Se Arrepintió y Fue Perdonado

«Ten piedad de mi, oh Dios», oraba el rey David. “Librame de homicidios, oh Dios.»

¿Un rey confesando un homicidio? Si, David confesaba públicamente su culpa. Incluso la dejó por escrito, su culpa ha quedado archivada para siempre.

¿Acaso no esconden los hombres sus malas acciones y rechazan la acusación de homicidio? ¿Acaso no presentan mil y una excusas aduciendo que son inocentes? Sí, generalmente lo hacen. Lo normal seria que un rey tratara de encubrir sus debilidades con el fin de mantener el control del pueblo. Pero David era muy diferente de otros reyes. El tenia un «corazón perfecto con su Dios es decir, poseía el tipo de carácter que le agrada u Dios, Sabia que el pecado no puede escapar del ojo de Dios y que ve desagrada a El.

El carácter de David le agradaba Dios de siguientes maneras:

  • Fue valeroso en sus actos, pero humilde en su actitud.
  • Reconoció y admitió su pecado.
  • No sólo confesó su culpa, sino que se arrepintió verdadera y profundamente.
  • No sólo le pidió perdón a Dios, sino que también creyó que Dios escuchaba sus oraciones.
  • Le agradeció a Dios y le alabó como el Señor del universo y conocedor de todas las cosas.
  • Se mantuvo en comunión estrecha con su Señor.

Aprendemos ahora por medio de David como podemos nosotros también seguir sus pisadas y agradarle a Dios. Entonces podemos decir como lo hizo David: «En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación.»

En esta lección usted estudiará:

  • El pecado contra Dios trae separación.
  • El arrepentimiento ante Dios trae reconciliación.
  • La comunión con Dios trae regocijo.

Esta lección le ayudará a:

  • Comprender en que forma el hombre es responsable por el pecado.
  • Definir los términos confesión y arrepentimiento.
  • Explicar cómo se recibe el perdón de Dios.
  • Experimentar comunión con Dios.