Día 113: Dos monedas de cobre
Escritura de hoy: Lucas 21:1-4
Pensamiento central: La generosidad no depende de la cantidad que haya en un monedero, sino de la calidad que haya en un corazón.
Jesús, de pie cerca de la caja del tesoro del templo, vio a los ricos dando sus ofrendas. Se sabía que los ricos levantaban las manos para que sus numerosas monedas tintinearan en la cubeta de metal y llamaran la atención de todos. O tocaban trompetas antes de echar sus ofrendas. Todo se hacía para lucirse.
Jesús también observó a una viuda que llevaba su ofrenda al templo. La ofrenda que dio era muy diferente a la de los ricos; era:
- Dos, no muchas
- Pequeña, no grande y valiosa.
- Muy, no solo pequeña, sino muy pequeña.
- Cobre, no plata ni oro.
- Monedas, no billetes de mayor valor ni joyas de oro con piedras preciosas, solo monedas.
De hecho, Jesús dijo que ella dio todo lo que tenía para vivir. Se encomendó a la misericordia de Dios, creyendo que Él supliría todas sus necesidades.
Se ha dicho que Dios ama a quien da con alegría, pero también recibe con gusto de los gruñones. Dar es importante para la economía de Dios, pero ya seamos ricos o pobres, nuestra actitud hacia el dar y la voluntad de dar a Él son más importantes que la cantidad que demos.
Jesús nos dio todo lo que tenemos, y Él puede suplir todas nuestras necesidades (Filipenses 4:19). Démosle a Él con alegría.
Oración devocional: Señor, ayúdame a desarrollar un corazón generoso. No quiero dar de mala gana.
Lectura bíblica de hoy: Josué 24:1-33; Lucas 21:1-28; Salmo 89:38-52; Proverbios 13:20-23