60 segundos – Los elegidos

Uno de sus feligreses pidió a un devoto y anciano pastor sureño que explicara la doctrina de la elección. Su respuesta fue: «Ustedes saben lo que es una elección cuando elegimos al presidente y al gobernador. En el Reino de Dios siempre hay elecciones. Sólo se emiten tres votos. El Señor siempre vota por ti. El diablo siempre vota contra ti. Y tú tienes el voto decisivo».

Pablo declaró: «Nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor» (Efesios 1:4). «Escogido» significa “escoger o elegir para sí”. Hermann Cremer explica: «La palabra se usa para referirse a Dios escogiendo a Israel de entre las naciones para que sea el canal a través del cual Él traerá la salvación a todos los que la reciban en estas otras naciones. El mismo uso se aplica en el caso de pecadores individuales seleccionados de entre la humanidad. Estos son seleccionados con el propósito de ser canales a través de los cuales el conocimiento de la salvación pueda ser llevado al resto de la humanidad, para que aquellos que pongan su confianza en el Señor Jesús como Salvador puedan ser salvados. Esto excluye la idea de que los no seleccionados sean rechazados o se les niegue la salvación». Además, Él nos ha escogido «para que seamos santos y sin mancha». «Santo» significa “separarse de las cosas seculares y dedicarse a Dios”. «Sin mancha» se define como» sin defecto, libre de culpa, como un animal de sacrificio sin mancha o defecto, o como el Cordero de Dios.»

Harry Ironside, pastor de la Iglesia Moody de Chicago de 1930 a 1948, tenía una habilidad única para hacer que las verdades difíciles y controvertidas, como la elección y la predestinación, fueran más fáciles de entender. Describió una puerta en la que el pecador está de pie frente a ella, y lee arriba: «El que quiera, que venga». El pecador cree en la promesa de Dios, cruza la puerta y se salva. Entonces se da la vuelta y lee encima del interior de la puerta: «Elegidos en Cristo antes de la fundación del mundo».

«Que un hombre vaya a la escuela primaria de la fe y el arrepentimiento, antes de ir a la universidad de la elección y la predestinación» (George Whitfield).

En las praderas de África Oriental viven algunos de los animales más fascinantes de la naturaleza. El rinoceronte, un terror con dos cuernos de tremenda velocidad, tamaño y agilidad, es temido por la mayoría de las demás bestias. Al ser uno de los animales más peligrosos del mundo, el rinoceronte es evitado por la mayoría de los animales – es decir, excepto el pájaro búfalo.

Si observamos al rinoceronte en su hábitat natural, veremos a estas aves posadas sobre su lomo. De vez en cuando, algunos picotean en su lomo, como un pájaro carpintero en un árbol viejo. Otras aves búfalo volaban alrededor de la cabeza del rinoceronte, y otras se posaban en sus orejas y picoteaban. Lo más sorprendente es que el rinoceronte no ataca, porque ambos se entienden.

Desde su nacimiento, el rinoceronte tiene mala vista. Además, su cuerpo está cubierto de parásitos, que no puede controlar. La bandada de pájaros que lleva a su espalda le hace un gran servicio comiéndose estos parásitos, que constituyen toda la dieta del pájaro búfalo. Si hay algún peligro en la zona, estos pájaros emiten una estridente llamada, advirtiendo al rinoceronte de lo que no puede ver. A cambio de este servicio, están protegidos de sus depredadores naturales por uno de los mamíferos más grandes de África. En un sentido real, estos dos animales totalmente diferentes del reino salvaje están cumpliendo con las responsabilidades de la amistad mutua.

Charles Kingsley, cuando le preguntaron cuál era el secreto de su hermosa vida, respondió: «Tenía un amigo». La palabra hebrea para «amigo» significa «amor, compañero, dar de sí, tener alianza con». Jonatán y David desarrollaron una amistad muy singular que resistió la prueba del tiempo. 1 Samuel dice de Jonatán: «Porque lo amaba como a su propia alma».

Salomón describió a un amigo como alguien «que se pega más que un hermano» (Proverbios 18:24). Entre los árabes existe una costumbre muy interesante por la que se establece un pacto de amistad mediante el simple acto de ofrecer un soplo de pan recién horneado mojado en melaza de uva (dibs). Se llama (Khuwy) el Pacto de la Hermandad.

John Wesley escribió: «Un hombre debe tener amigos o hacer amigos, porque nadie ha ido solo al Cielo».