Día 294: Detente, desiste y ora
Escritura de hoy: Proverbios 25:28
Pensamiento central: El Espíritu Santo nos permite vencer cualquier tentación.
«Como una ciudad cuyas murallas están derribadas, así es un hombre que carece de dominio propio» (Proverbios 25:28 NVI). Las murallas son un símbolo de fortaleza y defensa. Cuando no tenemos ninguna de estas dos cosas, somos propensos a un ataque del enemigo.
Observe que el autor equipara una ciudad indefensa con un hombre que no tiene autocontrol. La falta de autocontrol no habla de un ataque externo, sino de uno que viene de dentro. A menudo hemos oído decir: «el mayor enemigo al que nos enfrentamos es el enemigo interior». Qué cierto es. Pablo habla en Gálatas 5:16-18 sobre una batalla constante entre nuestra naturaleza pecaminosa y el Espíritu que vive en nosotros. No pasa un día sin que seamos inmunes a esta lucha interior constante.
Entonces, ¿cómo podemos mantener el autocontrol, que es uno de los frutos del Espíritu? La única solución es a través del control del Espíritu. Si solo reunimos la fuerza suficiente para resistir la tentación o para decir «no», eso es solo fuerza de voluntad. Sin embargo, si invocamos el nombre del Señor, seremos salvos. Conoceremos su poder para vencer en un momento de debilidad.
Inténtalo la próxima vez que la tentación se presente: ¡Detente! Arrodíllate (en tu corazón) y ora por el poder habilitador del Espíritu Santo. Jesús nos enseñó a orar: «No nos dejes caer en la tentación» (Mateo 6:13). Del mismo modo, pidámosle al Señor que nos aleje de la tentación y nos lleve a la victoria espiritual. Que no nos encuentren sin nuestras defensas y que no nos destruya el enemigo interno. Que caminemos y conozcamos el poder del Espíritu Santo todos los días.
Oración devocional: Señor Jesús, no me dejes caer en la tentación hoy. Pero si llega, te pido que me inspires por el Espíritu Santo para detenerme, rendirme y orar, y buscar tu poder para vencer y traerme la victoria en tu nombre.
Lectura bíblica de hoy: Jeremías 37:1-38:28; 1 Timoteo 6:1-21; Salmo 89:38-52; Proverbios 25:28