Día 66: ¿Redención sin cargo?
Escritura de hoy: Salmo: 1-20
Pensamiento central: Ningún hombre puede de ninguna manera redimir a su hermano o dar a Dios un rescate por él porque «la redención de su alma es costosa».
Hay una historia sobre un niño que, con la ayuda de su padre, construyó un barco de juguete. Mientras el niño jugaba con su barco en la orilla del río, un viento repentino se lo llevó. Muchos días después, el niño vio su barco a la venta en el estante de una tienda, pero el precio estaba muy por encima de sus posibilidades. Corrió a casa y le pidió dinero a su padre para comprar el barco, prometiéndole que trabajaría duro durante muchos meses para ganarlo. Más tarde, recuperó el barco. Mientras sostenía el barco en su mano, dijo: «Te tuve dos veces. Una vez te hice, y fuiste mío. Ahora te he comprado, ¡y eres mío para siempre!».
La historia del niño y su barco es paralela a la historia de la redención de la humanidad. Dios creó a los seres humanos una vez, pero se volvieron desobedientes y huyeron de Dios. Más tarde, envió a su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz para el perdón de los pecados de la humanidad. Todo el mérito de la obra de redención pertenece a Dios porque ningún ser humano tiene la capacidad de redimir o «recomprar» su propia alma o la de otro. Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios (ver Salmo 38:7).
Solo «la sangre preciosa de Cristo» tenía suficiente valor a los ojos de Dios para efectuar el rescate de un alma (1 Pedro 1:18-19).
Oración devocional: Señor, gracias por la provisión de la salvación a través de la obra redentora de Cristo en la cruz del Calvario. Por favor, ayúdame a transmitir este mensaje a aquellos que no han experimentado Tu redención.
Lectura bíblica de hoy: Números 6:1-7:89; Marcos 12:38-13:13; Salmo :1-20; Proverbios 10:27-28