60 segundos – La Soberanía de Dios

Martín Lutero proclamó: «Sólo Dios tiene planes secretos, y lo que Él hará lo descubriremos cuando suceda. Dejaremos las cosas en Sus manos y echaremos nuestras preocupaciones en Él, porque es Su causa la que está en juego, y Él la hará avanzar».

No reconocer la soberanía de Dios es fracasar en toda la vida. En el Salmo 67:4 leemos: «Porque Tú… gobiernas las naciones de la tierra». «Gobernar» significa “Conducirlas y guiarlas como un pastor a su rebaño”. El sello de una de las iglesias valdenses representa un yunque y varios martillos rotos, con el lema: «¡Martillead, manos hostiles! Vuestros martillos se rompen; el yunque de Dios permanece».

Uno de los propósitos del Libro de Daniel es demostrar el poder preponderante y providencial de Dios sobre todos los asuntos del hombre. Daniel dijo a Nabucodonosor: «Para que sepan los vivientes que el Altísimo gobierna en los asuntos de los hombres, y da a quien quiere» (4:17, 25 y 32). La palabra traducida «Altísimo» es un título, y se usa en las Escrituras sólo para Dios, nunca para un miembro de la raza humana, en su papel de gobernante. Es un título para describir la posición absoluta de autoridad de Dios. Él es el Altísimo. No hay nadie por encima de Él con derecho a gobernar. Salmo 83:18, «Para que los hombres sepan que Tú, cuyo solo nombre es el Señor, eres el Altísimo sobre toda la tierra».

Proverbios 21:1 dice: «El corazón del rey está en la mano del Señor, como los ríos de agua; Él lo hace girar hacia donde quiere». El significado hebreo de «ríos» se refiere a los canales de irrigación que estaban bajo el control del agricultor. Tres veces en el libro de Jeremías, el Señor se refiere a Nabucodonosor como «Mi siervo» (25:9; 27:6 y 43:10). En Ezequiel 29:20, Dios dijo de todo el imperio babilónico: «trabajaron para mí». El corazón del rey Ciro se volcó para enviar a los israelitas de regreso a su patria después de 70 años de cautiverio. Dios lo nombró de antemano unos 150 años antes de su nacimiento, y en Isaías 44 y 45, dijo lo que haría. Incluso hizo que Artajerjes enviara provisiones y personas para reconstruir el templo (véase Nehemías). Salmos 47:3, «Porque de Dios son los principados de la tierra; en gran manera es ensalzado».

Las circunstancias no alteran la gran soberanía de Dios. Por esta razón, un seguidor de Cristo reconocerá Su mano en tiempos de prosperidad (Deuteronomio 8:18), o en la adversidad (Job 1:12). En el Día de Pentecostés, Pedro predicó que Cristo fue «entregado por el determinado propósito y presciencia de Dios» (para ser) «crucificado y condenado a muerte» (Hechos 2:23). «Entregado» significa “entregado”, y “propósito determinado” significa “plan predeterminado” o “propósito establecido”. Lo que el hombre declaró como una tragedia injusta, la presciencia de Dios sabía que era para nuestra redención.

F. B. Meyer recordó: «El pastor oriental siempre iba delante de sus ovejas. Él iba delante. Cualquier atentado contra ellas tenía que tenerle en cuenta. Ahora Dios está delante. Está en el mañana. Es el mañana lo que llena de temor a los hombres. Pero Dios ya está allí, y todos los mañanas de nuestra vida tienen que pasar ante Él antes de que puedan alcanzarnos.»

«Todo lo que sé es… todo». – Dios.