El Camino de la Fe: La decepción

Cuando las personas no cumplen nuestras expectativas o no nos tratan de la manera que queremos o esperamos ser tratados, cuando las circunstancias no cumplen nuestras expectativas, cuando esperamos más de nosotros mismos de lo que somos capaces de lograr, podemos sentirnos decepcionados.

La decepción puede llevarnos al desánimo, que a su vez puede llevarnos a la depresión. Podemos sentirnos abatidos, tristes y solos. ¿Qué podemos hacer? Podemos optar por dejar a un lado nuestras emociones y centrarnos en nuestro propósito. Podemos adorar. David ora en Salmos 42:5: «¿Por qué, alma mía, estás tan abatida? ¿Por qué tan turbada dentro de mí? Pon tu esperanza en Dios, porque aún le alabaré, a mi Salvador y a mi Dios». Podemos seguir adelante sabiendo que después de nuestra mayor decepción muchas veces experimentamos nuestro mayor logro. Se ha escrito que fue gracias a la perseverancia que el caracol llegó al arca de Noé.