Día 276: Dios, necesito tu ayuda

Escritura de hoy: Isaías 66:1-2

Pensamiento central: La arrogancia no tiene cabida en el corazón de un cristiano.

¿Alguna vez ha intentado ayudar a un niño pequeño a aprender a hacer algo como atarse los zapatos? Puede ser muy difícil, tanto para el niño como para el profesor. Pero quizás lo más difícil es cuando el niño declara: «No necesito tu ayuda. ¡Puedo hacerlo yo solo!». ¿Alguna vez trata a Dios de esa manera? Yo sí.

Piensa en quién es Dios: Él es el Creador de todas las cosas. El cielo es Su trono y la tierra es Su estrado. Y, sin embargo, a veces acudimos a Él con nuestra lista de logros y pensamos que vamos a impresionar a Dios. Cuando leemos Isaías 66:1-2, nos hacemos una idea de lo ridícula que es esta idea. Solo nuestra arrogancia nos haría pensar que podemos ofrecerle a Dios algo que ya es Suyo.

Dios dice que está buscando «al que es humilde y contrito de espíritu y tiembla ante mi palabra» (versículo 2). Puede ser muy difícil para uno humillarse. Con demasiada frecuencia he resistido las llamadas al altar que han sido una simple invitación a buscar a Dios y pedirle ayuda con cualquier necesidad que pudiera tener en ese momento. Algo dentro de mí discute: «No. No necesito acercarme y orar por esto. Alguien puede pensar que me pasa algo o que no soy muy espiritual. Dios sabe lo que necesito de todos modos». Me pregunto cuántas veces he tenido que luchar con un problema o he visto una necesidad insatisfecha debido a mi orgullo y arrogancia, mi incapacidad para responder al escuchar Su Palabra predicada.

Hay una canción que dice: «Oh, Señor, es difícil ser humilde cuando soy perfecto en todos los sentidos». A menudo es difícil ser humilde aunque estemos lejos de ser perfectos. Que aprendamos a ser humildes y a confesar a Dios que necesitamos su ayuda.

Oración devocional: Señor Jesús, ayúdame a humillarme ante Ti y a temblar ante Tu Palabra. Necesito Tu ayuda.

Lectura bíblica de hoy: Isaías 66:1-24; Filipenses 3:4b-21; Salmo 74:1-23; Proverbios 24:15-16