Día 78: Coeficiente de bondad
Escritura de hoy: Proverbios 11:16-17
Pensamiento central: «La bondad es un lenguaje que los sordos pueden oír y los ciegos pueden ver» (Mark Twain)
Las personas amables suelen ser más aceptadas en la sociedad que las que son desagradables o antipáticas. Mi actitud hacia los demás afecta la actitud de los demás hacia mí.
Y lo que es más importante, mi actitud de bondad o de crueldad afecta la actitud de los demás hacia Cristo, a quien represento. Así como un empresario no querría que un agente de su empresa fuera verbal o físicamente agresivo con sus clientes, Cristo Jesús quiere que quienes creen en Él sean buenos representantes de Su carácter. Mi bondad o falta de ella da color al ambiente de lo que digo sobre Cristo. Crea en el oyente un deseo de aceptar o rechazar el testimonio que doy de Él.
Si quiero que mi testimonio sobre Jesús sea aceptado, necesito hacer de la bondad un hábito en mi vida. Si soy descortés en cualquier situación, corro el riesgo de que alguien que sabe que creo en Cristo lo rechace como su Salvador debido a mis palabras o acciones desagradables.
Bob Kerrey, un Navy SEAL en Vietnam en 1969, dijo: «Una cosa que aprendí: la bondad inesperada es el agente más poderoso, menos costoso y más subestimado del cambio humano». La bondad es uno de esos bienes que nunca se desperdician. Incluso si es rechazada por su destinatario, el dador se beneficia de todos modos.
Debo preguntarme: «¿Cómo valorarán mi coeficiente de bondad aquellos con los que me encuentre hoy?».
Oración devocional: Señor, ayúdame a practicar actos de bondad al azar hoy. Que mi bondad represente verdaderamente Tu amor.
Lectura bíblica de hoy: Números 26:52-28:15; Lucas 3:1-22; Salmo 61:1-8; Proverbios 11:16-17