El Camino de la Fe: Perdonar y disfrutar

Puede existir la tentación real de encerrarnos en nosotros mismos y negarnos a abrirnos a los demás cuando nos han hecho daño.

Sin embargo, cuando nos aferramos a nuestro resentimiento, siempre nos hace más daño a nosotros que a aquellos a quienes guardamos rencor. Es veneno para el alma y nos hace desgraciados. Pensamos que estamos haciendo daño a la otra persona guardándole rencor, mientras que ella no piensa en nosotros en absoluto. Elijamos perdonar y disfrutemos viviendo en la libertad que ello conlleva. La vida es demasiado corta para rencores a largo plazo.