Antes del Matrimonio


Las normas de Dios para lo bueno y lo malo tienen el propósito de que sus hijos e hijas puedan ser personas dignas, y vivan sus vidas en plenitud. 1 Corintios 9:24–27 nos recuerda que un corredor se somete a las más estrictas disciplinas para tener el entrenamiento adecuado para la carrera. Debido a que corre por un premio, se niega a sí mismo de algunos placeres inmediatos para recibir más tarde uno mejor.

En la relación entre un hombre y una mujer, las reglas de Dios no se han hecho para privarles algo que los haga felices, sino para dirigirlos al mejor de los placeres. Dios creó al hombre con apetitos naturales, algunos de los cuales encuentran su expresión en la unión sexual, pero su Palabra afirma que esta unión intima ha de reservarse para el matrimonio.

Generalmente el esposo y esposa cuyas vidas se caracterizan por la disciplina y la abnegación adoptan estos modelos de conducta antes del matrimonio. Otros que, antes de ser marido y mujer, se entregan al placer inmediato a costa del sacrificio de
sus valores morales, llevarán cicatrices en sus vidas que tal vez nunca podrán borrar.

En esta lección, veremos cómo aquellos que subestiman las leyes de Dios, pierden un placer mayor, el premio mejor que Dios había reservado para ellos.

Dios lo Prepara para el Matrimonio

Cuando Dios creó la raza humana, hizo al hombre y a la mujer de acuerdo a su plan perfecto. Hizo provisión para la vida familiar. Él creó el cuerpo humano en una forma tal que los niños pudieran nacer de la unión sexual del hombre con la mujer.

Dios también formó en el cuerpo del niño un proceso de desarrollo que a su debido tiempo estaría preparado para las responsabilidades de un adulto.

A medida que los niños y niñas pasan de la niñez a la juventud, sus cuerpos pasan por cambios. Con estos cambios físicos vienen nuevos intereses, sentimientos y deseos. El joven comienza a interesarse en las muchachas y viceversa. No hay nada de malo en todo esto. Esto es solamente el plan de Dios para prepararlos para el matrimonio. “Varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

No obstante, es muy importante que los jóvenes entiendan que Dios tiene normas de conducta para ellos antes del matrimonio, reglas que ellos deben seguir si esperan tener un hogar feliz más tarde en la vida.

Dios Demanda que Usted se Mantenga Puro

Para que Dios Pueda Vivir en Usted

Dios quiere que usted respete el cuerpo que Él le ha dado, y que trate su cuerpo de tal manera que honre a Dios. Usted debe mantenerse tanto física como moralmente puro por tres razones:

•  Para que Dios viva en usted.
• Por la seguridad de su familia.
• Por la seguridad de su salud.

Puesto que usted pertenece a Dios, se ha convertido en el templo de Dios o en el lugar de su morada. Esto significa que tiene una responsabilidad solemne de guardar su cuerpo santo, para que el Espíritu de Dios viva en usted (1 Corintios 3:16–17).
Aunque tenga otras responsabilidades como cristiano, tales como la de su familia y a usted mismo en términos de su salud, su primera responsabilidad es mantenerse santo, puro y como un vaso consagrado para que Dios pueda morar en usted. 1 Timoteo 5:22 aconseja: “Consérvate puro”.

La Biblia amonesta a los hombres jóvenes en contra de acudir a prostitutas o mujeres fáciles. También prohíbe absolutamente relaciones sexuales fuera del matrimonio, la
homosexualidad, y otras formas de perversiones sexuales. Lea cuidadosamente 1 Corintios 6:15–17, 19.

Considere algunas de las consecuencias que resultan cuando los principios morales son ignorados. En primer lugar, las relaciones con personas inmorales a menudo resultan en enfermedades venéreas. No solamente esto resulta en la pérdida de la salud y vergüenza; también trae como resultado defectos permanentes que son transmitidos por aquellos que los han llevado a sus hijos, causándoles ceguera, desórdenes mentales y otros defectos físicos muy serios.

Cuando las relaciones ilícitas resultan en embarazo, la mujer joven tiene muchos problemas para criar a su hijo afuera de una relación matrimonial normal, sin la seguridad que viene de una unión legitima. Así, un niño estará privado del amor y cuidado de ambos padres.

Por el Bienestar de su Salud

No crea que el no tener relaciones sexuales antes del matrimonio le va a hacer daño. El cumplir con las normas de Dios es mucho más importante que la autoindulgencia. El
libro de Proverbios, en la Biblia, contiene algunos consejos excelentes acerca de esto. Lea cuidadosamente Proverbios 7:1–27.

Aun si una persona no contrae una enfermedad venérea, existen otras muchas amenazas a la salud en las relaciones sexuales antes del matrimonio. Para la mujer siempre existe elmpeligro de un embarazo indeseado y para ambos existe el daño
en sus emociones y salud en general, por la culpa y el temor. Este temor puede ser de que ella resulte embarazada, o de ser descubiertos, o de algunos otros resultados de su amorío, tal como el castigo por haber violado las costumbres sociales y las leyes de Dios.

Por supuesto que la desobediencia a Dios, si no se remedia por medio del arrepentimiento y la renovación espiritual, acarrea enfermedad espiritual y eventualmente la muerte espiritual. Así que, por el bienestar de su salud física, mental y espiritual, consérvese puro. “Huid de la fornicación…mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1 Corintios 6:18).

Usted Puede Guardar las Normas de Dios

Controle sus Sentimientos

Aprender a controlarse a sí mismo es una parte muy importante del crecimiento. Un niño pequeño puede patalear y gritar si no se sale con la suya, pero usted ha aprendido
a no obrar así. El control de sí mismo es una parte esencial en un matrimonio feliz. Por eso, Dios le da a cada persona la oportunidad durante los años de la adolescencia de
desarrollarlo. 2 Timoteo 1:7 dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

Satanás tienta especialmente a la juventud con el sexo, pues los jóvenes experimentan fuertes impulsos y deseos sexuales. Esta clase de sentimientos son normales en un cuerpo que está en desarrollo, pero necesitan ser controlados.

No diga que no puede controlar sus deseos. Dios le ha dado un espíritu que lo hace diferente de los animales. Usted no tiene que ser un esclavo de sus pasiones. Dios le ha dado estas cosas para ayudarlo a controlarse:

• Inteligencia para comprender lo que debe hacer.
• Su Palabra para guiarlo.
• Una conciencia por medio de la cual Dios le habla.
• Una voluntad, o el poder de escoger lo que va a hacer.

Por sobre todo, Dios mismo le ayudará a controlar sus deseos si usted se lo pide.

Evite las pasiones juveniles y siga la justicia, la fe, el amor y la paz, con aquellos
que, de corazón limpio, invocan al Señor. (2 Timoteo 2:22)

Controle sus Sentimientos

El deseo de hacer mal viene por medio de nuestros pensamientos. Mientras más piense usted acerca de la tentación, mas fuerte será el deseo. Así que necesita controlar
sus pensamientos.

Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces, la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado,
siendo consumado, da a luz la muerte. (Santiago 1:14–15)

Muchos de sus pensamientos vienen a usted de lo que oye. Así que no escuche historias sucias ni tome parte en conversaciones que lo conducirán a vivir inmoralmente. Pablo enseña: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun
se nombre entre vosotros, como conviene a santos” (Efesios 5:3).

La tentación también viene de lo que usted ve. Satanás tentó a Adán y Eva para que comieran del fruto prohibido. Consiguió que Eva contemplara el fruto y pensara qué bueno sabría hasta que finalmente lo comió y le dio a Adán. Entonces fueron castigados por desobedecer a Dios.

Satanás todavía tienta a las personas persuadiéndolas a que vean lo que suscita la lascivia. Él usa fotografías indecentes, películas, libros eróticos, algunos tipos de baile y algunas modas sugestivas en el vestir, para tentar a la gente. No permita que Satanás le persuada a participar en estas cosas.

Proteja sus pensamientos y no los deje vagar. Si esta pensando cosas malas, quítelas de su mente. Piense en alguna otra cosa. Empiece haciendo algo que mantenga su mente
ocupada. Pablo escribe:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo
lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. (Filipenses 4:8)

Venza la Tentación

Para vencer la tentación usted debe hacer dos cosas: evitarla lo más posible y rehusar ceder a ella cuando llegue. No asista a lugares donde se ponga en situaciones que lo tentarán a hacer el mal. Relaciones de excesiva familiaridad entre hombres y mujeres pueden conducir a la tentación. Así que sea amigable pero trate a los demás con respeto y espere que ellos lo respeten.

Guíese por las normas de Dios, no la de las películas, durante su noviazgo. Aprenda a respetar al compañero o compañera que ha escogido. Trate de fomentar la clase de
compañerismo que profundizará su respeto mutuamente y al mismo tiempo agradará a Dios. Evite toda clase de liviandad que le hará perder su respeto e inflamará sus pasiones. Es obvio que caer en las caricias es como jugar con fuego. Por tanto, evite la tentación y no le dé a Satanás una oportunidad para excitarlo a darle rienda suelta a una “libertad” que únicamente puede conducir a la vergüenza y al fracaso espiritual.

La Biblia narra la historia de José, un joven que amaba a Dios. Al huir de la tentación, él dio un buen ejemplo. Él era un esclavo en la casa de Potifar. La esposa de éste quería que José fuera su amante, pero él rehusó. Cierto día, cuando ambos se encontraban solos en la casa, ella hizo todo lo posible por seducirlo. José dijo: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9). Cuando la esposa de Potifar continuó insistiendo, él corrió fuera de la casa y escapó de la tentación.

La esposa de Potifar se puso tan furiosa que lo acusó falsamente e hizo que lo encarcelaran. Dios cuidó a José, lo libró de la prisión, y lo hizo gobernador de Egipto. Así, las normas morales elevadas de José le dejaron tremendos dividendos. Este ejemplo demuestra un principio moral en el cual podemos contar: Dios bendice a aquellos que guardan sus normas.

A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. (1 Pedro 4:4–5)

Por Medio del Amor Verdadero

El amor verdadero incluye el respeto y el honor. Así que el hombre que verdaderamente ama a una mujer considerará su bienestar y su reputación más importante que sus deseos personales. El verdadero amor no querrá arruinar la reputación de la señorita o correr el riesgo de que se embarace antes del matrimonio. El amor verdadero demanda autocontrol.

No confíe demasiado en su poder propio de autocontrol. Lo más sabio es evitar la tentación. Así que espere hasta que se una en matrimonio para participar de los amores íntimos que se intercambian únicamente entre un marido y su esposa.

Algunos hombres tratan de que la joven “pruebe su amor” dejándolos hacer lo que ellos quieren. Recuerde, el hombre que pide esto no lo hace porque ame verdaderamente, sino por su deseo egoísta.

El amor que siente por la persona con la que piensa casarse también le ayudará a evitar la tentación de involucrarse con otros hombres o mujeres. Usted sabe que tendrá un matrimonio mucho más feliz si usted y su cónyuge esperan y se mantienen
puros el uno para el otro. Así que aun los planes para un matrimonio feliz le ayudarán a evitar la inmoralidad.

Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios. (1 Tesalonicenses 4:3–5)

Con la Ayuda de Dios

Se necesita el poder de Dios para ser suficientemente fuerte para vencer la tentación bajo cualquier circunstancia. Usted necesita la ayuda de Dios para controlar sus pensamientos y sus acciones. A menos que tenga su ayuda, tarde o temprano el pecado en su corazón saldrá en la forma de pensamientos malos y deseos para hacer el mal. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. (Mateo 15:19) Por eso usted necesita entregar su vida a Dios. Pídale que le perdone todos sus pecados y que le ayude a vivir correctamente.

Jesús vino para salvarnos a todos del poder del pecado. Muchos jóvenes que no habían podido vivir una vida limpia por sí mismos, han sido completamente transformados por el poder de Dios. Ahora viven felices y limpios.

Satanás le tentará aun después de ser salvo, pero usted puede vencer la tentación con la ayuda y el poder de Dios para guiarlo.

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. (1 Pedro 4:1–2)

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