Otros Dones Ministeriales 1: Servicio, Enseñanza, Exhortación

Ya hemos completado nuestro estudio de los cuatro dones que llamamos dones ministeriales. Aunque en la lista de Efesios 4 mencionan cinco dones, hemos considerado los de pastores y maestros como uno solo.

En la lección anterior estudiamos acerca de los evangelistas y los pastores-maestros. Aprendimos que aunque todo creyente debe ocuparse en la obra de evangelización, ciertos miembros han recibido un llamamiento especial para que sean evangelistas. También hicimos notar que es más el número de creyentes que son pastores-maestros que cua1quier otro de los tres dones. Dedicamos atención especial al aprendizaje del propósito de Cristo al repartirnos los dones ministeriales.

Ahora pasaremos a estudiar otra clasificación de dones espirituales: otros dones ministeriales. Aunque muchos son los que reciben el don de pastor-maestro, muchos otros miembros del cuerpo de Cristo no reciben ni ese don ni ninguno de los otros tres que hemos estudiado. Pero no se debe pensar que por ello no tienen dones espirituales. En esta lección estudiaremos otros dones ministeriales y que muchos creyentes pueden poseerlos.

Quizá usted no sintió ninguna dirección especial del Espíritu en relación con los dones ministeriales. Entonces, probablemente antes de terminar esta lección reconocerá un don que ya Dios le ha dado a usted. Al ir avanzando en el estudio de la lección, ore para que el Espíritu Santo le dirija.

EL DON DE SERVICIO

Al prepararnos para entrar en el estudio de esta lección, la cual se basa en la lista de dones mencionados principalmente en Romanos 12, es necesario que expliquemos un poco. Es muy difícil clasificar exactamente los dones espirituales. Por tanto, al pasar de una lección a otra notaremos algunas coincidencias o repeticiones. No debemos preocuparnos, ya que todos estos dones proceden de la misma fuente.

La lista de dones de Romanos 12 comienza con el de profecía. Puesto que este don se incluye entre los dones del Espíritu, no lo estudiaremos en este capítulo. Casi al final de 1 Corintios 12 se encuentra una lista de dones espirituales. En esta lista se incluyen dones de las tres clasificaciones.

Definición del don

“o si de servicio, en servir” (Romanos 12:7).

La palabra servicio se deriva de la misma raíz griega que significa servicio o ministerio, y se encuentra varias veces en el Nuevo Testamento griego. Se usa primero en Romanos 12:7. Además, se encuentra en 2 Corintios 8:4: “Pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.” En este caso, un grupo de personas de la iglesia de Macedonia quería que Pablo y los que colaboraban con él se unieran a ellas para suplir las necesidades de algunos creyentes que estaban pasando por momentos difíciles.

La única otra parte de la Biblia en donde se usa la palabra servicio es 2 Corintios 9:1: “Cuanto a la servicio para los santos. . .” y la idea es la misma de 2 Corintios 8:4. Concluimos, entonces, que el don de servicio generalmente se relaciona con el servicio para suplir las necesidades de los demás. Visto de esa manera, puede dársele una aplicación muy amplia. En cierto modo, este don cubre todos los otros dones espirituales. La razón de ello radica en que todos los dones nos son dados para ministrar a los demás. En esta lección consideraremos el don principalmente en su relación con el servicio para suplir las necesidades de los demás.

Explicación e ilustración del don

Todavía hay muchas viudas y huérfanos en el mundo. Hay muchos necesitados a nuestro alrededor. Se les encuentra casi en cada comunidad. Cuán hermoso es saber que algunos hijos de Dios tienen el don de servicio, como lo tenía Dorcas.

Probablemente Dorcas tenía el talento natural para la costura y confección de ropa. Entonces, Dios, por su Santo Espíritu, le agregó a ella el talento y la profunda preocupación por la gente necesitada. De ello resultó el don de servicio. El contar con un talento no es suficiente. Si Dios, por su Espíritu Santo, toma posesión de nuestros talentos, de una manera maravillosa los convierte en dones de servicio.

Ya hemos estudiado acerca de Esteban y Felipe. Ambos fueron evangelistas. Sin embargo, antes de que recibieran el don de la evangelización ya poseían el de servicio. Ya notamos que fueron escogidos para administrar las finanzas de la iglesia. Aparentemente tenían el talento de la adservicio del dinero, pero este talento no se convirtió en don de servicio sino hasta que el Espíritu Santo lo agregó. Entonces ministraron para suplir las necesidades de las viudas de la iglesia.

Casi todo talento natural puede convertirse en don de servicio. Este cambio puede ocurrir sólo si la persona con el talento está llena del Espíritu Santo. Por ejemplo, tomemos el caso de una persona que tiene el talento del canto. Este no es un don de servicio. Es un talento. Pero si la persona que lo posee está llena del Espíritu Santo, puede convertir ese talento en un don de servicio.

¿Tiene usted un talento? Entrégueselo al Señor y El lo podrá usar como un don por medio del cual usted será de bendición para muchas personas.

Propósito del don

El don de servicio se imparte para suplir las necesidades de la gente tanto del cuerpo de Cristo como de inconversos. Una de las formas más efectivas de ganar almas para Cristo consiste, en primer lugar, en suplir sus necesidades.

En Juan 9 se cuenta la historia de un hombre ciego que fue sanado por Cristo. Ese hombre estaba necesitado y Cristo suplió su necesidad. Después de haber ganado su confianza, el Señor le dijo: “¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?” (Juan 9:35-36). Lo que Cristo ya había hecho para suplir su necesidad física lo preparó para creer.

Cuando en realidad ministramos para suplir las necesidades de los demás, ellos se benefician, y la obra de Dios prospera.

EL DON DE ENSEÑANZA

Definición del don

“o el que enseña, en la enseñanza” (Romanos 12:7).

La enseñanza, de acuerdo con el uso que se le da en este versículo, significa: “Mostrar cómo hacer ciertas cosas; instrucción, educación”. Por tanto, el don de enseñanza significa:

(1) el don de mostrar a otros cómo hacer ciertas cosas; (2) el don de instruir a otros para hacer ciertas cosas, y (3) el don de educar a otros, incluso impartir conocimiento.

La diferencia entre el don de pastor-maestro y el de enseñanza estriba en que el primero se relaciona con la dirección en el ministerio. El don de enseñanza, por otro lado, no se limita a ciertos líderes de la iglesia. Cualquier miembro del cuerpo de Cristo puede tener el don de enseñanza. Algunas personas tienen la habilidad natural de la enseñanza. Cuando una persona posee naturalmente este talento y está llena del Espíritu Santo, posiblemente descubra que su talento se ha convertido en un don de enseñanza.

¿Acaso lo anterior significa que las mujeres también pueden enseñar? Sí. Algunos dudan de ello basados en 1 Timoteo 2:11-

12. Pero Pablo no se refirió a que las mujeres no podían poseer el don de enseñanza. Al escribirle a Tito, dijo: “Las ancianas asimismo. . . maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes. . . “ (Tito 2:34).

La declaración de Pablo se basa en el principio de que las mujeres no deben ejercer puestos de autoridad administrativa sobre los hombres en la iglesia. Si bajo ciertas circunstancias no conviene que las mujeres enseñen por esta razón, es mejor que no se les dé tal responsabilidad. No hay nada de malo en que una mujer enseñe, pero cuando exista un problema, es mejor que no se ofenda a nadie. Sí alguna mujer tiene el don de enseñanza, buscará la dirección del Señor y permitirá que el Espíritu Santo desarrolle adecuadamente su don.

Explicación e ilustración del don

La enseñanza puede llevarse a cabo de muchas maneras. Consideraremos sólo dos de las más importantes.

La enseñanza puede llevarse a cabo con el ejemplo

Pablo escribió sobre ello en Tito 2:3-5, epístola que dirigió al pastor-maestro Tito. Parte del trabajo de Tito consistía en la enseñanza. Tenía la responsabilidad de enseñar a las ancianas cómo enseñarles a las mujeres más jóvenes. Debía mostrarles a las ancianas cómo ser buenos ejemplos a las mujeres jóvenes. He aquí una lista de las cosas que les dijo a las ancianas que debían hacer:

Debían comportarse como mujeres santas.

No debían ser calumniadoras (es decir, no debían contar mentiras para ofender a alguien).

No debían ser esclavas del vino.
Debían amar a sus esposos.
Debían ser prudentes, castas.
Debían ser cuidadosas de su casa.
Debían estar sujetas a sus maridos.
No debían hablar mal de la Palabra de Dios.

Las ancianas podían enseñar verbalmente a las jóvenes. Pero lo hacían mejor por medio de su ejemplo. Este tipo de enseñanza puede practicarse bajo cualquier cultura. La enseñanza por el ejemplo consiste en mostrar a otros cómo hacer las cosas. Para una persona llena del Espíritu, este puede ser el don de enseñanza.

La enseñanza puede llevarse a cabo al impartir conocimiento

Cristo lo hizo con mucha frecuencia. Su “Sermón del monte”, registrado en Mateo 5, dice: “Vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba.” En su enseñanza El impartió conocimiento sobre la clase de vida que le agrada a Dios. Ya hemos estudiado cuan importante es el conocimiento. Estudiamos que es la base de la fe. Quienes imparten conocimiento por la enseñanza, hacen posible la fe. Esta es una de las funciones más importantes del don de enseñanza.

El conocimiento que el maestro ha de impartir debe ser principalmente de la Palabra de Dios. El maestro explica el significado de la Palabra de Dios. El don de enseñanza puede ponerse en práctica cuando un padre enseñanza la Palabra de Dios a sus hijos. Se pone en práctica cuando un maestro de escuela dominical o de escuela bíblica enseña su clase. O se pone en práctica cuando un creyente le enseña a un amigo o un grupo de amigos la Palabra de Dios.

No debemos pasar por alto la posibilidad de que un maestro de una escuela pública, si está lleno del Espíritu Santo, pueda poseer el don de enseñanza.

Propósito del don

La función de la enseñanza consiste en impartir conocimiento. Su propósito es hacer posible la fe, una vida y acciones rectas. Sabemos ya cuán importantes son la fe, una vida y acciones rectas para el cuerpo de Cristo. Sin ellas no podría existir el cuerpo de Cristo. Estas declaraciones nos ayudan a comprender el gran valor del don de enseñanza.

EL DON DE EXHORTACION

Definición del don

Exhortar significa “inducir a uno con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer algo.” Aplicado al don de exhortación, significa inducir a los creyentes a que se acerquen a Dios, o a cumplir los propósitos divinos. Significa también llamar a los creyentes a que hagan algo. El creyente que posee el don de exhortación, entonces, induce a la gente a que se acerque a Dios o a cumplir algún propósito divino.

Explicación e ilustración del don

“. . .el que exhorta, en la exhortación” (Romanos 12:8). Hasta este punto de nuestro estudio no le hemos prestado atención a las instrucciones de Pablo en Romanos 12 respecto a los dones que estamos estudiando. No queremos pasarlas por alto. Comenzando con el versículo 6, exhorta a usar cada don. ¿Qué quiere decir? Que se deben desarrollar y usar a la vez. Debemos tratar de hacer nuestros dones tan útiles como nos sea posible. “El que exhorta, [úselo] en la exhortación” (Romanos 12:8). Esta orden significa que debemos usar ese don y tratar de mejorarlo.

Quizá muchos miembros del cuerpo de Cristo tengan el don de exhortación. Comprenderemos mejor esta verdad al estudiar más de cerca cómo funcionó el don en la iglesia primitiva. Al examinar los pasajes en donde se usó la palabra exhortar descubrimos que se usó en relación con un llamamiento a los creyentes. Fueron llamados

1) a que fueran sinceros y fieles al Señor (Hechos 11:23).

2) a permanecer en la fe (Hechos 14:22).

3) a llevar a cabo cierta tarea (2 Corintios 9:5).

4) a que abundaran más y más en agradar a Dios (1 Tesalonicenses 4:1).

5) a amonestar a los ociosos, alentar a los de poco ánimo, sostener a los débiles, ser pacientes con todos, no pagar mal por mal, y seguir lo bueno (1 Tesalonicenses 5:14-15).

6) a trabajar y comer su propio pan (2 Tesalonicenses 3:12).

7) a que se hicieran rogativas, oraciones y peticiones por todos hombres (1 Timoteo 2:1).

8) a que fueran prudentes (Tito 2:6).

9) a contender por la fe (Judas 3).

Todos estos pasajes nos dan una buena idea del significado de la exhortación. Cualquier creyente que pueda ayudar a su hermano en alguna de las formas mencionadas, puede tener el don de exhortación. Los apóstoles pueden exhortar. Asimismo los profetas, los evangelistas, y los pastores-maestros. Casi todo creyente lleno del Espíritu puede poseer el don de exhortación.

Todos los creyentes deben fijar su atención en Hebreos 3:13. “Antes exhortaos los unos a los otros cada día.” Los creyentes que ayudan a sus hermanos cada día y están llenos del Espíritu Santo de seguro experimentarán gozo en el Señor.

Propósito del don

La exhortación cumple muchos propósitos útiles en el cuerpo de Cristo. Casi todo creyente necesita que se le exhorte a menudo. Algunos lo necesitan con mayor frecuencia, particularmente quienes se enfrentan a pruebas y dificultades en la vida. Podemos decir, entonces, que el propósito del don de exhortación consiste en llamar a los creyentes a acercarse más a Dios, o a que cumplan algún propósito divino. Exhortación también significa llamar a los creyentes a llevar a cabo una acción que les ayudará a ellos mismos o a otros en su comunión diaria con Dios.

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