Su Biblia 4: Los libros del Antiguo Testamento
“Leer el Antiguo Testamento es como leer cualquier otro libro de historia antigua,” comentó un joven que acababa de unirse a nuestro grupo de estudio bíblico. Pero, después de leer y estudiar algo del Antiguo Testamento cambió su modo de pensar.
Aunque el Antiguo Testamento contiene algo de historia, como la creación y la historia de la nación judía, contiene mucho más. A veces la historia se repite o se cuenta desde otro punto de vista. También contiene profecías que se han registrado cuidadosamente, algunas con su cumplimiento y
otras que todavía se cumplirán. Estos libros contienen historias de amor, poesías, cantos y proverbios en rica variedad. Sabemos que los libros de historia cuentan de héroes, pero el Antiguo Testamento narra historias sobre la gente común. Estas historias no son menos importantes, porque presentan un cuadro claro de la obra de Dios entre su pueblo. Los libros del Antiguo Testamento se pueden dividir en cinco temas principales. En la lección 3 aprendimos sobre las divisiones más pequeñas de los libros: los capítulos y los versículos. Ahora veremos las divisiones o clasificaciones mayores.
Organizacion de las divisiones
Este sencillo dibujo de una mano nos ayuda a recordar las divisiones principales del Antiguo Testamento.
Los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento se agrupan como sigue:
Pentateuco 5 libros
Libros Históricos 12 libros
Libros Poéticos 5 libros
Profetas Mayores 5 libros
Profetas Menores 12 libros
El índice al comienzo de su Biblia contiene una lista de los libros del Antiguo Testamento. Puede ser que se clasifiquen como sigue, pero si no, la siguiente gráfica le será de ayuda.
Quizá usted se haya preguntado por qué se llaman algunos profetas mayores y otros menores. Esta clasificación tiene poco que ver con el contenido de los libros porque todos son de igual importancia. Los libros de los Profetas Mayores (con la excepción de Lamentaciones) son más largos; los Menores más cortos.
Explicación de las divisiones
El Pentateuco
Los primeros cinco libros de la Biblia se conocen como el Pentateuco, que significa “cinco libros”. También se les llama los libros de la ley. El Pentateuco fue escrito por Moisés, gran líder y libertador del pueblo judío. Por ello también se les llama “Los Libros de Moisés.”
Génesis significa “comienzo” u “origen”. Génesis cuenta sobre la creación, el origen del hombre, el diluvio y el llamamiento de Abraham.
Éxodo significa “salir”. Cuenta cómo Dios sacó a su pueblo de la esclavitud, abriendo el mar Rojo ante ellos y supliendo sus necesidades. Contiene los Diez Mandamientos y leyes para la nación.
Levítico toma su nombre de Leví, la tribu de sacerdotes judíos. Este libro contiene instrucciones para los sacerdotes y para el ofrecimiento de sacrificios, todo como figura de Jesucristo, quien llegaría a ser el sacrificio por el pecado de todo el mundo.
Números registra la enumeración del pueblo. El registro del censo fue muy importante para la nación joven que iba a poseer la tierra que Dios había prometido a su padre Abraham.
Deuteronomio significa “segunda ley”. El libro contiene más instrucciones para el pueblo de Dios, la despedida final de Moisés y su comisión a Josué, quien asumiría la dirección después de su muerte.
El Pentateuco destaca la obra de Dios entre los hombres por más o menos un período de 2500 años. Delinea la base para la historia de la redención.
Libros Históricos
Los 12 libros históricos contienen la historia de la nación judía. Cuentan sobre la obra de Dios tanto en individuos como en toda la nación.
Josué, el general que guió al pueblo hebreo después de la muerte de Moisés, continuó hasta conquistar la tierra de Canaán. El libro de Josué registra detalles de esa conquista.
Pero varios reinos pequeños y algunas ciudades trataron de contraatacar. El libro de Jueces cubre 400 años de derrotas y victorias en Canaán: derrotas cuando el pueblo se olvidaba de Dios, victorias cuando se arrepentía y Dios les mandaba jueces como libertadores.
El libro de Rut cuenta la historia de una joven leal y buena, de la tierra de Moab, que vivió en el tiempo de los jueces. Llegó a ser bisabuela de David y de los antepasados de Jesús.
1 y 2 Samuel toman su nombre de Samuel, el último de los jueces. Él también fue sacerdote, profeta, educador y estadista quien desempeñó un papel importante en el establecimiento de su nación como reino.
1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas continúan la historia de la nación hebrea, y cuentan cómo ésta se dividió en los reinos de Judá e Israel, y posteriormente estos reinos sufrieron juicios de Dios por su pecado. Las Crónicas también contienen genealogías importantes para el pueblo hebreo.
En el libro de Esdras se narra el retorno del pueblo judío de Babilonia a Judá. Dios usó a Esdras, un sacerdote, para copiar y compilar los libros sagrados que forman el Antiguo Testamento. Él mandó a hacer copias de las Escrituras para que el pueblo las pudiera leer. Nehemías fue un príncipe, que Dios usó para reconstruir los muros destruidos de Jerusalén. Estos dos hombres ayudaron a fortalecer la nación.
El libro de Ester cuenta cómo Dios usó a una hermosa mujer judía para salvar a su pueblo de una masacre durante el tiempo del cautiverio.
Si usted busca en su Biblia, notará que los libros históricos abarcan una tercera parte del Antiguo Testamento. Marque su Biblia con un papelito antes del libro de Josué y otro después del libro de Ester. Practique la localización de cada libro en su Biblia tan rápidamente como pueda.
Libros Poéticos
Muchos de los libros de la Biblia contienen pasajes poéticos. Pero cinco libros se agrupan bajo el título de “Libros Poéticos”.
Job es una poesía dramática sobre el sufrimiento de un hombre justo y cómo al fin su fe fue premiada. Se cree que este libro es el más antiguo de la Biblia.
Salmos es el himnario y libro de oración de la Biblia. Estas poesías fueron coleccionadas por el pueblo de Israel, y usadas en su adoración. Aunque David y otros líderes escribieron muchos de los salmos, algunos son de origen desconocido.
Salomón, un hijo de David y el tercer rey de Israel, fue el hombre más sabio que jamás haya vivido. Escribió y compiló Proverbios para enseñar a los jóvenes cómo disfrutar de una vida buena y de éxito. Este es uno de los “libros de sabiduría”.
Eclesiastés es el testimonio de Salomón. Trata sobre cuan vacía es la vida sin Dios. Los placeres, las riquezas, los éxitos y el poder no pueden satisfacer. El ser humano fue creado para servir a Dios.
Cantares es como una ópera, un canto dramático. Cuenta la historia del amor entre el esposo y la recién casada. También simboliza el amor de Dios para su pueblo.
La poesía hebrea es diferente de otra poesía en su estilo y estructura. Pero no tiene que seguir el modelo que nos es conocido para que nos demos cuenta de su belleza. A través de esta poesía vemos cómo el corazón de Dios se conmovió por su pueblo y cómo ellos respondieron a Él.
Profetas Mayores
Cuando Dios quería comunicarse directamente con su pueblo, muchas veces usaba a hombres escogidos como profetas. Estos profetas proclamaban el mensaje de Dios, en forma hablada o escrita.
Los libros de esta división se llaman Profetas Mayores porque son más extensos y por el largo ministerio e influencia de estos profetas.
Isaías fue príncipe en Israel y un gran profeta quien vivió durante el tiempo cuando Babilonia estaba apenas estableciendo su imperio. Predijo el cautiverio de la nación hebrea, pero también proclamó un mensaje de esperanza. Setecientos años antes del nacimiento de Cristo Jesús, Isaías
predijo su nacimiento virginal, su muerte por nuestros pecados y su resurrección.
Jeremías también escribió sobre el cautiverio de Babilonia y dijo que los judíos regresarían a sus hogares después de 70 años. El decreto de Ciro permitió que los judíos regresaran a Palestina tal como Jeremías lo había predicho (Jeremías 25:11). Jeremías vio el cumplimiento de muchas profecías al ocurrir la destrucción de Jerusalén. Describe ésta en las cinco poesías tristes que se llaman Lamentaciones.
Ezequiel fue uno de los profetas mayores del exilio. Profetizó a los hebreos durante sus 70 años de cautiverio en Babilonia.
Daniel, un príncipe hebreo cautivo, llegó a ser primer ministro del Imperio babilónico. Sus predicciones exactas del levantamiento y la caída de imperios son asombrosas. Muchas de ellas ya se han cumplido y otras se están cumpliendo aún hoy.
Profetas Menores
Si uniéramos los 12 libros de los profetas menores en un solo libro, no tendría la extensión del libro de Isaías. Pero estos hombres amaban a Dios y valientemente proclamaban su mensaje a un pueblo muchas veces indiferente o en rebelión contra Dios. Los primeros nueve de estos profetas vivieron antes del cautiverio; los otros vivieron después que los judíos regresaron a su patria. Cada libro lleva como título el nombre de su autor.
Oseas predicó sobre el amor de Dios por su pueblo como el amor de un esposo hacia una esposa infiel. Oseas lo ilustró al perdonar a su propia esposa, que le había sido infiel.
Joel profetizó el derramamiento del Espíritu Santo. Este se cumplió el día de Pentecostés y está cumpliéndose en el avivamiento carismático de estos últimos días.
Amós fue un pastor de ovejas a quien Dios envió a la capital de Israel para predicar contra la injusticia social. Advirtió al pueblo sobre el juicio contra el pecado.
Abdías profetizó sobre el juicio contra el país de Edom. Abdías es el libro más corto del Antiguo Testamento. Conocemos muy poco sobre la persona del profeta.
Dios envió a Jonás como misionero a Nínive, pero él trató de huir por barco a otra ciudad. Después de ser tragado por un gran pez, se arrepintió, fue liberado y obedeció a Dios.
Miqueas fue contemporáneo de Isaías y Oseas. Profetizó sobre la destrucción de la nación hebrea, pero también dio esperanza para su futuro. Profetizó del Salvador y en Miqueas 5:2 hasta se menciona el pueblo donde Jesús nacería.
Nahum profetizó la destrucción de Nínive, la gran ciudad que se había arrepentido bajo el mensaje de Jonás. Pero el pueblo había vuelto a su maldad y Dios dijo que destruiría la ciudad.
Habacuc y Sofonías advirtieron sobre la derrota nacional y el cautiverio si el pueblo no se arrepentía. El pueblo no se apartó de su pecado y, por ende, fue llevado cautivo a Babilonia.
Después de regresar de Babilonia a Palestina, Dios usó a Hageo y a Zacarías para animarles a reedificar el templo.
Malaquías, el último de los profetas del Antiguo Testamento, vivió 400 años antes del nacimiento de Cristo Jesús. Lea en Malaquías 3:8–12 su mensaje sobre el diezmo.
Y así termina el relato de cómo Dios obró entre su pueblo bajo el pacto antiguo a medida que ellos esperaban la venida de Cristo y su nuevo pacto.