¿Una hermandad o una empresa?

En su libro En tiempos como estos, el difunto Vance Havner escribió: «El cristianismo dio sus mayores pasos cuando era pobre y perseguido».

El Dr. Morgan señaló que a la Iglesia de Inglaterra le fue mejor bajo la persecución de la Reina María que bajo el patrocinio de la Reina Isabel; que al Ejército de Salvación le fue mejor cuando le arrojaron palos y piedras que cuando su general fue bien recibido por la realeza; que el Metodismo prosperó más cuando fue despreciado, que cuando sus líderes fueron recibidos en la corte real».1

«Conozco la difícil prueba que estáis pasando y vuestra pobreza, aunque en realidad sois ricos» (Apocalipsis 2:9).

«Al principio, la Iglesia era una comunidad de hombres y mujeres centrados en Cristo vivo. Luego la Iglesia se trasladó a Grecia, donde se convirtió en una filosofía. Luego se trasladó a Roma y se convirtió en una institución. Después se trasladó a Europa, donde se convirtió en una cultura, y finalmente llegó a América, donde la convertimos en una empresa» (Richard Halverson, antiguo capellán del Senado de EE.UU.).