Una carga abrumadora

Autor: Dave Arnold

Andrew Bonar fue uno de los grandes predicadores y escritores del siglo XIX.

Su hija le contó a un evangelista visitante cómo su padre la llevaba a la iglesia con él, diciéndole que se sentara en un banco y diciendo: «Volveré dentro de un rato». Un día, ella decidió ver lo que su padre estaba haciendo. Vio lo siguiente: «Mi padre se sentaba en un banco, inclinado hacia delante como para leer el nombre de la placa. [En aquella época era habitual poner nombres en cada banco.] Leía el nombre, inclinaba la cabeza y rezaba. Luego se inclinaba y leía el nombre del banco de al lado, y volvía a rezar. Mi padre pasaba toda una tarde en el lugar donde el pueblo de Dios acudía al culto y, uno por uno, rezaba por cada feligrés de su iglesia. Tenía una carga abrumadora por su pueblo».1

«Por eso, me arrodillo ante el Padre, de quien toma su nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Ruego que de sus gloriosas riquezas os fortalezca con poder mediante su Espíritu en vuestro interior, para que Cristo habite por la fe en vuestros corazones.»

– Efesios 3:14-16

«El púlpito y la pluma deben ser conocimientos encendidos de amor.

1. La escritura en la pared, David Jeremiah con C. C. Carlson, p. 206 - www.davidjeremiah.org

2. Morrison Meade David - https://books.google.com/books?id=GQMPAAAA1AJ

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