El Señor Jesús empleó buenos métodos

El talar árboles puede ser a veces un trabajo peligroso. El hombre que realiza esta labor ha recibido la autorización de aquellos que lo emplean para realizar el trabajo. Luego se prepara para derribar el árbol. Existe la forma correcta de cortar el árbol a fin de que caiga en un sitio despejado y no sobre una casa.

El Señor Jesucristo tenía autoridad para enseñar la verdad de Dios. Demostró esa autoridad cuando enseñaba. Asimismo se había formulado una meta, y empleaba métodos para alcanzarla. Este es el ejemplo que nos legó para que lo siguiésemos.

Al comenzar el estudio de esta última lección, pídale al Señor Jesucristo que lo ayude a aprender de él. Pídale que él lo dirija a hallar a alguien a quien pueda enseñar. Luego siga el mejor método al impartir la enseñanza.

Jesús enseño con autoridad

En la época del Señor Jesucristo, los sacerdotes eran los maestros de la Ley. Pero cuando enseñó Jesús, el pueblo vio de inmediato que su enseñanza era diferente. Marcos escribe: “Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Marcos 1:22).

Las enseñanzas de Jesús demostraron que tenía la autoridad, o poder. Había recibido esa autoridad del Padre y sabía que lo que enseñaba era la verdad. La gente que acudía a él se daba cuenta de esto, y lo escuchaba con atención. Hasta los guardas que habían sido enviados a arrestarlo, regresaron a sus jefes sin él. Dijeron: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46).

El Señor Jesús no enseñaba como los sacerdotes. Estos enseñaban solamente lo que los maestros del pasado habían enseñado. Jesús le enseñaba a la gente qué significaba para
ellos la ley de Dios en su vida diaria y que él tenía un plan para ellos. Los ayudaba también a comprender que los amaba y que
ellos a su vez debían amarse mutuamente.

El Señor Jesucristo ejercía esta autoridad porque era el Hijo de Dios. Cuando los judíos le preguntaron al Señor Jesús quién era, él les respondió:

Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. (Juan 8:28)

Cuando el Señor Jesucristo dijo: “YO SOY”, empleó la misma frase que usó Dios cuando hablaba con Moisés en medio de la zarza ardiendo en Éxodo 3:14. Los judíos que seguían al Señor Jesucristo sabían de dónde procedía su autoridad.

Jesús tenía una meta

El Señor Jesucristo tenía una meta en su ministerio: procurar que la gente conociese la verdad de Dios y la aceptara. A una multitud que lo seguía, el Señor Jesucristo le dijo:

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna (Juan 6:38–40).

Tanto la vida del Señor Jesucristo como su ministerio estuvieron dedicados a la enseñanza, a la predicación y a la realización de milagros. En conjunto, estas actividades tenían como fin inspirar a la gente a que creyera en él como su Salvador. Por todas partes que iba, el Señor Jesucristo
predicaba y enseñaba las buenas nuevas. Marcos nos dice que “Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios” (Marcos 1:14).

Un poco después lo vemos diciéndoles a sus discípulos que tenía que visitar a otros pueblos para predicar. Cuando llegó a la ribera del mar de Galilea, una multitud lo seguía, y él “les enseñaba” (Marcos 2:13). Al estudiar la vida del Señor Jesucristo a lo largo de los cuatro evangelios, observamos
que predicaba y enseñaba las buenas nuevas por todas partes que iba.

Jesús empleo métodos

Jesús no solamente sabía qué enseñar, sino también cómo enseñar. Empleó los mismos métodos a que hicimos alusión en nuestra última lección. Consideremos de nuevo a cada uno de ellos. Pero esta vez, estudiaremos también cómo usó Jesús estos métodos.

1. Jesús dio conferencias. Hay varios buenos ejemplos de esas conferencias en los evangelios. Una de esas conferencias fue el Sermón del monte en Mateo 5 al 7. (Léalo ahora.) Observe asimismo en Mateo 7:28 que cuando terminó de hablar, “la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”. Jesús sabía bien cómo usar este método de enseñanza.

2. Jesús empleó también el método de narración. Sus historias se llamaban parábolas. Hay sesenta y una de estas parábolas de Jesús en los evangelios. Estas parábolas o historias se referían a cosas, plantas, aves o personas. Eran historias acerca de situaciones que podrían haberle ocurrido a cualquiera en su diario vivir. Las parábolas tenían por objeto enseñar verdades espirituales, y cada una de ellas enseñaba una verdad.

Un ejemplo es la parábola del buen samaritano en Lucas 10:30–36. Jesús narró esta historia como respuesta a una pregunta capciosa destinada a enredarlo. La parábola enseñó una verdad espiritual sin provocar una discusión.

3. Jesús empleó muchas veces en su enseñanza el método de preguntas y respuestas. También usó este método en la parábola del buen samaritano. Lo hizo también cuando pronunció el Sermón del monte. Al hacerlo, ayudó a sus oyentes a comprender el profundo significado de sus enseñanzas. Cuando le dijo a su auditorio que no se preocupara de los alimentos y ropas, preguntó: “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” (Mateo 6:25).

Jesús formuló preguntas a fin de que sus oyentes pensaran, porque quería que entendiesen lo que les enseñaba.

En otra oportunidad, Jesús quiso enseñar a sus discípulos en lo que respecta a pagar impuestos. Les formuló varias preguntas, entre ellas una dirigida a Pedro (Mateo 17:25). Jesús no necesitaba conocer la opinión de Pedro, ni lo que pensaba sobre impuestos, sino que quería que Pedro meditara
sobre el asunto. Sabía que ésta era una parte importante en el aprendizaje de Pedro.

4. Jesús empleó también el método de discusión. Uno de los mejores ejemplos del uso de este método fue la discusión o conversación que mantuvo con una mujer junto al pozo en Samaria (Juan 4). Jesús comenzó pidiéndole a la mujer que le diera de beber agua. El Señor Jesús guió suavemente
la conversación cada vez que ella procuraba apartarse del tema, hasta que finalmente ella supo quién era él y qué quería enseñarle.

Cuando los discípulos regresaron y lo encontraron hablando con la mujer samaritana, él les dijo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (Juan 4:34). Jesús sabía cuál era la labor que debía desarrollar, y conocía el mensaje que había venido a predicar y enseñar. Y mientras estudia la vida del Señor Jesucristo, observe cómo él ejercía su ministerio en favor de diferentes personas, empleando distintos
métodos de enseñanza.

Jesús les dijo también a sus discípulos: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35). Les hablaba acerca de la cosecha de almas. Esa cosecha no es algo distante, sino que la gente está a punto ahora mismo para creer en Jesús si alguien les enseña.

¿Quién es su vecino? ¿Ha oído él alguna vez acerca de Jesús? ¿De qué le habla cuando lo ve? ¿Sabe él que usted es creyente? Utilice lo que ha aprendido en este curso a fin de enseñar a otros. Hay muchas almas listas para la cosecha. ¿Por qué no ser el cosechero de Dios mediante el ministerio de enseñanza?

Ahora que está a punto de finalizar su estudio sobre el ministerio de la enseñanza, quizá sería bueno que pensara cómo podría ser el ministerio de enseñanza una parte integral de su vida. En el gráfico que figura a continuación le hemos proporcionado algunas cosas para su consideración. Ponga una X en el cuadro que corresponda a su respuesta.

Pídale a Dios que le ayude a encontrar el sitio en donde pueda servir al Señor. Esté dispuesto a hacer lo que él quiera para usted. Hallará gozo en compartir su vida con otros.

Ahora está preparado para contestar las preguntas de la Evaluación de Unidad Dos. Repase las lecciones anteriores, luego siga las instrucciones que están en la hoja de respuesta. Envíe su hoja de respuesta a la dirección de su oficina de inscripción.