Día 200: ¡Nunca pierdas la esperanza!

Escritura de hoy: Romanos 4:18-5:5

Pensamiento central: Esperanza en Dios confiando en Sus promesas.

¡Abraham nunca perdió la esperanza! Dios le prometió a Abraham que sería el padre de una nación. Pasaron los años y Abraham no tenía hijos. Intentó «ayudar a Dios» tomando una segunda esposa. Dios rechazó esa propuesta. Sara era la madre elegida por Dios.

Abraham tenía cien años, y Sara no se quedaba atrás. Todavía estaba convencido de que Dios haría lo que había dicho. Otros se rindieron. Sara se rió. Pero la fe y la esperanza inquebrantables de Abraham le fueron contadas como justicia (Romanos 4:22). Nació Isaac; y la raza judía, de la que nació Cristo, llegó a existir. ¡La esperanza de Abraham fue recompensada!

Hoy esperamos en las promesas de Dios a través de Cristo y la realización de Su plan en nuestras vidas. Pero, ¿cómo se llega al tipo de esperanza que mostró Abraham? La esperanza comienza con la salvación. Y al ser «justificados por la fe», nos regocijamos en la «esperanza de la gloria de Dios» (Romanos 5:1,2).

La esperanza no surge de la nada. En primer lugar, las tribulaciones (sufrimientos) traen paciencia (resistencia). Con el tiempo, la paciencia produce fuerza de carácter. De un carácter probado nace la esperanza (versículos 3-5). La esperanza está anclada en el cielo, donde Dios se sienta en su trono. Nunca debemos perder la esperanza. Dios cumplirá todas sus promesas. Le dio a Abraham su hijo. Cumplirá su plan en tu vida y en la mía.

Oración devocional: Señor, ayúdame a desarrollar y mantener la esperanza mientras confío en tus promesas.

Lectura bíblica de hoy: 1 Crónicas 26:12-27:34; Romanos 4:13-5:5; Salmo 14:1-7; Proverbios 19:17

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