60 segundos – Una Mente Renovada.

Earl D. Radmacher, en su libro ‘You & Your Thoughts, The Power Of Right Thinking’ (Usted y sus pensamientos, el poder del pensamiento correcto) afirmó:

«La mente humana es una computadora fabulosa. De hecho, nadie ha sido capaz de diseñar una computadora tan compleja y eficiente como la mente humana. Considere esto: su cerebro es capaz de registrar 800 recuerdos por segundo durante setenta y cinco años sin cansarse nunca».

Además, el Dr. Richard A. Swenson reveló: «La capacidad del cerebro es tal que puede almacenar información equivalente a la contenida en veinticinco millones de libros, suficiente para llenar una estantería de ochocientos kilómetros de largo».

En Romanos 12:2, Pablo nos exhortó a «ser transformados por medio de la renovación de nuestra mente». «Transformados» significa «cambiados». La expresión biológica «metamorfosis» proviene de allí. «Renovación» significa «una renovación, un cambio completo para mejor». Este proceso debe ser continuo, día a día. La NVI traduce esto así: “Pero que vuestras mentes sean rehechas, y que todo vuestro ser sea transformado”.

En Juan 15:3, Jesús afirmó: “Ahora vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”. La palabra para limpios aquí viene de la palabra griega katharismos, de la cual obtenemos nuestra palabra española catarsis. Cristo emplea Su Palabra para darnos una “catarsis” mental. Para ser franco, es similar a lo que se hace con los intestinos cuando a un paciente se le aplica un enema. Las Escrituras actúan como un enema para la mente.

El salmista habló de este efecto catártico de la Palabra de Dios cuando escribió: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”, Salmo 119:9. GIGO es un término informático, un acrónimo de Garbage In, Garbage Out (Entra basura, sale basura). Los programadores de computadoras saben que todo lo que introducen en una computadora aparecerá inevitablemente en la impresión.

Hace años, la revista Home Life Magazine publicó la siguiente ilustración: Un día, mientras una madre estaba raspando y pelando verduras para una ensalada, su hija fue a pedirle permiso para ir a un centro de diversión mundano. A la defensiva, la hija admitió que era un lugar cuestionable, pero todas las demás chicas iban y no creían que eso realmente les haría daño. Mientras la niña hablaba, de repente vio a su madre recoger un puñado de restos de verduras desechadas y echarlos a la ensalada. Con voz sobresaltada, gritó: «Madre, estás echando basura en la ensalada». «Sí», respondió su madre. «Lo sé, pero pensé que si no te importaba tener basura en tu mente y en tu corazón, ¡ciertamente no te importaría tener un poco en tu estómago!».

Proverbios 4:23: «Ten cuidado con lo que piensas, porque tus pensamientos gobiernan tu vida» (NVI).