Día 59: ¡Basta ya!
Escritura de hoy: Marcos 9:43-47
Pensamiento central: Se necesita un esfuerzo especial y oración para evitar ser desviados cuando estamos tentados a hacer el mal
Hace años, los periódicos publicaron un artículo sobre una mujer que había cogido un hacha y se había cortado la mano. Había leído el pasaje de las Escrituras que decía: «Si tu mano te hace pecar, córtatela» (versículo 43). Obviamente, la mujer malinterpretó la intención de las Escrituras. Dios no quiere que las personas se hagan daño a sí mismas, pero sí pretende que se utilicen medios drásticos para deshacerse de las cosas que nos hacen daño, su creación más elevada.
Pensemos en la mujer casada que se escapa para tener una cita secreta con un hombre que no es su marido. O en el hombre que es adicto a la pornografía, siempre preocupado de que alguien se entere. ¿Qué pasa con aquellos de nosotros que luchamos con una actitud crítica que nos hace menospreciar a los demás, con una ira furiosa siempre a punto de estallar; o con el deseo de tener lo que pertenece a un amigo o compañero de trabajo? Dios dice que debemos eliminar de nuestras vidas a las personas, pensamientos o circunstancias que nos llevan al pecado.
Si hay algo en nuestras vidas que nos lleva al pecado y nos aleja de Dios, podemos estar seguros de que Él, que nos dice que lo eliminemos de nuestras vidas, es quien nos dará el poder para hacerlo.
Devoción de hoy: Señor, ayúdame a eliminar todos los pensamientos que me llevarían a pecar en pensamiento, palabra o acción.
Lectura bíblica de hoy: Levítico 22:17-23:44; Marcos 9:30-10:12; Salmo 44:1-8; Proverbios 10:19