60 segundos – Ego

Autor: Dave Arnold

Un empleado del Servicio Postal de los Estados Unidos contó que una tarde estaba manipulando una caja muy grande, cuando se dio cuenta de que había algo escrito en ella. El remitente había anotado: «Frágil – Ego Adjunto». En el griego del Nuevo Testamento original, la palabra para «yo» era «ego». Hoy la usamos para describir a alguien que tiene una opinión inflada de sí mismo.

Se ha dicho: «Sólo hay una cosa que puede seguir creciendo sin alimento: el ego humano». He aquí algunas formas prácticas de tratar con nuestro ego; luego, algunas formas prácticas de poner a los demás en primer lugar.

Para empezar, lidiar con nuestro ego:

  1. Resiste la tentación de defenderte o reivindicarte. Se ha dicho: «Un viaje del ego es algo que nunca te lleva a ninguna parte».
  2. Resiste la tentación de alabarte a ti mismo. Proverbios 27:2 amonesta: «Que te alabe otro, y no tu propia boca; un extraño, y no tus propios labios.»
  3. Deja que otros ganen. Al planificar y elaborar estrategias, deja que otros se lleven el mérito de una idea. Peter Marshall rezaba: «Cuando me equivoque, querido Señor, haz que sea fácil cambiarme, y cuando tenga razón, haz que sea fácil vivir conmigo.»
  4. Recuérdate a ti mismo la soberanía de Dios. Todos nuestros dones, talentos, logros, etc., Dios nos los dio. En Romanos 12:6, se nos recuerda: «Teniendo, pues, diferentes dones según la gracia que nos es dada.»

En segundo lugar, he aquí algunas formas prácticas de poner a los demás en primer lugar:

Haz un esfuerzo consciente cada día para considerar las necesidades de los demás, y da más valor a sus necesidades que a las tuyas propias. J. F. Newton dijo: «Un egoísta no es un hombre que piensa demasiado en sí mismo. Es un hombre que piensa demasiado poco en los demás».

Escuchar. Dedique tiempo a escuchar a los demás. Interésese por su vida. Conviértalos en expertos. La gente quiere sentirse valorada e importante. Uno de los problemas flagrantes de la mayoría de las conversaciones es que no escuchamos a los demás. Cuando te pidan ayuda, muéstrate disponible, tanto si se trata de algo insignificante como de algo muy importante. Dedica tiempo a animar a los demás. Booker T. Washington nos recuerda: «Si quieres elevarte a ti mismo, eleva a otro».

«El amor nunca es jactancioso, ni orgulloso, ni altivo, ni egoísta, ni grosero», I Corintios 13: 4 y 5 (T.L.B.).

Tómese sólo 60 segundos y tendrá en qué pensar todo el día. Estimulantes artículos escritos por Dave Arnold.

Lo Que Sigue

Nos gustaría que nos des la oportunidad de ayudarte a responder cualquier prgunta que tengas sobre la fe o sobre seguir a Cristo. Tenemos conectores preparados para responderte.