su padre y le dijo: «Papá, lo siento mucho. Veo que te he entristecido. Pero mientras los brazos de su padre la rodeaban, ella le sacó la lengua a Billy. El padre quería perdonarla, pero no podía, si ella no perdonaba a su hermano. Su padre le dijo sabiamente: «Primero tienes que reconciliarte con Billy. Porque si le dejas fuera, me dejas fuera a mí, que quiero a Billy tanto como a ti».

Recuerda: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» fueron algunas de las últimas palabras que Jesús pronunció en la tierra.