60 segundos – Una palabra bien dicha

Autor: Dave Arnold

Un dibujante de prensa envió un correo electrónico a veinte de sus conocidos. Todos los mensajes eran iguales y sólo contenían una palabra: «¡Felicidades!». Pero, que él supiera, ninguno de ellos había logrado nada en particular digno de felicitación.

A los pocos días, recibió un correo electrónico o una llamada de agradecimiento de todos los de la lista. Y cada uno de ellos mencionó algo que había hecho que parecía merecedor de elogio. La mayoría dijo: «Me sorprendió mucho que lo descubrieras».

Lección: A todos nos gusta que nos halaguen.

En Proverbios 25:11 leemos: «La palabra bien dicha es como manzanas de oro en marco de plata». Las manzanas de oro en un marco de plata representan trabajos de escultura para la decoración de edificios costosos. Eran objetos de gran belleza. Igualmente bellas son las palabras de aprecio pronunciadas en el momento oportuno.

Se ha dicho correctamente: «Hay en el mundo mucha más hambre de amor y aprecio que de pan».

Proverbios 15:4 comienza diciendo: «La lengua sana (sanadora) es árbol de vida». Una fábrica de Carolina del Norte patrocinó un programa musical de radio y emitió anuncios inusuales. Hacían mención de empleados sobresalientes. El orgullo suscitado al oír sus virtudes alabadas al público hizo que los trabajadores atacaran sus tareas con mayor celo, ¡y aumentó la productividad en un 125 por ciento!

Lord Chesterfield sugirió a su hijo que siguiera el ejemplo del duque de Novernois: «Te darás cuenta de que hace que la gente se complazca con él haciendo que ellos se complazcan primero consigo mismos».

Proverbios 15:4 continúa: «Pero la perversidad en él quebranta el espíritu». Una joven madre contó la siguiente historia: «Mi hijito se porta mal a menudo, y tengo que reñirle. Pero un día se había portado especialmente bien. Esa noche, después de arroparle en la cama y bajar las escaleras, le oí llorar. Encontré su cabeza hundida en la almohada. Entre sollozos, me preguntó: «Mami, ¿no me he portado muy bien hoy?». Esa pregunta me atravesó como un cuchillo», dijo la madre. «Me había apresurado a corregirle cuando lo hacía mal, pero cuando se había portado bien, no me había dado cuenta. Le había acostado sin una palabra de elogio».

«El hombre se alegra con la respuesta de su boca, y la palabra dicha a su tiempo, ¡qué buena es!». Proverbios 15:23.

Tómese sólo 60 segundos y tendrá en qué pensar todo el día. Estimulantes artículos escritos por Dave Arnold.

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