60 segundos – El día de mercado del alma

Autor: Dave Arnold

Hace mucho tiempo, los comerciantes de Londres le dijeron a Lord Shaftesbury (1671 – 1713) que sus burros, que descansaban un día de cada siete, podían recorrer treinta millas al día con sus cargas, mientras que los burros que trabajaban siete días a la semana sólo podían recorrer quince millas al día.

Así que pierdes setenta y cinco millas de viaje cada semana si haces trabajar a tu burro todos los días, y además tienes un burro enfermo y de mal aspecto. Sin embargo, al honrar el día de descanso del Sabbath, se ganan 3.900 millas de viaje en un año, y se tiene un burro lustroso y de aspecto agradable, haciéndolo trabajar de acuerdo con los Diez Mandamientos (Deuteronomio 5:14).

Gary Thomas escribió: «Los puritanos llamaban al sábado el “día de mercado del alma”, un día especial para cuidar de nuestro mundo interior y pasar más tiempo relacionándonos con Dios. A Israel se le ordenó: «Observa el día de reposo para santificarlo» (Deuteronomio 5:12). La etimología más sencilla de «sábado» procede del verbo hebreo shabbath, que significa «dejar de trabajar, o descansar». Los motivos del sábado son dos: divinos y humanos. El motivo divino está relacionado con la Creación. El trabajo de la Creación se extendió durante seis días, y en el séptimo Dios descansó (Génesis 2:2, 3). El motivo humano es práctico. El hombre debe tener la oportunidad de descansar (Deuteronomio 5:14, 15).

Hebreos 4:9 promete: «Queda, pues, un reposo para el pueblo de Dios». W. H. Griffin dice: «La palabra “descanso” significa “descanso sabático”. La idea primaria tiene que ver con el presente y no con el futuro, con la vida del creyente aquí y ahora, y sólo con el Cielo como el punto que completa y culmina. Es un descanso del esfuerzo, un descanso a través de la fe, y se refiere a la actitud del alma hacia Dios».

Un predicador, hablando de robar a Dios, utilizó esta ilustración: «Sucedió que un hombre fue al mercado con siete monedas. Al ver a un mendigo que le pedía limosna, le dio seis monedas y se guardó una. El mendigo, en vez de dar las gracias, siguió al buen hombre y le robó también la séptima moneda. ¡Qué desgraciado más abominable! Pero entonces, ¿no robamos el séptimo día después de que nos hayan dado seis?».

«Así como el arco iris es una garantía perpetua de que Dios no volverá a destruir toda carne mediante un diluvio universal, el sábado es un ‘signo de garantía’ por el que Dios asegura que santificará a su pueblo.»

Tómese sólo 60 segundos y tendrá en qué pensar todo el día. Estimulantes artículos escritos por Dave Arnold.

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