Abrimos la Biblia
La Biblia está formada de una colección de 66 libros divididos en dos partes, a saber: El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. La Biblia fue escrita durante un periodo de varios centenares de años. Se emplearon para ello dos idiomas, el hebreo y el griego. Fue escrita por muchos autores diferentes. Pero estos autores no escribían sus propias palabras. Escribían según los dirigía el Espíritu Santo. Eran inspirados por el Espíritu Santo.
El apóstol Pedro nos dice: “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Todo creyente debe tomar tiempo diariamente para leer la Biblia y para orar a fin de alimentar su espíritu. Pero esta clase de lectura no debe tomar el lugar de un estudio disciplinado de la Palabra de Dios. Este curso le enseñará cómo estudiar la Biblia.
NECESIDAD DE ESTUDIAR LAS SAGRADAS ESCRITURAS
El intento final de la Biblia es cambiar vidas. Lo que aprende de ella debe constituirse en una diferencia en lo que respecta a su actitud y conducta. El Espíritu Santo no está interesado en impartir conocimiento intelectual solamente. Su meta es preparar al hombre de Dios en lo espiritual e intelectual para buenas obras. Su meta es entender la verdad bíblica, y luego aplicarla a su propia vida.
El pasaje bíblico que podríamos denominar clásico que declara la inspiración de las Sagradas Escrituras y la meta de las Sagradas Escrituras es 2 Timoteo 3:16-17. Léalo en su propia Biblia. Note la meta: “A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” La Palabra de Dios podrá hacer esto solamente si usted estudia sus páginas. El estudio disciplinado se define como la aplicación diligente de la mente, examen cuidadoso de los hechos, y profundo pensamiento acerca de ellos. Al pensar en los hechos o verdades, derivará algunas conclusiones y tomará algunas decisiones. Cuando estas decisiones se conviertan en parte integral de su vida, ésta se fundamentará en principios bíblicos y usted estará cumpliendo 2 Timoteo 3:16-17. Discutamos ahora tres maneras cómo la Biblia cambia nuestras actitudes y nuestra conducta.
Vida
Sólo la Biblia puede responder a sus interrogantes sobre la vida. En sí mismo, el hombre no sabe cómo vivir o cómo morir. Su comportamiento está saturado de egoísmo y avaricia. Su suerte es la amargura y la desesperación.
La explicación de la Palabra de Dios produce luz. Los reglamentos de Dios para la vida conducen a la paz, al gozo y a la satisfacción. Los capítulos segundo y tercero de la epístola de Tito son hermosos capítulos sobre la conducta cristiana.
Porque nosotros también eramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo (Tito 3:3-5).
El estudio de las Sagradas Escrituras debe cambiar nuestra manera de vivir.
Fe
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:1-3). La fe para el perdón, para entender el plan de Dios en el mundo y para la realidad de la vida eterna en Cristo Jesús debe proceder de las palabras de la Biblia. Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Sin la Biblia que lo guíe, el hombre deposita su fe en cosas equivocadas como ídolos, fuerzas de la naturaleza, bienes materiales. El estudio de la Biblia no sólo le mostraná al Dios vivo que merece y requiere su fe, sino que el Espíritu Santo usará ese estudio para hacer que la fe en Dios se desarrolle y madure dentro del corazón.
Servicio
El conocimiento bíblico de Dios y su forma de tratarnos nos señala la responsabilidad de compartir ese conocimiento con nuestros semejantes. El mundo tiene hambre de la verdad de Dios. Dios tiene planeado que su reino crezca en virtud de este principio de compartir. Jesús lo compartió de esta manera. Enseñó a la gente y luego la envió para que enseñara a otros. En Lucas 10:1 se nos dice que envió a setenta hombres delante de él a las ciudades a las que iba a visitar. Estos hombres podían compartir con sus semejantes lo que habían aprendido de Jesús. Nosotros debemos compartirlo de esta manera también.
ENFOQUE DEL LIBRO REVELADO
La revelación consiste en hacer de la verdad divina que anteriormente era desconocida e inconocible, conocida y conocible. Consiste en el acto de Dios de revelar su verdad infinita a la mente del hombre. Cuando el creyente emplea el vocablo “Escritura” se refiere sólo a la Biblia. El creyente cree que la Biblia es el único mensaje inspirado de Dios al hombre. La comprensión de esta verdad es el punto inicial necesario para cualquier estudio de la Biblia. La revelación hace que el enfoque de la Biblia sea algo singular en tres formas que damos a continuación.
Requisito espiritual
Por requisito espiritual nos referimos a esa cualidad de carácter espiritual que debe poseer todo aquel que desea entender correctamente la Biblia. Por lo general, el conocimiento de un idioma es todo lo necesario para entender un libro. Pero la Biblia es diferente. Para comprender las Sagradas Escrituras, es también necesario cierto entendimiento de carácter espiritual. Dios mismo nos proporciona tal entendimiento a todos los que creemos en Jesucristo como Salvador.
Requisito sobrenatural
Sobrenatural significa algo fuera del plano natural. Cuando se dice algo es sobrenatural, ese algo pertenece al orden de cosas que están más allá del universo físico observable. Los milagros, hechos que no pueden ser explicados mediante medios normales, se califican de sobrenaturales. El Dios vivo de la Biblia es un Dios de milagros. Como Creador de todo, es Señor de todo.
Los milagros de los que leerá en la Biblia no son acontecimientos imaginarios, como los que podría encontrar en libros de leyendas o en la mitología griega. Los milagros de la Biblia son hechos históricos y serios. La nube que condujo a los israelitas (Exodo 40:36) no era una nube imaginaria. Cuando Jesús alimentó a los cinco mil (Mateo 14) con cinco panes y dos pescados, puede estar seguro de que la gente comió alimentos sólidos y quedó satisfecha, tal como se nos dice en las Sagradas Escrituras.
Los milagros de la Biblia no tienen que ver nada con la magia, con la brujería o con el ocultismo. No se fundamentan en los caprichos o la imaginación. Siempre tienen un fin lógico. Nunca se realizan para entretener o para desplegar poder. Jesús es Señor. Su conducta se basa en su perfecta inteligencia. Su señorío lo abarca todo. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16).
Requisito revelacional
Tenemos que abordar la Biblia con el entendimiento de que cuando la verdad infinita es revelada en palabras comunes, se enriquece el significado de estas palabras. Estas palabras comunes se enriquecen en su significado porque el Espíritu de Dios las usa para comunicar una verdad espiritual.
Por ejemplo, en el Nuevo Testamento la palabra amor ha recibido un significado superior al ordinario en virtud de la cruz. El amor de Dios que impulsó a Jesús a morir por nuestros pecados tiene un significado mucho más profundo que el amor que por lo general entendemos en el mundo. Por lo tanto, es importante en el estudio de la Biblia que le permita al Espíritu Santo iluminar cada palabra.
DIRECTIVAS FUNDAMENTALES PARA LA COMPRENSION
Significado literal del lenguaje
La Biblia sigue un sistema normal de reglas de lenguaje.
El significado literal del lenguaje es la forma natural y normal en que se usa; sigue el significado común de las palabras. En las Sagradas Escrituras esto significa que las palabras tienen significado común, ordinario. La Biblia no fue escrita en un código secreto. Dijimos en la sección anterior que el Espíritu Santo enriquece el significado de palabras comunes, pero esto no quiere decir que el significado básico de las palabras haya sido alterado. Cuando en Marcos 8:27 se nos dice que Jesús y sus discípulos se trasladaron a una villa cercana a Cesarea de Filipos, sabemos que había villas o pueblos en esa zona y que Jesús y sus discípulos los visitaron. Este es el significado literal de las Sagradas Escrituras. Significa lo que sencillamente dice.
El lenguaje puede emplearse también en sentido figurado. Figurado significa expresar una cosa en términos de otra. Presenta a la mente un cuadro que ilustra otras ideas. Esta es una forma perfectamente apropiada de usar el lenguaje y se ilustra en Juan 7:38. En este versículo Jesús dice: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” El lenguaje figurado se emplea para explicar una cosa mediante otra, a la cual puede compararse. El Señor Jesús menciona a una persona con corrientes de agua que salen de su corazón. Una persona razonable puede observar que éste es el uso figurado del lenguaje, distinto de lo acostumbrado. Juan añade una nota explicativa, para que no produzca una duda respecto al significado: “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7:39). El lenguaje literal y el figurado serán discutidos con más amplitud en las lecciones 3 y 4. Pero en general, el lenguaje bíblico puede interpretarse literalmente; es decir, en la forma normal que el idioma es entendido en general. Dios reveló la verdad para que fuese una fuente de información para el hombre y no algo oculto.
El lenguaje humano tiene sus limitaciones
Toda moneda tiene dos caras. Por un lado, la Biblia es comprensible para la gente sencilla porque está escrita en lenguaje sencillo. Pero por otra parte, ¿cómo puede un Dios infinito (ilimitado) explicar la verdad infinita a un hombre finito (limitado)? Puesto que el hombre es finito, su lenguaje también es finito. Decimos que Dios se ha adaptado al hombre. En otras palabras, ha presentado la verdad espiritual en la forma más sencilla posible, de manera que nosotros podamos entender parte de ella. No podemos entender todo lo que hay que entender acerca de Dios. Pero podemos entender aquello que es importante para nosotros ahora.
Romanos 1:20 nos revela que Dios creó la naturaleza con la intención de que le ayudara al hombre a comprender cómo es Dios. Y a fin de ayudarnos a superar la limitación impuesta por el lenguaje y el entendimiento humano, la Biblia emplea lenguaje figurado para ilustrar la verdad.
Nos es difícil entender cómo es Dios. La Biblia nos dice que Dios es espíritu (Juan 4:24). Y, sin embargo, Dios posee poderes ilimitados para ver, actuar y oír. Algunas traducciones de la Biblia emplean la palabra ojos cuando quieren significar sencillamente que Dios tiene poder para ver todo. Emplean la frase mano derecha cuando quieren significar que Dios tiene poder para actuar, para proceder. Estas palabras y frases tienen por objeto ayudarnos a entender, no hacernos pensar que Dios está físicamente limitado, como nosotros. El Espíritu Santo conoce nuestras limitaciones. Ha empleado el lenguaje en una forma que ayuda al entendimiento humano a captar su verdad.
Revelación Progresiva
Dios no sólo se adaptó al lenguaje del hombre, sino a su condición pecaminosa. La historia de la Biblia se inicia con Adán y Eva en presencia de Dios en el huerto del Edén. El pecado de aquella pareja dio como consecuencia que fuesen expulsados de la presencia de Dios. Esa separación de Dios fue y aún es muy profunda y de amplísimos alcances. El hombre fue encerrado en una prisión de sus cinco sentidos. Nada le parecía real a menos que pudiera verlo, tocarlo, gustarlo, sentirlo y oírlo. El pecado lo había aislado de Dios. El infinito amor y paciencia del Espíritu Santo retornó lentamente a la conciencia del hombre. Los israelitas tenían que ser escogidos como una lección vívida y objetiva. Tenía que promulgarse la ley. El plan de Dios se llevaría a cabo después de largos años de historia. Tenía que hallar a hombres especiales como Abraham y Moisés, sensibles a su voz. Envió a profetas para que predicaran sus palabras. Finalmente “cuando vino el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4:4), Dios envió a su Hijo, el Señor Jesucristo. Mediante su muerte en la cruz, Jesús dejó libre el camino para que el hombre regresara a Dios de nuevo.
Mediante todo esto, Dios le proporcionaba al hombre una información cada vez más amplia de Sí mismo. Esta tenía que ser una información progresiva por dos razones: 1) la mente humana estaba limitada a recibir cierta cantidad de verdad cada vez; y 2) el pecado había hecho al hombre moralmente incapaz de establecer contacto con Dios. El profeta Isaías lo entendió cuando dijo que la enseñanza debía ser impartida “renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá” (Isaías 28:10). En virtud de la revelación progresiva, el Dios redentor se ve con más claridad en el Nuevo Testamento que en el Antiguo Testamento.
Las Escrituras interpretan a las Escrituras
Un exponente de la Biblia ha dicho que “las Escrituras constituyen el mejor comentario de sí mismas”. Lo que quiso decir es que cuando un pasaje de las Sagradas Escrituras parece de dificíl interpretación, el lector debe tratar de encontrar otros versículos bíblicos que arrojen luz sobre él. El primer lugar que debemos estudiar es su contexto inmediato. Descubrirá en el glosario que contexto significa “todas las palabras alrededor de un pasaje”. Innecesario es decir que aquí es donde adquiere importancia la familiaridad con toda la Biblia. Hemos recalcado el vocablo estudio en esta lección porque es la aplicación seria de la concentración necesaria para profundizarse en la Palabra de Dios. Mientras más nos familiaricemos con las Sagradas Escrituras, más fácil nos será hallar versículos y pasajes que arrojen luz sobre otros pasajes.
El estudio es como una piedra que se arroja en aguas tranquilas. Se producirán círculos que parten de su centro: las palabras deberán interpretarse según la luz de la oración, la oración según el versículo, el versículo según la sección del capítulo al que pertenece y así sucesivamente. En su perímetro más amplio, toda la Biblia arroja luz sobre sus partes. La Biblia total es el contexto total y guía para entender una porción específica de ella. Ninguna doctrina importante, para la cual no tenemos otro apoyo, puede fundamentarse en versículos aislados. No quiere decir que sea falsa, sino que no tenemos información suficiente.
Queremos hacer una advertencia aquí. Se ha dicho que cualquier teoría o doctrina puede ser demostrada por las Escrituras. La gente ha procurado “demostrar” ideas falsas hojeando la Biblia hasta que ha encontrado un versículo que aparentemente apoyaba lo que pensaba.
Por ejemplo, cierta mujer me dijo un día que la Biblia enseña la reencarnación. Puesto que yo sabía que la Biblia no enseña tal cosa, le pedí que me dijera el lugar donde lo había encontrado. Me contestó citando algunos versículos (y citando erróneamente otros) relacionados con la vida después de la muerte. Aquella mujer aplicaba su propio significado a las Sagradas Escrituras en vez de examinarlas para ver qué decían exactamente. Una lectura cuidadosa y la comparación de un versículo con otro dejaría claramente establecido que Jesús nos ha salvado como individuos (conoce a todas sus ovejas por nombre). Heredaremos vida eterna con él después de la muerte. Esto ni se parece siquiera a la falsa doctrina de la reencarnación.
Armonía básica del todo
Armonía de todos los libros de la Biblia
Podemos usar el contexto para entender mejor la Biblia. Desde la oración gramatical única hasta la completa colección de libros, hay un sistema único de verdades presentadas. En realidad, debemos emplear el sistema total de la verdad para interpretar cualquiera de sus partes. Esta es una de las pruebas evidentes o convincentes de la revelación. Los escritos de tantos hombres, en el transcurso de periodos tan extensos de la historia, están en armonía los unos con los otros. La clave consiste en que naturalmente es el Espíritu Santo el verdadero Autor. Los hombres son sólo instrumentos.
Muchos temas pueden ser observados en la Biblia, pero el principal es la redención por medio de Cristo. El Antiguo Testamento lo señalaba mediante símbolos y en la profecía. El Nuevo Testamento es la historia de su vida, muerte, resurrección y ascensión. El Señor Jesús dijo que las Escrituras del Antiguo Testamento enseñaban acerca de El. Después de su resurrección, les impartió enseñanzas a dos de sus discípulos en el camino a Emaús: “Les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24:27).
Unidad en su significado
La unidad en lo que respecta a significado nos recuerda que las Sagradas Escrituras no se contradicen. Debemos proceder con cuidado a fin de no asignar nuestro propio significado a las Sagradas Escrituras. El procedimiento correcto consiste en dejar que las palabras hablen por sí mismas. Al examinar a fondo las Sagradas Escrituras, surgirá su verdadero significado. Quizá ese significado no sea el que usted esperaba hallar. Dios ha inspirado a los autores. Dios no se contradice a sí mismo. Por lo tanto, la Biblia no se contradice a si misma. Si hay pasajes que al parecer son contrarios, es porque al alumno le falta comprensión o carece de información. En tales casos, es mejor reservarse la opinión hasta que se haya obtenido mayor luz sobre el problema.
VISTA PANORAMICA DE ESTE CURSO
Hemos intitulado esta sección de la lección vista panorámica de este curso porque sus subsecciones presentan temas principales de estudio.
Técnica de preguntas y respuestas
Al haber arribado a esta parte de la lección, ha empleado ya un poco del método de estudio bíblico de preguntas y respuestas. Una buena manera de obtener el significado correcto de un pasaje de las Escrituras consiste en “hacerle preguntas”. Las Sagradas Escrituras, entonces, hablan por sí mismas al surgir las respuestas. El secreto reside en saber cómo formular las preguntas correctas. La técnica de preguntas y respuestas es una herramienta básica en el estudio bíblico.
Principios básicos de interpretación
La lección 1 le ha suministrado ya una comprensión elemental de la interpretación de la Biblia; la lección 3 trata de algunos de los principios básicos o reglas de interpretación en mayor detalle. Estos principios básicos han sido descubiertos y empleados por eruditos bíblicos serios y consagrados, durante siglos de estudio. Su preocupación ha consistido en usar bien o enseñar correctamente el mensaje de la verdad divina. Es importante comprender a fondo los principios básicos de la interpretación, a fin de que esté capacitado para aplicarlos en todos los métodos de estudio bíblico.
Métodos de estudio bíblico
Hay muchos métodos de estudio bíblico, pero este curso empleará sólo cuatro. Este curso se enfoca en el método de todo el libro, conocido también como el método sintético. Puesto que este método es básico para todo estudio bíblico, lo estudiaremos en detalle. Estudiaremos el libro de Habacuc empleando el método sintético o el método de todo el libro en las lecciones 5, 6 y 7.
Las últimas tres lecciones tocarán un método de estudio distinto. La lección 8 enseñará el método biográfico, empleando el libro de Amós. La lección 9 empleará el método temático con el libro de Efesios. La lección 10 aplicará el método devocional a la epístola a los Filipenses.
Las técnicas y métodos de estudio presentados aquí deberán convertirse en las herramientas que usará toda la vida en su estudio de las Sagradas Escrituras.