El Camino de la Fe: La preocupación no sirve para nada

Se ha dicho que la preocupación pretende ser necesaria pero no sirve para nada.

La preocupación intenta controlar lo incontrolable. Para ayudarnos a dejar de preocuparnos podemos recordar que Dios ha prometido cuidar de nosotros. Podemos poner a Dios en primer lugar en cada área de nuestras vidas. Podemos vivir un día a la vez. Dios promete darnos la gracia y la fuerza que necesitamos cuando la necesitamos. Podemos orar. Si merece la pena alarmarse, merece la pena orar por ello. «Padre, te damos este día. Ayer ya pasó, mañana aún no ha llegado, hoy es todo lo que tenemos. Te entregamos nuestros miedos, nuestras preocupaciones, nuestras ansiedades. Sabemos que lo tienes todo bajo control. Amén».