60 segundos – Donde se reúnen dos o tres

Un oficial se quejó al general Stonewall Jackson de que algunos soldados hacían ruido en su tienda. «¿Qué están haciendo?», preguntó el General. «Ahora están orando, pero han estado cantando», fue la respuesta. «¿Y eso es un crimen?», preguntó el General. «Los artículos de guerra ordenan castigar un ruido inusual», fue la respuesta. «Dios no permita que orar sea un ruido inusual en el campamento», replicó el general Jackson.

En Mateo 18:19 y 20, Cristo declaró que hay poder en orar juntos, afirmando: «Donde dos o tres están reunidos en Mi nombre.» Según James M. Freeman, en su libro Manners And Customs Of The Bible, «Esta es una forma oriental común de hablar para expresar un número indefinido.» Charles Finney dijo: «Nada está más calculado para engendrar un espíritu de oración que unirse en oración social con uno que tiene el Espíritu mismo.»

En Colosenses 4:2, Pablo amonestó: «Perseverad en la oración». La palabra «continuad» viene del griego proskartereo que describe «una actitud fuerte, sólida, de no rendirse jamás». Sir Walter Raleigh hizo una vez una petición a la Reina, y ella le preguntó: «¿Cuándo vas a dejar de pedir?». Sir Walter respondió: «Cuando Su Majestad deje de dar», y su petición fue concedida.

Hebreos 4:16 nos invita a acercarnos «confiadamente al trono de la gracia». Arthur W. Pink escribió: «Venir al trono de la gracia con “denuedo” no significa con impudicia. La palabra griega significa ‘libertad de palabra’. Significa que podemos decir lo que pensamos como hijos de Dios, sin olvidar nunca, sin embargo, que Él es nuestro Padre».

Cuando Dios visitaba a los moravos en los primeros días, organizaron en Herrnhut dos grupos para orar, uno de hombres y otro de mujeres, cada uno con veinticuatro miembros. Los grupos separaban a un hombre y a una mujer para orar cada hora del día, de modo que los hombres en su lugar, y las mujeres en el suyo, oraban continuamente durante las veinticuatro horas. Esta doble oración, ininterrumpida durante todos los días, se mantuvo durante cien años. Durante este período, surgió el movimiento de las Misiones Moravas, en el que la iglesia misionera creció tres veces más que la iglesia de origen. Los moravos sirvieron para dar nueva luz sobre verdades bíblicas esenciales a Juan y Carlos Wesley, preparándolos así para el avivamiento que barrió Inglaterra y llegó a América.

«La oración es el delgado nervio que mueve el poderoso músculo de Dios» (Charles Spurgeon).