Al Establecer un Hogar


La definición que se encuentra en el diccionario para la palabra hogar es “un lugar de residencia de una familia”. Pero las normas morales de Dios para el hogar ideal sobrepasan grandemente esta definición tan limitada. El hogar ideal se compone de personas que se interesan en las cosas de Dios y mutuamente, personas que oran y se esfuerzan para hacer que el hogar cumpla el ideal de Dios.

Cuando dos personas principian sus vidas juntas como esposo y esposa, muy pronto se dan cuenta de todos los ajustes que necesitan hacer. Cada uno de ellos es una personalidad única, con sus propios sueños, ambiciones, frustraciones y necesidades, y las diferencias individuales no desaparecen porque los dos se unen en matrimonio.

En esta lección estudiaremos acerca de la clase de hogar que cumple su propósito como tal. Una pareja que se proponga establecer un hogar que glorifique a Dios, encontrará que la recompensa es inmensurable.

Los cónyuges que reconocen el principio que se encuentra en Salmos 127:1, “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”, y se proponen establecer un hogar que glorifica a Dios, recibirán una recompensa inestimable.

La Importancia del Hogar

Definición del Hogar

Una casa vacía no es un hogar, un hogar es donde una familia vive. Cuando Dios por primera vez asentó el modelo para la vida familiar, El les dio a Adán y Eva un lugar especial para que fuera su hogar: un jardín hermoso que Adán debía cultivar y cuidar. Dios todavía quiere que cada familia tenga un hogar en donde todos vivan como en una unidad, como una sola entidad.

Un escritor dijo:
Un hogar se puede comparar a un gobierno pequeño. El padre es el presidente, y la madre es la vicepresidenta. Se ayudan mutuamente para gobernar el hogar. Instituyen leyes buenas para que los hijos tengan un lugar pacífico donde vivir. Sus leyes les enseñarán a los hijos a vivir ordenadamente y a ser obedientes. Si los hijos aprenden a obedecer a sus padres en el hogar, después obedecerán en su escuela a los maestros, a sus pastores y a su país.

Un hogar no necesita ser muy lujoso para que pueda ser un lugar feliz, apacible, donde los miembros de la familia amen a Dios y se gocen al estar juntos. El compañerismo que existe entre ellos es lo más importante. Y si han de edificar un buen compañerismo, ellos necesitan pasar tiempo juntos. El hogar es más que un lugar donde comer y dormir. Puesto que el compañerismo es una parte tan importante en el hogar, a menudo usamos la palabra hogar para en el sentido de “familia”.

Importancia para los Cónyuges

El hogar es una de las provisiones de Dios para la felicidad de la humanidad. El esposo y la esposa deberían compartir sus alegrías y pesares, trabajo y juego, problemas y éxito. El hogar es una escuela para los padres así como para los hijos, en donde éstos también pueden aprender a tener paciencia, entendimiento y consideración para los demás. El hogar es un refugio para las tensiones y los problemas que el hombre confronta a diario en su trabajo. El amor, la paz y la presencia de Dios en un hogar cristiano refresca tanto al esposo como a la esposa de sus responsabilidades fuera del hogar.

Una de las funciones principales del hogar es proveer para el nacimiento y desenvolvimiento de los hijos. Las responsabilidades que comparten un hombre y una mujer al ser padres los mantiene unidos si buscan la dirección diaria de Dios para sus vidas. Los hijos en el hogar pueden ocasionar gran gozo y satisfacción. “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” (Salmo 127:3).

Esto no quiere decir que Dios priva de su bendición a esas parejas que no tienen hijos. La Biblia no le da el derecho al esposo de que abandone a la esposa, o que la despida del hogar, o que se case con otra mujer porque es estéril. Pero la Biblia tampoco le da el derecho a la esposa de dejar a su marido si ella lo culpa a él de no tener hijos. Los defectos físicos en cualquiera de los dos no cancelan el contrato matrimonial. Recuerda Abraham y Sara (Génesis 20–21).

La Biblia menciona ejemplos de parejas sin hijos y cómo Dios contestó sus oraciones. El sacerdote Zacarías se encontraba en el templo cuando el ángel del Señor se le apareció para decirle que su oración había sido oída, y Elizabet tendría un hijo (Lucas 1:13). Ana oró por un hijo, y Dios le concedió a Samuel, quien llegó a ser un gran líder
en Israel (1 Samuel 1:11–13). Muchas parejas sin hijos han adoptado hijos. Dios los bendice al proveer un hogar para estos pequeñitos. Se puede fomentar un amor profundo y perdurable entre hijos adoptivos y padres, y se puede ocasionar mucho gozo mutuamente. “¿Quién como Jehová nuestro Dios…? Él hace habitar en familia a la estéril, que se goza en ser madre de hijos. Aleluya” (Salmo 113:5, 9).

Importancia para el Hijo

Un hogar es extremadamente importante para un niño. Este necesita el amor, el cuidado, la felicidad y la protección de un hogar cristiano. La instrucción que se recibe allí no solamente moldea su carácter, sino que afecta su perspectiva total de la vida. Cualesquiera que sean los problemas y desalientos que confronte en el mundo, él necesita tener la seguridad de su hogar, necesita saber que ahí está seguro. Allí él tiene padres que lo comprenden, que lo aman y lo cuidan. El pertenece ahí. Un sentido de seguridad le ayudará al niño a tener una personalidad equilibrada. Así como lo que el niño come es importante para su salud física y desarrollo, el amor de su familia es igualmente importante para su salud y felicidad perdurables.

Podemos comparar el hogar con una escuela. Los padres son los maestros; los hijos son los estudiantes. Los padres enseñan por medio de sus palabras y de su ejemplo. ¡Cuán rápidamente aprenden los niños a imitar a sus padres, tanto en palabra como en hecho! Unos esposos que viven piadosamente ante sus hijos no deben temer si sus hijos siguen sus pisadas. Desgraciadamente, también existen muchos padres perversos
cuyos hijos siguen su estilo de vida. La Biblia nos da ejemplos de los dos.
E hizo lo malo [Amón] ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre. Y anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, y sirvió a los ídolos a los cuales había servido su padre, y los adoró”. (2 Reyes 21:20–21)

Por otro lado, el rey Josafat fue un buen rey cuya vida de joven había tenido la influencia de padres piadosos. Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en
los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. (2 Crónicas 17:3–4)

Cuando usted establezca un hogar, si no lo ha hecho todavía,
nunca olvide que la mayor influencia en las vidas de los hijos,
para bien o para mal, es la de los padres.

En los primeros años de su vida se forman el carácter del niño y sus costumbres para toda la vida. La influencia de padres perversos disminuirá la posibilidad de que sus hijos lleguen a conocer a Dios. De hecho, pueden ser alejados completamente de Dios. Pero en un hogar temeroso de Dios que se gobierna con amor y disciplina, los hijos aprenden lecciones espirituales que nunca olvidarán. Por lo tanto, Proverbios 22:6 aconseja: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Así los niños aprenden a temer a Dios, a ser rectos, honestos, para que puedan ser una bendición para el mundo.

Importancia para la Comunidad

Bien podemos decir que una sociedad depende de la familia para su existencia; es decir, la familia produce los miembros que forman la sociedad. Una buena familia provee la instrucción que los hijos necesitan para que puedan llegar a ser miembros de la sociedad bien adaptados.

El hogar determina qué clase de personas tenemos en nuestras comunidades. Cuando nace un niño, sus primeros contactos son con los otros miembros de su familia. Su
carácter se forma y sus costumbres se desarrollan en el hogar. Aprende cómo tratar a las demás personas. Con la instrucción correcta, un niño desarrolla buenas costumbres, un sentido de responsabilidad, de amor, de lealtad y de respeto por los derechos de los demás. Mucho de lo que aprende en la comunidad pequeña del hogar, lo practicará durante toda su vida en las grandes sociedades de su vecindario y en su mundo.

Ajustes Necesarios

Relaciones entre Esposo y Esposa

Tal vez una persona nunca confronte durante toda su vida ajustes mayores, o más variados, que los del matrimonio, pues esta relación única demanda que un hombre y una mujer se adapten a una forma totalmente nueva de vivir.

Dios comprendió la necesidad del hombre de tener compañía. La compañía era uno de los propósitos principales de la familia. Dios vio a Adán y dijo que no era bueno que
estuviera solo, y le creó una compañera (Génesis 2:18). En Proverbios 18:22 dice: “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.” Sin embargo, muchos que se han intercambiado los votos del matrimonio sin haber considerado primero la responsabilidad solemne de tal entrega, se preguntan si después de todo el matrimonio es bueno o no.

Las personas que se consideran a sí mismas adultos maduros se dan cuenta cuando se casan, que aun ellas tienen todavía mucho que desarrollar. Faltas que antes no veían empiezan a surgir poco a poco. Una persona que antes del matrimonio estaba acostumbrada a pensar sólo lo que era mejor para ella, ahora debe pensar en términos de “¿qué es lo mejor para nosotros?” Edificar un matrimonio es un trabajo para toda la vida. Esto no se logra en los pocos minutos que dura la ceremonia nupcial. Y mientras más conozcan el hombre y la mujer las responsabilidades y obligaciones del matrimonio, mejor preparados estarán para hacer las adaptaciones necesarias.

Vendrán momentos de desacuerdos, y ni el esposo ni la esposa esperan que el otro ceda todo el tiempo. Tendrán que hablar acerca de los problemas y estar de acuerdo en una solución. Los ajustes en el matrimonio requerirán toda la honestidad, la paciencia, la sabiduría y la abnegación de ambos.

Algunas veces es difícil que uno de los dos cónyuges sacrifique sus propios planes y anhelos, pero el amor hace que el ajuste sea posible. Esta es una parte esencial en el
matrimonio y es necesaria para un hogar feliz.

Relaciones con los Padres

Otro problema que surge es las relaciones con los padres. El matrimonio no debería disminuir el respeto y amor que una pareja tenga para sus padres. Es cierto que su matrimonio impedirá que sigan teniendo ese compañerismo íntimo como hijos en crecimiento. Ahora que ellos están estableciendo su propio hogar, la relación nueva e importante es entre esposo y esposa. “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer” (Marcos 10:7).

Los padres algunas veces olvidan que sus hijos casados han crecido y que deben de tener el derecho de dirigir sus propias vidas. Los padres pueden estar capacitados para dar consejos sabios cuando la joven pareja los pida, pero no deberán imponer en ellos cómo dirigir su hogar. Y aun al recibir el consejo, los esposos deben comprender que su relación del uno para con el otro está antes que su responsabilidad hacia sus padres.

Una esposa no deberá correr a ver a sus padres cada vez que surja un problema entre ella y su esposo. Está bien que visite a sus padres de cuando en cuando, pero debe recordar que su hogar ya no es con sus padres sino con su esposo. No deberá ausentarse por largos periodos de tiempo de éste. Él y ella se necesitan mutuamente. Las ausencias largas debilitan el matrimonio y causarán la tentación para él o para ella.

El Dinero Importa

Algo que frecuentemente ocasiona pleitos es el dinero. Es bueno que los esposos hablen acerca de todo lo relacionado al dinero. Un esposo joven puede carecer de un buen sueldo, y su esposa debe ayudarle ahorrando todo lo que pueda. El que estén casados no quiere decir que ella deba hacer demandas injustas de su esposo. La esposa no deberá quejarse si el esposo no está en condiciones económicas de comprarle toda la ropa nueva que ella quisiera tener. Si deben vivir en un nivel social más bajo que sus amigos, esto no debería hacerla infeliz. Todo lo contrario, es más bien un desafío para que ella haga que su hogar sea tan feliz y atractivo como sea posible con lo que ella tiene.

Naturalmente, el esposo tampoco debe esperar que su esposa maneje el hogar sin dinero, o que gane el sustento diario para la familia. Una mujer puede ayudar con los gastos del hogar pero es responsabilidad del esposo, como cabeza del hogar, proveer para su familia

Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. (1 Timoteo 5:8)

Hogares Cristianos y Hogares No-Cristianos

El Hogar No-Cristiano

Muchos hogares están muy distantes de ser lo que Dios quiere que sean. El pecado echó a perder el primer hogar. Adán y Eva desobedecieron a Dios, y esto acarreó el celo, pleitos y crimen en la familia en lugar del gozo y el amor.

Existen hogares que se asemejan al hogar ideal cristiano en muchas maneras. Las familias de estos hogares respetan y obedecen las leyes del pueblo. Se preocupan el uno por el otro. Los esposos proveen lo necesario para sus familias. Son buenos vecinos. Ayudan al pobre y al necesitado. Muchos de ellos son miembros de la iglesia. Pero el ingrediente vital se encuentra ausente: nunca han reconocido que son pecadores; nunca han invitado a Cristo a sus vidas ni a sus hogares.

Son como la iglesia a la cual el ángel dijo: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apocalipsis 3:17). Esta descripción
se puede aplicar a cualquier persona que no reconozca su necesidad de Dios. Entonces, cuando los muchos dolores de cabeza y los problemas empiecen a pesar sobre ellos, no tienen la presencia ni la paz ni la ayuda de Cristo, para vencerlos.

Existen otros hogares de inconversos donde los esposos gastan todos su dinero en juegos de azar, en drogas, tabaco y licor. Algunos llegan a ser esclavos de sus vicios en un grado tal que gastan todo su salario en las cantinas en una sola noche, hasta que no les queda un solo centavo para comprar el alimento para sus familias. Las querellas surgen debido a los celos y al odio. Literatura indecente y conversaciones profanas
corrompen las mentes de los hijos de estos hogares. Desde muy pequeños se familiarizan con la violencia, el crimen, la inmoralidad. Los miembros de las familias inconversas que participan en la ouija, la brujería, y otras formas de ocultismo, aumentan al dolor, a los temores y a las luchas que ya existen en el hogar..

El Hogar Cristiano

Un hogar cristiano está lleno del amor de Cristo, y lo reconoce como su autoridad máxima. Los miembros de este hogar no sólo se acuerdan de Dios todos los domingos, han sido enseñados a obedecer y honrar a Dios todos los días de su vida. Dios se agrada cuando una pareja que ha establecido su hogar acepta a Cristo en sus vidas, y cuando los dos oran y piden su dirección. Pero un hogar cristiano verdadero no se forma de la noche a la mañana, ni se desarrolla automáticamente por el hecho de que los cónyuges son cristianos. Ellos necesitan esforzarse para lograrlo.

Una de las maneras de lograrlo es por medio del culto familiar. Antes de que hubiese templos, Dios enseñó que cada padre debía dirigir la adoración de su familia. El hombre debería tomar el papel de sacerdote en su familia.

Establecer el culto familiar es todavía la responsabilidad del padre. Cuando los padres e hijos leen la Biblia y oran juntos regularmente, crecen en el Señor, y en el conocimiento y el amor mutuo. Este tiempo, al cual algunos llaman “altar familiar” o “culto familiar”, es una parte muy importante en el crecimiento del hijo..

Un hombre y una mujer que principian su matrimonio con cultos familiares y lo practican fielmente, notarán que sus vidas se enriquecerán y recibirán bendición de Dios. Estarán mejor capacitados para resolver cualquier problema que surja, al
saber que cuentan con la ayuda de Dios. Es mejor seleccionar una hora para el culto familiar, en donde otras actividades no interfieran, tal vez antes de que el esposo salga para el trabajo, o al terminar el día. Orar por los alimentos es otra parte de la adoración en el hogar.

Esas familias que se propongan honrar a Dios en sus hogares serán bendecidas por Él, y crecerán en el amor y comprensión mutuamente.

Veamos lo que dice 1 Corintios 13 acerca del amor desinteresado que es característica del hogar ideal cristiano

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:4–7).

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