Complacencia terrenal
Autor: Dave ArnoldUn conocido columnista se negó a asistir a una reunión de su promoción universitaria.
«Me niego a comer con muertos», exclamó.
«Cuando eran jóvenes estudiantes, cada uno un manojo de potencialidades, eran fuertes en su voluntad de esforzarse, de buscar, de encontrar, y de no ceder al pensamiento del hombre de la organización. Estaban llenos de vida… pero murieron en silencio. En su lugar ha llegado la complacencia terrenal».1
Jeremías dijo: «Moab, acomodado desde su juventud, se ha asentado sobre sus posos… sin vaciarse de vasija en vasija» (Jeremías 48:11).
La imagen que presenta es la de un frasco de vinagre que se ha asentado hasta cubrirse de escoria, o sedimentos asentados en la cuba de vino, o un recipiente de leche que se ha cuajado. Podemos llegar a estar así, y necesitamos ser sacudidos de un espíritu de apatía.
«Tendremos que arrepentirnos en esta generación no sólo por las palabras y acciones vitriólicas de la gente mala, sino por el espantoso silencio de la gente buena» (Martin Luther King Jr.).2