La Biblia como literatura

Cuando usted habla con alguien, quiere que esa persona le comprenda. Para lograrlo, escoge cierta manera de expresarse que le permite trasmitir sus ideas claramente. Es decir, usted sabe bien que lo que dice y la forma en que lo dice están bien relacionados. Así como la palabra hablada, la literatura o la escritura surte efecto cuando el escritor presenta sus ideas claramente.

Los escritores de la Biblia escogieron bien sus palabras y las ordenaron para cumplir sus propósitos. El estudio de la forma en que los escritores expresaron sus ideas le ayudará en su estudio de la Biblia. Podrá captar mejor la idea principal en un pasaje de las Escrituras. Podrá comprender mejor el propósito del escritor cuando identifica su estilo o manera de expresarse.

Lenguaje literal y figurado

Dios quiere que comprendamos la verdad que nos ha revelado a través de su Palabra. Los escritores de la Biblia escribieron acerca de la realidad. Y casi siempre usaron un lenguaje literal o de hecho. Por ello podemos saber lo que la Biblia quiere decir al aceptar los significados naturales de sus
palabras. Cuando leemos: “Él fue al monte a orar” (Lucas 6:12), sabemos que esto fue literal o realmente lo que Él hizo. Cuando leemos que Cristo “reprendió a la fiebre” y ésta dejó a la mujer (Lucas 4:39), sabemos que esta fue la verdad literal.

Pero cuando leemos un pasaje como: “Vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29), no podemos interpretar todas las palabras literalmente. Jesús no es un cordero o animal. Es como un cordero que en el Antiguo Testamento era sacrificado por los pecados del pueblo. Así pues, parte del lenguaje de la Biblia es figurado o simbólico. Ayuda a explicar una verdad literal.

Las figuras de lenguaje componen el lenguaje figurado. Estas son palabras o frases que nos ayudan a comprender algo difícil de explicar al relacionarlo con alguna cosa que conocemos por experiencia. Juan nos dio un cuadro mental de Cristo como un cordero ofrecido en un altar por nuestros pecados. Este nos ayuda a comprender el propósito de Cristo al venir al mundo.

Las figuras de lenguaje nos ayudan a comprender cosas espirituales que no podemos ver con nuestros ojos naturales. Acuérdese de que en la lección 1 dijimos que Jesús se comparó con el agua de vida. También se comparó con un pan, la luz y un pastor. En cierta ocasión dijo: “He aquí, yo vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). Estos ejemplos nos demuestran que no podemos comparar a Jesús con todos los aspectos de estas cosas. Él es como cada cosa de una manera limitada. Sin embargo, estas figuras de lenguaje nos ayudan a recordar ciertas verdades.

Cristo a menudo usaba lenguaje figurado cuando hablaba con sus seguidores. Les contaba historias sencillas para ayudarles a comprender verdades espirituales importantes. En Mateo 18:10–14, Cristo cuenta el relato de la oveja perdida. En esta comparación, quiere enseñarnos que Él tiene tanto interés por cada uno de nosotros como lo tiene un pastor por una oveja perdida.

Algunas figuras de lenguaje se llaman símbolos. Los símbolos son palabras que representan la verdad acerca de algo. Las palabras luz, sal y ovejas se usan como símbolos de los cristianos. En la Santa Cena, el pan y la copa son símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo. Nos recuerdan la muerte y el
sufrimiento de Cristo para lograr nuestra salvación.

Organización de ideas

Cuando escribimos, tenemos cuidado de organizar nuestras ideas. Tratamos de unir ideas relacionadas entre sí para apoyar una idea principal. Procuramos arreglar las ideas para que encajen bien. En esta sección describimos varias maneras en que los escritores organizan sus ideas.

1. Repetición. El escritor usa los mismos o parecidos términos una y otra vez. En 2 Corintios 8:1–15, la idea de la generosidad cristiana se desarrolla a través de la repetición de ideas de generosidad.

2. Progresión. El escritor crea un desarrollo progresivo al agregar detalle tras detalle, así como lo hacemos cuando contamos un relato. La historia de Felipe relatada en Hechos 8:26–40 demuestra progresión. El Espíritu le dijo a Felipe que fuera a cierto camino. Luego le guió a cierto hombre, para que compartiera con él las buenas nuevas acerca de Jesús. Después de que el hombre aceptó a Cristo y Felipe le bautizó, el Espíritu arrebató a Felipe.

3. Clímax. En una progresión de detalles el escritor guía al lector hacia un clímax. En Filipenses 3:10, Pablo nos revela lo que es la verdadera justicia: “Conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.” Los versículos 1–9 culminan en este clímax.

4. Contraste y comparación. Para hacer un contraste, el escritor presenta dos puntos a fin de hacer resaltar el bien y el mal, o la luz y las tinieblas. El Salmo 1 contrasta al hombre justo, que es plantado como árbol y produce fruto, con los malos que son como la paja llevada por el viento. En este contraste se nota el uso de la comparación: “Los malos…son como el tamo” (v. 4). En la comparación, el escritor relaciona dos cosas para recalcar sus similitudes.

5. Puntos principales. El escritor usa puntos decisivos en una progresión de ideas. Estos puntos son necesarios para lograr el resultado particular de un relato, o para el significado de un pasaje. En el libro de Ester, uno de los puntos principales narra cómo la reina Ester gana el favor del rey cuando ella se le acerca sin haber recibido una invitación. Sin el favor del rey, ella no pudiera haber cumplido su plan para ayudar a proteger la vida de su pueblo.

6. Razones y resultados. El escritor arregla las ideas para mostrar la relación entre cierto resultado y las razones que lo ocasionaron. Puede empezar con el resultado o con las razones. En Colosenses 1:3, Pablo dice a la iglesia que le da gracias a Dios por ellos. Este es un resultado. En el versículo 4, da la razón: “Habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos”. Luego repite esta idea en los versículos 8 y 9, empezando con la razón y terminando con el resultado esta vez. A veces combinamos dos o más de estas maneras para organizar nuestras ideas. En 1 Corintios 1:3–4, 8–9, Pablo usó razones y resultados, y repetición para aclararnos lo que quiso decir.

Estilos de escritura

Historia

La Biblia es la historia del trato de Dios con el hombre. Es una historia escrita de lo que pasó en la vida de ciertas personas. El Espíritu Santo guió a los escritores a escoger a ciertos personajes y eventos para compartirlos con nosotros. Al leer acerca de ellos, mejoramos nuestra relación con Dios. Aumenta nuestra fe al aprender de sus conflictos y victorias.

Por ejemplo, cuando leemos acerca de la tarea que Dios le encomendó a Gedeón, y la lucha de Gedeón con el temor, podemos aprender a reverenciar a Dios y a conquistar el temor que tenemos de otras personas, y del fracaso (Jueces 6 y 7). La historia más grandiosa es la de Cristo mismo. Al seguir su ejemplo, podemos vivir en obediencia a la voluntad de Dios.

La historia se encuentra a través de toda la Biblia. Los libros que contienen principalmente historia abarcan desde Josué hasta Ester, del Antiguo Testamento, y desde Mateo hasta Hechos en el Nuevo. Desde Génesis hasta Deuteronomio se mezclan la historia y la profecía.

Profecía

En la historia bíblica, Dios usó a ciertos hombres, llamados profetas, para hablar directamente al pueblo a nombre de Él. Los profetas declararon la voluntad y el propósito de Dios. Ellos proclamaron la verdad que se cumpliría inmediatamente y predijeron la verdad que se cumpliría en el futuro. Algunas profecías todavía no se cumplen. Predicen eventos que acontecerán en los días finales. Los libros de Ezequiel, Daniel y Apocalipsis contienen muchas profecías de esta clase.

Es más conveniente estudiar primero las profecías que ya se han cumplido y que se explican en el Nuevo Testamento. Hechos, por ejemplo, relata el cumplimiento de varias profecías del Antiguo Testamento. Estas incluyen el derramamiento del Espíritu Santo, el sufrimiento de Cristo y su rechazo, la esclavitud de los hijos de Israel en Egipto, la resurrección de Cristo, la salvación de los gentiles, y la dureza de los corazones de los hombres al no comprender el evangelio.

Aunque es difícil comprender el significado de algunas profecías porque contienen muchos símbolos, necesitamos estudiarlas para aclarar el plan de Dios para nosotros. Los últimos 17 libros del Antiguo Testamento, Salmos y Apocalipsis contienen importantes pasajes de profecía.

Poesía

La poesía es esa clase de escritura en la que se usan ciertas formas de rimas y ritmos para expresar profundas emociones. Mientras que la historia cuenta los eventos verídicos o lo que alguien realizó, la poesía revela lo que el hombre piensa y cómo se siente: contento, triste, desesperado o gozoso. La poesía usa mucho lenguaje figurado. No se puede interpretar literalmente, al estilo de la historia. Por eso, cuando leemos a Job, los libros
poéticos de Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares, y los otros pasajes poéticos que se hallan en toda la Biblia, debemos estar conscientes del uso del lenguaje figurado.

Para dar ritmo a sus ideas, los escritores hebreos a menudo relacionaron dos líneas de pensamiento. Este es el paralelismo. La relación podría ser repetición. En el Salmo 5, el significado de la primera línea: “Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi gemir” se repite en la siguiente: “Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío.” Las siguientes dos líneas se repiten y el método continúa a través del pasaje.

Paralelismo

Escucha mis palabras Está atento a la voz de mi clamor

Contraste

La congoja en el corazón del hombre lo abate

Mas la buena palabra lo alegra

Dos líneas pueden relacionarse por medio del contraste: “La congoja en el corazón del hombre lo abate, mas la buena palabra lo alegra” (Proverbios 12:25). O, dos líneas pueden relacionarse al agregarse un pensamiento a otro para ayudar a explicarlo. Este método se usa en Job 36:21, que empieza:
“Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad”. La siguiente línea agrega al sentido.

Las ideas principales de los libros poéticos tratan de las
emociones. Job describe el sufrimiento humano. Los Salmos nos conducen a adorar a Dios. Proverbios nos muestra
nuestra necesidad de la sabiduría práctica para la vida diaria.
Eclesiastés nos muestra una perspectiva negativa de la vida,
llena de duda. Y Cantares expresa el amor marital.

Cartas

Las cartas son fáciles de identificar. Empiezan con un saludo, siguen con un mensaje principal y cierran con un saludo final. La parte principal de la carta puede contestar preguntas mencionadas en la carta de alguien más. Por ello es bueno recordar que una carta es una respuesta a necesidades
específicas. No ofrece una enseñanza completa sobre un tema.

El apóstol Pablo escribió 13 de las cartas del Nuevo Testamento, llamadas epístolas. Varios otros hombres escribieron las otras ocho cartas. Cuando estudiamos todas estas cartas y comparamos su enseñanza, recibimos dirección para nuestra fe y vida nueva en Cristo.

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