Su Biblia 5: Los libros del Nuevo Testamento

Durante el tiempo cuando se escribía el Nuevo Testamento, la escena del Antiguo Testamento había cambiado drásticamente. Habían pasado los días de los profetas y el pueblo se había vuelto indiferente hacia las cosas espirituales. Como el resto del Medio Oriente y Europa, la nación judía
también estaba bajo el Imperio romano. Aunque era un tiempo difícil para el pueblo judío y añoraban su libertad, las influencias externas les ofrecían algunos beneficios. La fuerza armada romana mantenía las carreteras seguras para el comercio y, como muchos viajaban, esta circunstancia influyó
para que la cultura griega, con su música y arte, se esparciera a través del imperio.

No fue por coincidencia que Dios mandó a su Hijo al mundo durante ese tiempo. Los griegos proveyeron un lenguaje común para la comunicación del evangelio y los romanos dieron la protección y las libertades necesarias para la evangelización.

El Nuevo Testamento es la historia de la vida de Cristo y el comienzo del cristianismo. Estos libros contienen instrucciones y promesas para todos los creyentes, profecías concernientes al futuro y la esperanza de vida eterna con Cristo.

Explicación de las divisiones

Los Evangelios

Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron sobre la vida de Cristo en los Evangelios que llevan por título sus nombres. A estos escritores a veces se les llama Los cuatro evangelistas. Cada uno escribe desde un punto de vista diferente.

Mateo presenta a Jesucristo como Rey o Mesías. Citando las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías (el nombre que los judíos dieron a ese rey o libertador que esperaban), Mateo muestra cómo Jesucristo cumplió las Escrituras.

Marcos escribió para los romanos, muchos de los cuales no conocían las Escrituras. Su Evangelio se caracteriza por movimiento y acción a medida que muestra a sus lectores que Jesucristo vino como el siervo de Dios.

Lucas, un médico, escribió su Evangelio para un amigo griego. Él realiza la perfección de Cristo como hombre, presentándolo como el Hijo del Hombre.

Juan da la evidencia para probar que Jesucristo es el Hijo de Dios y que quienes creen en Él tienen vida eterna. Los primeros tres evangelios se llaman “Sinópticos” porque dan una sinopsis o un vistazo a la vida completa de Jesucristo.

Los eventos que relatan son similares. Pero Juan no presenta tanto la historia de la vida de Jesús, sino más bien sus dichos y enseñanzas.

Historia

Lucas escribió Hechos de los Apóstoles para contar cómo Cristo envió el Espíritu Santo y continuó su obra aquí en la tierra después de su ascensión al cielo.

La palabra Apóstol significa “enviado” o “uno que es enviado”. Hechos cuenta cómo los que fueron “enviados” por el Señor llevaron el Evangelio al mundo.

San Pablo es uno de los personajes principales del libro de los Hechos. Fue apóstol de los gentiles, es decir, de todos los que no eran judíos. Lucas le acompañó en algunos de sus viajes y cuenta sus emocionantes aventuras misioneras. Narra cómo el Espíritu Santo usó a Pablo para establecer la iglesia cristiana en muchos países.

El versículo clave es Hechos 1:8. Es el versículo que cada creyente debe memorizar:

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)

Epístolas Paulinas

Las trece Epístolas paulinas son cartas que Pablo escribió, algunas de ellas a iglesias que él mismo fundó. El libro de Hebreos no fue firmado, así que no no podemos decir que Pablo lo escribió. Algunos eruditos sostienen que él no lo escribió, y por ello no lo incluimos en la lista de las Epístolas paulinas.

Como no había imprentas en esos días, las Epístolas se pasaban de iglesia a iglesia. Es posible que en cada lugar los miembros hicieran una copia para guardarla y estudiarla.

A Romanos se la ha llamado la “catedral de la doctrina cristiana” por su explicación tan clara y tan poderosa sobre la salvación. Su tema sobresaliente es la justificación por la fe.

Pablo escribió 1 y 2 Corintios a la iglesia que él fundó en Corinto. Estas cartas tienen que ver con problemas de doctrina y conducta en la iglesia.

La siguiente epístola, Gálatas, tiene el mismo tema de Romanos: la justificación por la fe. Recalca que nadie puede salvarse por obras buenas, sino por la fe en Cristo Jesús.

Mientras Pablo estuvo en la cárcel por predicar el evangelio, escribió Efesios, Filipenses y Colosenses. Estas epístolas, llamadas las “epístolas de la cárcel”, tratan sobre la conducta en la vida cristiana.

Ambas cartas a los Tesalonicenses describen lo que pasará inmediatamente antes de que Cristo regrese a la tierra. Usted puede leer sobre su venida en 1 Tesalonicenses 4:13–18.

Cuatro de las Epístolas paulinas fueron dirigidas a individuos. Las dos cartas a Timoteo y la de Tito son especialmente de ayuda a pastores. Inmediatamente antes de que Pablo diera su vida por la causa de Cristo, escribió su última carta a Timoteo, exhortándole a la fidelidad en la obra de
Dios. Lea 2 Timoteo 4:5–8.

Onésimo, el esclavo que huyó de Filemón, se convirtió a Cristo mientras estaba en la cárcel con Pablo. Pablo escribió pidiéndole a Filemón que perdonara a Onésimo y lo recibiera como hermano en Cristo.

La palabra clave de Hebreos es “mejor”. Esta carta dirigida a los cristianos hebreos les recuerda que el nuevo pacto es mejor que el antiguo. Hebreos muestra cómo los ritos y sacrificios simbólicos de la ley eran figuras de Jesús, quien llegó a ser nuestro sumo sacerdote y el sacrificio supremo por
nuestros pecados.

Epístolas Generales

Las Epístolas paulinas llevan los nombres de las personas a quienes fueron escritas, pero las epístolas generales llevan los nombres de quienes las escribieron.

Santiago, quien escribió el libro que lleva su nombre, fue pastor de la iglesia de Jerusalén y fue probablemente el hermano de Jesús. Santiago, el hermano de Juan, ya había sido decapitado.

Santiago enseña que la fe viva en Cristo produce buenas obras. Nuestras obras no nos salvan, pero si ya somos salvos haremos todo lo que podamos por Dios y su pueblo.

Las cartas de Pedro son de ánimo para los creyentes que sufren y les recuerdan que Cristo vendrá algún día para recompensar su fidelidad.

Juan, el apóstol amado, vivió más tiempo que cualquiera de los otros doce. Escribió un Evangelio y tres epístolas que llevan su nombre. El tema que trata a través de todos sus escritos es el del amor de Dios que nos impulsa a amarnos los unos a los otros. También escribió Apocalipsis, el libro que revela a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores.

Judas, la última Epístola, fue escrita por el hermano de Santiago y probablemente el hermano de Jesucristo. Amonesta al lector contra las enseñanzas falsas y habla del regreso de Cristo Jesús para juzgar al mundo.

Profecía

El libro de Apocalipsis también se llama la Revelación porque revela el futuro. Sus visiones simbólicas son similares a las del libro de Daniel. Juan, el autor, era un anciano exiliado en la isla de Patmos cuando le fueron dadas las visiones de los últimos días de esta edad, del cielo, y de la venida del reino de Dios.

Aunque Juan había conocido a Jesucristo durante su ministerio terrenal, vio al Señor otra vez como un conquistador poderoso. Lo vio como quien tiene toda autoridad (Apocalipsis 1:18).

Así como la revelación de Cristo tomó a Patmos en un portal del cielo para Juan, así también trae luz a nuestra oscuridad, gozo a nuestras vidas y esperanza a un mundo en caos.

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