60 segundos – Infantilismo

Una de las testigos de un juicio intentaba parecer mucho más joven de lo que era. Se arreglaba demasiado, se teñía el pelo, se maquillaba y se adornaba con joyas, todo en un vano esfuerzo por ocultar su verdadera edad. Cuando subió al estrado, le preguntaron cuántos años tenía. Tranquilamente, respondió: «Veintiséis».

«¡Veintiséis!», exclamó asombrado el juez. «¿Cuándo nació? «En 1920. «Bien», dijo el amable juez, “que conste en acta que fue fundada en 1920 y restaurada en 1966”.

Dirigiéndose al jurado, el juez añadió: «Si dedicáramos tanto tiempo a crecer por dentro, como el que dedicamos a intentar mantenernos jóvenes por fuera, nos iría mejor.»

En 1 Corintios 13:11, Pablo escribió: «Cuando me hice adulto, dejé las cosas de niño». La palabra que el apóstol Pablo utilizó para «infantil», nepios, rara vez se utiliza en las Escrituras. En cada caso, sugiere un adulto que muestra las características irresponsables de un niño, y un adulto cuyo desarrollo ha sido detenido. «Cosas» se traduce mucho mejor como “maneras”.

Ralph Earle afirmó: «Muchos “adultos” (cronológicamente, no psicológicamente) han guardado sus cosas de la infancia -muñecos y juguetes-, pero nunca han abandonado sus formas infantiles de reaccionar ante la vida. Todavía se enfadan cuando no pueden salirse con la suya».

Mientras ojeaba unas tarjetas de cumpleaños en una tienda de regalos, una señora encontró una que le hizo gracia. Su mensaje decía: «Sólo se es joven una vez, pero se puede ser inmaduro para siempre».

En 2 Pedro 3:18, se nos dice: «Pero creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Johann von Goethe afirmó: «Todo el mundo quiere ser alguien; nadie quiere crecer».

Los lapones (una raza de gente pequeña), y los patagones (una raza de gente grande) están en climas igualmente fríos. ¿Cuál es la diferencia de tamaño?

Los lapones, mantenidos por sus renos, pasan la mayor parte del tiempo en la indolencia. Los patagones son una raza activa y dedican gran parte de su tiempo a la pesca y la caza. Los estudios creen que esto ha provocado el retraso en el desarrollo de unos y las grandes dimensiones de los otros.

¿Es posible que a menudo nuestra madurez espiritual se vea obstaculizada porque no nos ejercitamos «en la piedad» (1 Timoteo 4:7)?