El plan de Dios para la Iglesia

Cristo dijo: “Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). ¡Cuán hermosa promesa! Este versículo nos enseña algunas verdades importantes acerca de la iglesia. Son las siguientes:

1. La iglesia es de Cristo: “Mi iglesia.”

2. Él ha preparado un plan para su iglesia: “Edificaré.”

3. La iglesia de Cristo no será vencida: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”

Dios ya tenía un plan para la iglesia desde el principio del mundo. Ese plan era secreto. Entonces, en el cumplimiento del tiempo, Dios lo reveló. Estudiaremos que en ese plan se incluía el futuro. ¡Dios ha preparado grandes cosas para nosotros! Así que podemos ver con fe hacia el futuro.

El comienzo de la iglesia

¿De dónde surgió la iglesia? Quizá haya estado en su región desde hace muchos siglos, o sólo desde hace muy poco tiempo. Probablemente alguien de su comunidad haya comenzado a predicar el evangelio, o alguien de otra parte llegó para contarles acerca de Cristo.

Antes que el evangelio entrara en su región, incluso antes que alguien conociera el evangelio, Dios ya había preparado
un plan. Este plan no comenzó hace poco. Ni siquiera se inició cuando Cristo murió en la cruz. Fue preparado desde antes de la creación del mundo. Pablo escribió a la iglesia de Éfeso sobre ese plan:

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. (Efesios 1:4–5)

Entonces, cuando se cumplió el tiempo, Cristo vino (Gálatas 4:4). Cristo enseñó la verdad acerca de Dios e hizo muchos milagros. Él comenzó su ministerio entre los judíos, y muchos lo rechazaron. Luego lo crucificaron, pero Dios lo resucitó y estableció el fundamento para su iglesia. De nuevo, Pablo explica esto a la iglesia de Éfeso:

Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio. (Efesios 3:5–6)

La iglesia, entonces, se compone de todos los que creen en Cristo, de todas las naciones. Por medio del evangelio han venido a formar parte de su iglesia.

El futuro glorioso de la iglesia

Dios estaba llevando a cabo su plan por medio de Cristo. Aunque los hombres rechazaron a Cristo, el plan de Dios siguió adelante. Ni siquiera su muerte detuvo a Dios para llevar a cabo su plan.

¡Dios también tiene un plan para el futuro! A su debido tiempo, culminará su plan. ¡Jamás será derrotado! La Biblia nos dice algunas de las cosas que Dios tiene reservadas para su iglesia. Antes de morir, Cristo oró:

Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. (Juan 17:24)

Algún día, a su debido tiempo, Dios contestará esa oración. Algún día la iglesia estará con Cristo y veremos su gloria. Nadie sabe exactamente cómo será el cielo, ¡pero será maravilloso estar para siempre con Cristo!

La Biblia dice que Cristo vendrá a la tierra otra vez para llevarse a su iglesia. Pablo les dijo a los tesalonicenses:

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:16–17)

No sabemos cuándo ocurrirá lo que dijo el apóstol Pablo. Quizá sea ya muy pronto. Sólo Dios sabe el tiempo exacto.

La condición presente de la iglesia

La iglesia ha experimentado un hermoso pasado y le espera un glorioso futuro, pero debe vivir todavía en el mundo. No vivimos en la eternidad, en el pasado ni en el futuro, sino hoy. ¿Cómo nos pueden ayudar hoy estas verdades que hemos estudiado?

El propósito de la iglesia

Más adelante estudiaremos en detalle los deberes de la iglesia, pero ahora sólo tocaremos algunas metas generales. Pablo escribió a la iglesia de Éfeso:

Me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales. (Efesios 3:8–10)

Las palabras lugares celestiales significan el área de conflicto espiritual. Los términos principados y potestades serefieren a los espíritus malos que incitan a la gente a hacer lo malo. Pablo explica que el propósito de Dios para la iglesia consiste en derrotar a los espíritus malos de este mundo. Lea
el resto del capítulo 3. La Biblia dice que, gracias a que el propósito de la iglesia es derrotar al enemigo, nos podemos presentar confiadamente delante de Dios en oración (Efesios 3:11–13). Además, gracias a ello, nos fortalecemos en el poder de Dios, y debemos estar unidos en amor (Efesios 3:14–19).

En los últimos versículos de este capítulo se encuentra un segundo propósito general de la iglesia.

Y a Aquel que es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. (Efesios 3:20–21)

El sufrimiento de la iglesia

En ocasiones los cristianos sufren por su fe en Cristo. Quizá a usted le hayan tratado mal porque es cristiano. En ocasiones se mal entiende y se insulta a algunas personas y en otras pelean contra ellas por las creencias que sostienen. A esto se le llama persecución.

Es difícil comprender este sufrimiento. En ocasiones quizá usted se pregunte: “Si Dios tiene reservadas grandes cosas para mí, ¿por qué sufro ahora?” Esta pregunta no es fácil de contestar. Estudiemos lo que dice la Biblia.

1. Cierto tipo de sufrimiento es normal. Todos nosotros experimentamos ciertos momentos de sufrimiento, ya sea uno cristiano o no. Incluso los cristianos sufren. Pablo le escribió a Timoteo: “y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12). Pero es hermoso saber que cuando sufrimos Dios está a nuestro lado y nos fortalece.

2. El sufrimiento es un privilegio. Sabemos que es un honor sufrir por causa de Cristo. Es así porque Dios tiene una recompensa especial para los que son perseguidos. Pablo le escribió a la iglesia de Filipos: “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” (Filipenses 1:29)

3. El sufrimiento es temporal. El sufrimiento no durará para siempre. Pablo le escribió a la iglesia de Roma: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).

4. El sufrimiento será recompensado. En momentos de sufrimiento, podemos ver hacia el futuro. ¡Fijamos nuestra mirada en el cielo! La Biblia dice: “Si sufrimos, también reinaremos con él” (2 Timoteo 2:12). Dios está al tanto de todo.

Como hemos estudiado, Dios tiene grandes planes para la iglesia. Podemos participar de ese futuro glorioso. Pero hemos de ser fieles en el presente, incluso a pesar de las dificultades.

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