60 segundos – Ayudantes en la guerra

Autor: Dave Arnold

Tomás de Kempis observó: «El diablo no duerme; ni la carne está muerta todavía; por tanto, no dejes de prepararte para la batalla, porque a tu derecha y a tu izquierda hay enemigos que nunca descansan.»

En 1 Crónicas 12:1, leemos de unos hombres que vinieron a David mientras era fugitivo de Saúl. Se los describe como «ayudantes en la guerra», y luego se los enumera por nombre. «Ayudantes» significa “rodear, proteger y acudir en ayuda de”. Eran hombres valientes, leales a David y muy conscientes de su adversario y de lo que estaba en juego.

Un número incontable de «cristianos» son «asistentes a la iglesia», pero fracasan en ser «conscientes del Reino».

En las Cartas de Screwtape de C. S. Lewis, uno de los agentes de Satanás en la tierra, cuya misión es evitar que un hombre se convierta en cristiano, está preocupado porque su pretendida víctima se ha unido a la iglesia. Sin embargo, Screwtape asegura a su camarada que «no hay por qué desesperar mientras la víctima no vea a la Iglesia tal como nosotros la vemos, extendida por todo el tiempo y el espacio y arraigada en la eternidad, terrible como un ejército de estandartes». Ese, lo confieso, es un espectáculo que inquieta a nuestros más audaces tentadores». C. S. Lewis ha revelado una gran verdad: ¡el estandarte cristiano infunde miedo en el corazón mismo del infierno!

Hebreos 11:32 – 34, habla de los que «sometieron reinos» y fueron «valientes en la batalla». Las palabras «sometieron» y «batalla» significan «una contienda desesperada en la guerra».

En Efesios, capítulo seis, Pablo describe el caminar cristiano como «guerra espiritual», y amonesta a cada creyente a verse a sí mismo como un soldado, armado para la batalla. Sin embargo, estas palabras, escritas por Vance Havner, suenan verdaderas hoy en día: «Se ha dicho que “La iglesia primitiva era una compañía de testigos laicos, pero se ha convertido en un pulpitismo profesional financiado por espectadores laicos”».

En Romanos 16, Pablo consideró a sus correligionarios como compañeros, dio sus nombres y los elogió por su fidelidad al trabajar juntos. Además, se refirió a los filipenses como «mis compañeros» (Filipenses 4:15, The Living Bible). Eran «ayudantes en la guerra». R. Whitson Seaman declaró: «En la obra del Señor, el granito de arena de cada uno hace la fuerza de todos».

En Filipenses 1:27, se nos amonesta a «mantenernos firmes en espíritu y propósito unidos, luchando hombro con hombro y contendiendo con una sola mente por la fe» (Biblia Amplificada). Durante la Guerra Civil, una anciana, cuya casa estaba en medio de una batalla, agarró un atizador y tomó partido. Cuando alguien expresó que poco podía hacer con un atizador, ella respondió: «¡Quiero que sepan de qué lado estoy!». Bien dijo Gresham Machen que «las cosas más importantes no son aquellas sobre las que los hombres están de acuerdo, sino aquellas por las que los hombres lucharán».

Efesios 6:10 y 11, «Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios».

Tómese sólo 60 segundos y tendrá en qué pensar todo el día. Estimulantes artículos escritos por Dave Arnold.

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