60 segundos – Determinando la Voluntad de Dios

Autor: Dave Arnold

Hay dos tormentas particulares en el Océano Índico:

Los tifones y los monzones. La particularidad de estos es que no se mueven muy rápido. Prácticamente no se mueven de este a oeste, ni de norte a sur. En cambio, juegan en círculo. Un capitán de barco afirmó que antes de que los navegantes entendieran esto acerca de estas tormentas, si trataban de salir de ellas, se hundían. “Ahora”, dijo, “cuando nos encontramos con un monzón, localizamos su centro y lo rodeamos. Lentamente, estrechamos el círculo y cuando llegamos al centro, estamos en una calma total”.

Estar fuera de la voluntad de Dios es una fuerza destructiva. Entra en ella y habrá calma.

En Efesios 5:17, Pablo nos exhortó a “entender cuál es la voluntad del Señor”. La palabra para “entender” da la idea de “reunir”, es decir, juntar todos los hechos y llegar a una conclusión razonable y sólida. “La voluntad del Señor habla de “un deseo del corazón de Dios”. Está diciendo que debemos reunir toda la información disponible sobre la voluntad de Dios para nosotros, de modo que podamos llegar a una conclusión sólida.

George Mueller, quien a mediados del siglo XIX cuidaba de miles de huérfanos en Inglaterra, cuando se le preguntó cómo determinaba la voluntad de Dios sobre cualquier asunto, dio los siguientes principios:

  1. “Pongo mi corazón en un estado tal que no tiene voluntad propia con respecto a ningún asunto en particular”.
  2. “No dejo el resultado a los sentimientos o simples impresiones. Eso puede hacer que uno se exponga a grandes engaños”.
  3. “Busco la voluntad de Dios a través de Su Palabra o en conexión con ella. Si buscas al Espíritu sin la Palabra, te expones al engaño”.
  4. “Considero las circunstancias providenciales (circunstancias controladas por Dios)”.
  5. “Pido a Dios en la oración que me revele su voluntad.”
  6. “Me aseguro de tener la conciencia tranquila ante Dios y los hombres.”
  7. “Cada vez que escuché a los hombres en lugar de a Dios, cometí graves errores.”
  8. “Actúo sólo cuando estoy en paz, después de mucha oración, esperando en Dios con fe.”

“Oh Señor, concédeme hacer tu voluntad como si fuera mi voluntad; para que Tú puedas hacer mi voluntad como si fuera tu voluntad” (Agustín).

Tómese sólo 60 segundos y tendrá en qué pensar todo el día. Estimulantes artículos escritos por Dave Arnold.

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