60 segundos – Soñar a lo grande
Autor: Dave ArnoldEn 1962, el presidente John F. Kennedy movilizó al pueblo estadounidense en pos de la conquista definitiva: la abrumadora extensión del espacio exterior. Cinco años antes, los soviéticos se habían adelantado a Estados Unidos en la carrera espacial con el lanzamiento del Sputnik. Kennedy inspiró a Estados Unidos a un compromiso nacional para aterrizar en la luna a finales de la década, ayudando a transformar toda la economía.
Sin embargo, no minimizó las dificultades que se avecinaban. Señaló: «Elegimos ir a la luna en esta década y hacer las otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles». El 20 de julio de 1969, el sueño se cumplió.
En Génesis 37:19, los hermanos de José se refirieron a él como «soñador». «Soñador» significa “ser inspirado divinamente por Dios”. Aunque pasaron muchos años, los sueños que Dios puso en su corazón se cumplieron, a pesar de muchas dificultades. Incluso llamó a su segundo hijo Efraín, que significa «fecundidad».
Johann Wolfgang von Goethe dijo: «No sueñes sueños pequeños porque no tienen poder para mover los corazones de los hombres». Cyrus Field se obsesionó con el sueño de tender un cable en el fondo del océano Atlántico que permitiera la comunicación telegráfica entre Europa y Estados Unidos. Mandó fabricar el cable especial y comenzó a tenderlo. Sin embargo, el intento de cruzar los dos continentes fracasó una y otra vez. Los titulares decían: «El campo vuelve a fracasar». Sus amigos se desanimaron. El público se volvió escéptico y sus inversores no quisieron arriesgar más fondos.
Sin embargo, los problemas sólo sirvieron para reforzar su convicción. Se negó a dejarse vencer. Así que organizó una nueva empresa, diseñó un nuevo cable y ¡funcionó! Por primera vez en la historia del mundo, se podía transmitir un mensaje por cable por debajo de todo el océano. El primer mensaje enviado decía: «Gracias a Dios, el cable está tendido y en perfecto estado». El sueño de Field era su motivación.
«Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta las amarras de proa. Navega lejos del puerto seguro. Atrapa los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre» (Mark Twain).