Profeta y Rey

Un Profeta Como Moisés

Moisés fue un gran profeta y un gran líder. Sacó a su pueblo de la esclavitud y les dio las leyes de Dios. Dios mostró a Moisés que el Mesías sería también un profeta, que daría al pueblo el mensaje de Dios. El sacaría al pueblo de la esclavitud del pecado. Sería Rey de su vida y les daría nuevos mandamientos que serían su norma de conducta en la vida.

Deuteronomio 18:18-19. «Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas».

Por muchos años el pueblo fue regido por la ley que Dios dio a Moisés. Moisés dijo que esa ley cambiaría con la venida del Mesías. Todos serían juzgados por lo que el Mesías dijera. Y así hoy, cuando queremos saber cómo Dios quiere que vivamos, leemos las enseñanzas de Jesús, los mandamientos del Mesías.

Ejercicio de Repaso

  1. ¿Qué gran profeta recibió los mandamientos de Dios antes de Jesús? ___________
  2. ¿Quién fue aquel profeta como Moisés? ___________

Mandamientos del Reino de Jesús

¿Quiénes serán dichosos?

Sentado en la falda de una colina, Jesús enseñó los principios básicos de la vida a sus seguidores. Al referirnos a ese mensaje, lo llamamos «El Sermón del monte». Allí Jesús habló de la felicidad que Dios proporciona.

Mateo 5:3-12. «Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.

Dichosos los que lloran, porque serán consolados.

Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión.

Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,porque serán llamados hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.

Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes».

¿Quiénes son los miembros del Reino?

Dios estableció por medio de Moisés los principios básicos de lo que se debe hacer y de
lo que no se debe hacer. Esos principios no han sido cambiados. Sin embargo, la ley de Jesús va mucho más allá que la ley de Moisés. Este enseñó a la gente qué se debía hacer. Jesús nos enseña qué debemos ser. Hemos de ser como la sal, para dar buen sabor a la vida; y como la luz, para mostrar a la gente el camino que conduce a Dios.

Mateo 5:13-16. “Ustedes son la sal de la tierra . . .

“Ustedes son la luz del mundo . . .

“Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.”

Ejercicio de Repaso

  1. ¿Qué ley trata principalmente de lo que una persona hace? ___________
  2. ¿Qué ley trata de lo que una persona es? ___________
  3. Jesús dice que nosotros somos como __________ y __________ para el mundo.

Preceptos para los pensamientos y los sentimientos

Las leyes de Moisés son una norma por la cual los seres humanos pueden juzgar las acciones de una persona. Jesús nos da una norma mediante la cual cada persona debe juzgar sus propias actitudes. Podemos ser muy cuidadosos en no quebrantar la ley, y sin embargo, estar cargados de pecado por dentro. Los pensamientos, sentimientos y deseos pecaminosos causan actos pecaminosos. Jesús nos enseña que nos purifiquemos interiormente, para que podamos vivir una vida limpia.

Mateo 5:17. «No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento».

Mateo 5:21-22. «Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: ‘No mates’; . . .  Pero yo les digo: . . . cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al fuego del infierno».

Mateo 5:27-28. «Ustedes han oído que se dijo: ‘No cometas adulterio’. Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón».

Ejercicio de Repaso

  1. ¿Somos responsables ante Dios por nuestros sentimientos y nuestros pensamientos?
    a) No. Nadie puede evitar sentir lo que siente y pensar lo que piensa.
    b) Sí. Nuestros pensamientos y sentimientos son causa de nuestras acciones.

El mandamiento del amor

El principal mandamiento en el Reino de Jesús es el mandamiento del amor: amor a Dios y amor al prójimo.

Mateo 22:35-40.  Uno de ellos, experto en la ley, le tendió una trampa con esta pregunta: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?»

«Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente» —le respondió Jesús—. «Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas»

Mateo 5:43-45. «Ustedes han oído que se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo’. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos».

Ejercicio de Repaso

  1. Lea una vez más los versículos anteriores.
  2. Aprenda de memoria los dos mandamientos que, según Jesús dijo, son los más importantes.

Guardar los Mandamientos de Jesús

Jesús dice que nuestra vida depende de cómo cumplimos sus mandamientos. Este es el secreto de una vida feliz, tanto ahora como después de la muerte.

Lucas 6:46-49. «¿Por qué me llaman ustedes ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que les digo? Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida. Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible».

La única dificultad que encontramos cuando tratamos de cumplir los mandamientos de Jesús, es esta: nadie puede hacerlo por sí mismo. Simplemente no estamos hechos para eso. El pecado mora en nuestro corazón: el egoísmo y la rebeldía que nos impiden vivir según la norma. ¿Qué podemos hacer?

Jesús nos dijo el secreto en una conversación que tuvo con Nicodemo, un jefe religioso. Dios nos cambiará de tal modo, que desearemos hacer lo que Jesús nos enseña que hagamos. Y su Espíritu Santo nos ayudará a hacerlo. Jesús llamó a esto: nacer de nuevo. Pasamos a ser hijos de Dios y tenemos una nueva naturaleza.

Millones de personas han tenido esta experiencia. Han hallado una maravillosa vida nueva siguiendo a Jesús aquí en la tierra. Y aguardan gozosos compartir su bello y eterno hogar en el cielo.

Oración

¡Oh, Dios! Yo no quiero que mi vida se derrumbe y caiga en ruinas. Quita de mí lo malo de mi naturaleza, te suplico. Hazme de nuevo y pon tu amor en mí. Ayúdame a edificar mi vida sobre las enseñanzas de Jesús. Hazme hijo tuyo. Amén.

Ejercicio de Repaso

  1. En la siguiente lista dibuje un círculo alrededor de las cosas que Jesús dijo que hiciéramos:
    Amar a Dio, Juzgar, Enfadarnos, Odiar, Buenas obras, Crímenes, Orar por nuestros enemigos, Asesinato, Amarnos unos a otros, Hurtar, Obedecer las palabras de Jesús, Odiar
  2. ¿Qué vida resistirá la tormenta del juicio y permanecerá para siempre?
    a) La edificada sobre la obediencia a las enseñanzas de Jesús.
    b) La edificada para complacer a la propia persona.
    c) La edificada para complacer a los demás.
  3. Si usted ya ha experimentado el nuevo nacimiento dé gracias a Dios
    porque El le ha hecho hijo suyo. Si usted aún no ha nacido de nuevo, ¿quiere tener esta experiencia?Si desea tenerla, diga a Dios la oración de arriba. Háblele de su deseo.
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