60 segundos – El Engaño del Pecado

El difunto predicador y autor, Vance Havner, escribió,

«Hace algún tiempo, un amigo mío me llevó a un restaurante donde debían de amar más la oscuridad que la luz. Entré a trompicones en una caverna poco iluminada, busqué a tientas una silla y murmuré que necesitaba una linterna para poder leer el menú. Sin embargo, poco a poco empecé a distinguir los objetos con más claridad. Mi anfitrión me dijo: «Es curioso cómo nos acostumbramos a la oscuridad». Vivimos en la oscuridad… y nos acostumbramos. Hay un lento, sutil y siniestro proceso de lavado de cerebro en marcha, y por él estamos siendo gradualmente insensibilizados al mal. Poco a poco, el pecado se hace parecer menos pecaminoso, hasta que la luz dentro de nosotros se convierte en tinieblas – ¡y qué grandes son esas tinieblas!».

Hebreos 3:13 advierte del «engaño del pecado». La palabra «engaño» se refiere a un truco, estratagema o engaño. Andrew Murray afirmó: «Todo pecado es engaño».

Ayn Rand, que era atea, escribió un largo pasaje en The Fountainhead sobre cómo destrozar una sociedad. Una de las reglas que cita es enseñar a la gente a reírse de todo, incluso de lo sagrado y pecaminoso.

Proverbios 14:9 dice: «Los necios se burlan del pecado».

Comercializar el pecado bajo una etiqueta diferente es una herramienta muy eficaz del diablo. Hoy, mentir es simplemente «estirar la verdad».

La lujuria es «sana admiración».

La perversión sexual de todo tipo se describe como «practicar bajo Dios estilos de vida alternativos».

El asesinato de los no nacidos se denomina «pro-choice» y «paternidad planificada».

Defender que no hay verdad absoluta se acepta como «tolerancia de mente amplia».

Defender la verdad bíblica del bien y el mal se llama «intolerante».

La promoción del pluralismo (muchos caminos al Cielo), es llamado «amoroso y de mente abierta», sin embargo, aquellos que defienden que Cristo es el único Camino a la vida eterna son etiquetados como «intolerantes.»

Isaías advirtió: «Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que ponen las tinieblas por luz, y la luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo» (5:20).

Jeremías afirmó: «¿Se avergonzaron cuando cometieron abominación? No. No se avergonzaron en absoluto, ni supieron ruborizarse» (Jeremías 6:15).

Es necesario prestar atención a la advertencia del Dr. E. M. Blaiklock: «Nuestra mayor seguridad contra el pecado es escandalizarnos de él».

Cristo reveló: «Los hombres aman más las tinieblas que la luz» (Juan 3:19). Un hombre de su aldea salió y recogió un cubo de higos. Esa noche los llevó a su choza, encendió una vela y sacó un higo del cubo. Al morderlo, descubrió medio gusano. Tiró el higo por la puerta y cogió otro. Después de morder el segundo higo, descubrió de nuevo medio gusano. Tiró el higo por la puerta y probó por tercera vez. Una vez más, había medio gusano. Así que apagó la vela y disfrutó del resto de sus higos en la oscuridad. «El hombre se ha naturalizado en el pecado antinatural.».