Usted tiene un amigo: el Espíritu Santo

Hoy más que nunca antes en la historia del mundo, la gente habla del Espíritu Santo y de su obra. Ha descubierto que Él es una persona y no sólo una influencia. Él ha dado nueva vida y poder a miles de iglesias. Millones de personas han descubierto hoy lo que los primeros cristianos querían decir cuando hablaban de estar llenos del Espíritu Santo.

En la revista Pentecostal Evangel, Robert C. Cunningham escribe:

¿Qué significa estar llenos de Dios?…Sabemos lo que significa estar llenos de temor―¡o de envidia o cólera!…Significa que estas fuerzas intensas nos impulsan a hacer cosas que expresan que el espíritu nos controla.

Así que aquí está la verdadera gloria de Pentecostés. Dios el Espíritu Santo llega a la vida y al cuerpo de los seres humanos, y hasta tal grado que son llenos de su presencia…¡El Señor repentinamente viene y llena su templo! Los seres humanos llegan a ser templos de Dios―¡piense en ello! Que nosotros experimentemos la inexpresable maravilla de ser llenos de Dios.

Él es un amigo especial

¿Qué clase de amigo le gustaría tener? A usted le gustaría que su amigo lo ame, que se interese por usted y sus problemas y que comparta su felicidad. A usted le gustaría que este amigo sea sincero, que le diga la verdad aun cuando sea dolorosa y que le señale sus errores con amabilidad para ayudarle a corregirlos.

Quizás le gustaría que su amigo sea más sabio, más fuerte y mejor que usted. Y entre más tiempo pasen juntos, usted llegaría a ser más como su amigo―más fuerte, más sabio y mejor de lo que usted es ahora.

Jesucristo era esta clase de amigo para Pedro, Santiago, Juan y los otros discípulos. Él era amigo de los pecadores. Les perdonó sus pecados y les dio una nueva vida limpia. Era amigo de todos los que querían su amistad: ricos o pobres, pecadores o santos, ignorantes o bien educados de cualquier
raza o nación. Les extendió un amor más rico, más profundo y más desinteresado del que jamás habían conocido―el amor de Dios.

Pero Jesús estaba limitado por su cuerpo humano. Él podía estar solamente en un lugar a la vez. No podía estar con todos sus amigos que lo necesitaban al mismo tiempo. Así que Jesús les dijo a sus seguidores que Él volvería al cielo y que les enviaría a otro amigo y ayudador que podría estar con todos ellos al mismo tiempo, dondequiera que estuvieran.

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (Juan 14:16–17)

Este ayudador que Jesús prometió enviar es el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad. Él es exactamente como Dios el Padre y Jesucristo el Hijo, en su naturaleza, poder y propósito. Él lo sabe todo y tiene todo poder. No tiene cuerpo físico pero puede estar en todas partes al mismo tiempo. Jesús envió al Espíritu Santo, como lo prometió, para que el Espíritu Santo pudiera vivir en los que lo reciben. Él ha venido a hacer por usted lo que Jesús hizo por sus seguidores.

Os conviene que yo me vaya: porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. (Juan 16:7)

¿A veces usted siente que nadie lo comprende o que a nadie le importan sus problemas? ¡Dios comprende y se interesa en usted! Él sabe exactamente lo que usted necesita. Él lo ama tanto que envió a su Espíritu Santo para que sea su amigo y ayudador especial. En este curso usted aprenderá cómo vino el Espíritu Santo, lo que hizo por los primeros cristianos y lo que hará por usted. Con el Espíritu Santo como su amigo, usted ya no se sentirá solo ni desamparado.

Él le ayudará

Jesús prometió enviar a otro ayudador. La palabra que usó en griego fue paracleto, que a veces se traduce como “consolador”. Significa “alguien que va al lado para ayudar”. Los otros títulos del paracleto muestran cuáles son sus poderes y responsabilidades, y cómo Él le ayudará. Él se llama Espíritu de vida, Espíritu Santo, Espíritu de verdad, Espíritu de sabiduría, Espíritu de Cristo y Espíritu de Dios. Cualquiera que sea su problema, su ayudador tiene la solución.

El Espíritu de vida

¿Usted necesita sanidad para el cuerpo? En diferentes partes del mundo los enfermos hoy sanan milagrosamente en respuesta a la oración. Los oídos sordos oyen otra vez. Los ojos ciegos ven. Los paralíticos arrojan sus muletas y caminan otra vez impulsados por el poder del Espíritu Santo. Él es el Espíritu que da vida a todos los seres vivientes. Él ha obrado a través de Jesús para sanar a los enfermos, y todavía está haciendo esa misma obra.

En la lección siguiente usted estudiará más sobre cómo el Espíritu de vida le da vida y salud para el cuerpo y el alma― una vida de gozo y satisfacción en la tierra, y una vida eterna y gloriosa en el mundo venidero. Pero para poder gozar de la vida que el Espíritu da, usted debe permitir que Él lo guíe.

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. (Romanos 8:5–6)

El Espíritu Santo

¿Le parece difícil vivir correctamente? ¿Quiere ser un cristiano mejor? Su ayudador es el Espíritu Santo o Espíritu de santidad. Santo significa “apartado del pecado y entregado a Dios”. El Espíritu Santo nos muestra cuán terribles son nuestros pecados y nos ayuda a desecharlos. Cuando nos
entregamos a Él, Él nos acerca más y más a Él y nos aparta de los pecados como orgullo, egoísmo, terquedad, mal genio, prejuicio, odio, resentimiento, pereza, autocompasión, rebeldía, codicia y pensamientos o hechos inmorales.

Quizás usted necesita desechar un mal hábito. Si usted es cristiano, su cuerpo es templo del Espíritu Santo. Él le ayudará a desechar cualquier hábito que pudiera dañar su cuerpo. El Espíritu Santo ha liberado a miles de drogadictos. La ciencia médica y los trabajadores sociales han podido darles sólo un alivio temporal. En su último esfuerzo desesperado por “liberarse del hábito”, ellos se han vuelto a Dios pidiéndole su ayuda. Después de aceptar al Señor Jesús como su Salvador, le pidieron al Espíritu Santo que los llenara y que les diera poder para vivir para Dios. Entonces el Espíritu Santo los llenó y los liberó del hábito de la drogadicción. Él los llenó con el amor de Dios y el deseo de ayudar a otros. Muchos ahora predican el evangelio. Su vida está limpia, gracias al hecho de que el Espíritu de santidad mora en ellos.

Él le enseñará

El Espíritu de verdad

Así como Jesús enseñó la verdad a sus discípulos, así el Espíritu Santo le enseñará a usted y le contestará sus preguntas acerca de Dios. Él le mostrará el propósito de la vida y le ayudará a entender la Biblia. Las cosas que le eran enigmáticas, repentinamente se le aclararán. Jesús dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).

El Espíritu de sabiduría

¿Usted se pregunta qué debe hacer con sus problemas o cómo resolverlos? El Espíritu de sabiduría ha venido para ayudarle. Él lo guiará y le mostrará lo mejor para usted. En la Lección 4 usted estudiará cómo es que Él hará esto.

¿Usted quiere sabiduría para trabajar para Dios? En el libro de los Hechos vemos que los diáconos tenían que ser llenos del Espíritu Santo para poder desempeñar su trabajo como debía ser. Quizás usted enseña en la Escuela dominical, evangeliza personalmente o predica. El Espíritu de sabiduría
quiere llenarlo y ayudarle tal como lo hizo con los obreros de la iglesia primitiva. Hechos 6:10 dice de Esteban: “Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.”

Él hará que Dios le sea real a usted

El Espíritu de Dios

¿Dios le es real a usted? ¿Es un gobernador lejano que usted llama sólo en momentos de gran crisis, o es un Padre celestial amoroso que se preocupa por todos los detalles de su vida? ¿Son sus oraciones pequeños discursos que pronuncia sólo por cumplir con un deber, o son conversaciones sinceras con su Padre? El Espíritu de Dios ha venido para ayudarle a conocer mejor a Dios. El apóstol Pablo escribe:

Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. (1 Corintios 2:10–12)

Su maestro hará por usted la misma oración que Pablo hizo por los cristianos de Éfeso:

Haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según
la operación del poder de su fuerza. (Efesios 1:17–19)

El Espíritu de Cristo

El Espíritu Santo de Cristo hizo que Jesús fuera real para usted cuando lo salvó. Le hizo saber que Jesús es mucho más que un gran maestro que vivió hace mucho tiempo. Le presentó personalmente a Jesús, el Hijo de Dios, y le ayudó a aceptarlo como su Salvador, Señor y Rey. Lo unió a usted con Cristo y lo convirtió en un miembro de su cuerpo, la Iglesia. Esta unión es tan real que Cristo vive en usted por medio de su Espíritu. Romanos 8:9 dice: “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”

El Espíritu Santo estaba con los seguidores de Jesús antes del día de Pentecostés, pero Jesús prometió que vendría en una forma nueva y que los llenaría. Jesús mismo los bautizaría con el Espíritu Santo. Cuando Él los bautizó, el Espíritu Santo les enseñó más acerca de Jesús y les dio poder para que hablaran de Cristo a los demás.

De la misma manera en nuestros días, todos los que han nacido de nuevo tienen el Espíritu de Cristo. Pero Jesús quiere bautizarlos con su Espíritu para que puedan testificar de Él con más eficacia. Jesús dijo,

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. (Juan 15:26)

El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:14)

Él llenará de amor su vida

Lo que más necesita nuestro mundo hoy es amor desinteresado, el amor que sólo Dios puede dar. Dios lo puede usar a usted para satisfacer esta necesidad, si usted permite que el Espíritu Santo lo llene con esta clase de amor.

En el Antiguo Testamento, Dios les mostraba su amor a los profetas, y ellos le comunicaban ese amor al pueblo. Pero muchos seguían creyendo que Dios era un juez estricto que estaba listo para castigarlos por sus pecados. No entendían que Él quería salvarlos de sus pecados y ser su Padre.

Entonces Dios envió a su Hijo Jesucristo a vivir entre los hombres y a mostrarles cómo Dios es realmente. En las enseñanzas de Jesús usted aprende del maravilloso amor de Dios para toda la humanidad. En la vida de Jesús vemos este amor en acción. Y en su muerte y en su resurrección está la
prueba del amor de Dios para usted.

Pero lo que sucedió hace dos mil años puede parecer muy distante. Nos absorbemos en los problemas de hoy―hambre, violencia, crimen, guerras―y nos preguntamos si de verdad Dios se interesa. Necesitamos conocerlo personalmente y enterarnos por sí mismos que Dios nos ama.

De modo que el Espíritu Santo ha venido para darle a usted un encuentro personal con Dios. Así como Jesús vino para revelar el amor del Padre, el Espíritu Santo ha venido para revelar el amor del Padre y del Hijo. Él derramará en usted un amor que no podrá describir. Él comienza a hacer esto cuando usted se convierte. Cuando usted es bautizado en el Espíritu Santo podría parecerle que aun tiene más capacidad para recibir el amor de Dios. Y a lo largo de los años usted puede rebosar constantemente con el amor de Dios a medida que el Espíritu Santo lo llene una y otra vez. Pablo escribe: “Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).

Un amor de cinco vías llena su vida:

1. El amor de Dios para usted
2. Su amor para Dios
3. El amor de otros cristianos para usted
4. Su amor para otros cristianos
5. Su amor para todos los demás

Los que han sido llenos del Espíritu Santo describen su experiencia de esta manera:

“Fue un bautismo de amor. De repente experimenté un gran amor hacia Dios y su Palabra.”

“El Espíritu Santo me dio un nuevo amor para mi familia, mis amigos, otros cristianos y hasta por los que habían sido mis enemigos.”

“El Espíritu Santo hizo que el Calvario fuera una realidad para mí. Mi corazón estaba lleno de gratitud a Dios. De mi interior brotó un gran amor por Dios e irrumpió por mis labios en alabanza a Él.”

“Los sollozos me estremecían el cuerpo a medida que el amor de Dios hacia las almas perdidas me llenaba y el Espíritu Santo oraba por ellas a través de mí.”

La experiencia moderna sigue el modelo de la iglesia primitiva―un modelo de amor. Dondequiera que usted vaya apreciará el amor de los hermanos en el Señor llenos del Espíritu. Y usted puede experimentar una vida de más gozo que jamás haya soñado ser posible cuando deje que el Espíritu
Santo lo llene de amor.

 

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