Día 163: Oídos para oír
Escritura de hoy: Hechos 7:51-8:13

Pensamiento central: Cuando abramos nuestros oídos y quitemos las escamas de nuestros ojos, recibiremos de la Palabra de Dios lo que necesitamos para vivir una vida que marque una diferencia eterna para nosotros y para los demás.
El libro de los Hechos proporciona relatos históricos. Como un buen guión, la historia de fondo se completa durante una gran escena: la predicación de Esteban y su eventual muerte por lapidación. Al igual que Jane Austen hace un hábil uso de las cartas, el autor de los Hechos (atribuido a Lucas) utiliza hábilmente los discursos para desplegar el relato de la historia de Moisés, los años de vagabundeo de los israelitas en el desierto y la construcción del templo por Salomón. Pero este recuento histórico de la construcción del templo apunta a una verdad que muchos de los presentes en el juicio de Esteban no aceptarían: que Jesús era el Mesías y que murió y resucitó.
Imagínate a un exhausto Esteban proclamando un último punto a una multitud sedienta de sangre: el Altísimo no habita en templos hechos por manos humanas. El autor de Hechos parece darnos lo bueno junto con lo malo. Después de exponer la historia de los israelitas de una manera convincente, Esteban parece enloquecer ante el Sanedrín, criticándolos, llamándolos obstinados y acusándolos de asesinar al que los profetas habían predicho. ¿Por qué hizo esto? Es como si Esteban supiera que había oídos que no querían escuchar, corazones cerrados a la verdad. ¿No es esto cierto incluso hoy en día?
A veces Dios es duro con nosotros, especialmente cuando somos religiosos, pero es como si tuviéramos escamas en los ojos que nos ciegan a Su Palabra. Oremos para que se nos abran los ojos al examinar nuestro propio corazón y no seamos clasificados con aquellos que son reprendidos en Hechos 7:51. La Palabra de Dios es perfecta, y hay un propósito y una temporada para cada palabra en la Biblia. Rezo por las palabras de Esteban y el impacto que pueden tener en alguien que busca a su mesías hoy. Que nuestra oración sea que el Señor ablande el cuello del lector y circuncide los corazones que desesperadamente lo necesitan.
Oración devocional: Gracias por Tu Palabra que nos habla una y otra vez. Ayúdame a rendir mi corazón a Tu mensaje. Es a través de tu Palabra, Dios, que me hablas con el mensaje exacto para el momento. Ayúdanos a no ser duros de cerviz, sino a rendir nuestros corazones y mentes a tu Palabra para que puedas cambiarnos a través de ella.
Lectura bíblica de hoy: 1 Reyes 8:1-66; Hechos 7:51-8:13; Salmo 129:1-8; Proverbios 17:1
