Desarrollo y Aprendizaje

Juan es agricultor. Trabaja arduamente en su campo preparando la tierra, sembrando las semillas, esparciendo fertilizantes e insecticidas. Sus zanahorias, frijoles, calabacines, tomates y otros vegetales parecen crecer más rápido y ser de mayor tamaño que los cultivados por otros agricultores del área. Los clientes en el mercado local están dispuestos a pagar más por sus productos debido a su calidad superior.

Juan comprende un importante principio sobre el crecimiento: Dado el beneficio de las condiciones favorables, se le puede ayudar a la vida en la semilla a desarrollarse hasta lo máximo. El cuidado y las condiciones favorables producen plantas que reflejan salud y vitalidad cuando han madurado. Juan ha aprendido a reconocer las señales del desarrollo apropiado. Sabe exactamente qué hacer en cada etapa de crecimiento para estimular el progreso de los pequeños renuevos a frágiles plantitas y hasta llegar al fruto maduro.

Quizá ya usted haya comprendido que el mismo principio que hace de Juan un agricultor de éxito se aplica en la esfera de la vida espiritual. En esta lección estudiará datos tocante a los alumnos que le ayudarán a estimular su posible crecimiento y desarrollo. A través de la creación de condiciones de aprender favorables, el reconocimiento de necesidades especiales de los alumnos en cada nivel progresivo de desarrollo, así como el ajuste de su estrategia de nutrimiento para responder a estas necesidades especiales, puede estimular el proceso de aprender. Ojalá que sea usted sensible no sólo a los datos acerca de los alumnos, sino también a la dirección del Espíritu Santo, el Maestro principal, al aplicar el conocimiento obtenido.

COMPRENSION DEL DESARROLLO HUMANO

Cómo crecen las personas

El éxito en el establecimiento de relaciones y en la enseñanza efectiva depende en gran parte de nuestra comprensión de la naturaleza de los seres humanos. Para comprendernos a nosotros mismos y a quienes procuramos nutrir para su crecimiento espiritual, hemos de estudiar el desarrollo humano.

Las personas crecen de muchas maneras. Tan pronto como comienza la vida, comenzamos a crecer físicamente. Nuestros cuerpos continúan creciendo por cierto número de años y alcanzan su estatura máxima en la madurez temprana. También crecemos intelectual, emocional, social y espiritualmente. El crecimiento en estas cinco áreas puede continuar mucho después de que ha terminado el crecimiento físico. De hecho, el crecimiento en las áreas no físicas puede continuar por toda la vida hasta que la muerte, la senilidad o el deterioro físico interfieran en la capacidad de crecimiento.

Es importante el crecimiento en estas cinco facetas de la vida. Ser completo, total, consiste en desarrollarse debidamente en estas cinco facetas. Alcanzamos la integridad, la calidad de seres completos, cuando logramos un equilibrio ideal en cada una de estas áreas. Ocurre el desequilibrio cuando la persona deja de desarrollarse apropiadamente en una o más de estas áreas básicas de la vida, o cuando se desarrolla un área y se descuidan las otras. La meta del nutrimiento cristiano es la integridad, la totalidad —el desarrollo apropiado en cada área de la vida.

Los creyentes con frecuencia le dan alta prioridad al desarrollo espiritual. Le damos alto valor al crecimiento espiritual porque la vida que Cristo nos ha dado es eterna. Otras áreas de la vida humana son temporales y cesan con la muerte, pero el espíritu del hombre sigue viviendo después de la muerte y regresa a Dios. Por tanto, en el nutrimiento cristiano hacemos mucho hincapié en el desarrollo espiritual.

Aunque el crecimiento es natural, no deberíamos dar por hecho que en su totalidad ocurre automáticamente. Debe ser impulsado y nutrido. Los maestros, así como otros creyentes, tienen oportunidades de facilitar el crecimiento.

Etapas principales de la vida

Por lo general identificamos tres etapas principales de la vida humana: niñez, adolescencia o juventud y la madurez. La niñez se refiere a esa etapa de la vida desde el nacimiento hasta los once o doce años. La adolescencia abarca la edad de doce años hasta la de dieciocho o diecinueve. La madurez, la etapa más larga, comienza como a los veinte años y continúa hasta la muerte. Puesto que muchas personas viven hasta la ancianidad, esta etapa puede abarcar hasta dos terceras partes o tres cuartas partes de toda una vida.

¿Ha observado que al pasar las personas por estas etapas de desarrollo humano cambian sus habilidades, necesidades y características? Un bebé recién nacido es muy diferente de lo que será cuando tenga diez años de edad. Un adulto joven a principios de sus años veinte es diferente de un adulto de sesenta o setenta. Es evidente que tres agrupaciones inclusivas no pueden describir exactamente las muchas etapas del desarrollo humano. Por consecuencia, las dividimos en tres subdivisiones para describir con más exactitud los cambios característicos de cada subetapa de crecimiento.

  1. La niñez, la primera etapa principal de la vida, se divide en tres categorías: temprana, media y avanzada. La niñez temprana describe el período desde el nacimiento hasta la edad de cinco o seis años. En muchas sociedades los niños comienzan a asistir a la escuela al terminar este período. La niñez media abarca la edad de cinco o seis años hasta los nueve o diez. La niñez avanzada abarca la edad de diez años hasta el principio de la adolescencia como a los doce años.
  2. La adolescencia, la segunda etapa principal de la vida, también se divide en tres segmentos: temprana, media y avanzada. La adolescencia temprana incluye las edades de doce hasta los quince años. En muchos países los adolescentes de esta edad asisten a la escuela de educación secundaria. La adolescencia media incluye a los adolescentes de quince a diecisiete años de edad. Los adolescentes de esta etapa en muchas culturas asisten a escuelas de educación superior o bachillerato. La adolescencia avanzada incluye a jóvenes como de diecisiete a diecinueve años de edad. Por lo general en esta etapa se gradúan de la educación superior o bachillerato.
  3. La madurez, la tercera etapa principal de la vida, también se subdivide en temprana, media y avanzada. La madurez temprana se extiende como desde la edad de veinte años a los treinta y cinco o cuarenta. Es una etapa de muchos comienzos: vocación, hogar y familia, para mencionar sólo unos cuantos. La madurez media abarca de los treinta y cinco o cuarenta años hasta los sesenta o sesenta y cinco. Esta época se caracteriza por el alcance de las primeras metas como el establecerse en una comunidad y criar, educar y preparar a los hijos para la madurez. La madurez avanzada abarca de los sesenta y cinco años hasta el final de la vida.

Hace unos años cierta compañía de seguros dividió en tres categorías las épocas principales de la vida. Describieron la niñez y la adolescencia como “la época de aprender”. A la madurez temprana y media le llamaron “la época de obtener ganancias”. Y a la madurez avanzada le llamaron “la época de añorar”. Quizá haya aquí una lección para nosotros en cuanto a aprovechar al máximo nuestro tiempo y talentos al nutrirnos para el crecimiento cristiano. Ojalá que lo que aquí estudiemos nos inspire a aplicar los principios de siembra y cosecha empleados por Juan para que podamos ayudar a desarrollar en las personas el crecimiento saludable, espiritual.

Las diferencias en las características de una época a otra son mayores en la niñez y la adolescencia que en la madurez. Sin embargo, ni las divisiones principales ni las subdivisiones dentro de las mismas son fijas. Cada persona se desarrolla en un ritmo diferente.

Desarrollo de la personalidad

Observará usted que cuando existe equilibrio en el crecimiento en las cinco áreas de la vida ya mencionadas, las personas experimentan un estado de totalidad. Y aprenderá que al pasar las personas por varias etapas de desarrollo, sus necesidades, habilidades y características cambian. Primero veamos el desarrollo paralelo de la personalidad y los factores que más influyen en ella. Este breve anticipo nos dará un destello de otro factor que influye en nuestra capacidad de aprender.

Las personas de la misma etapa de edad por lo general se asemejan en muchas maneras. Tienen la tendencia de seguir patrones similares de crecimiento y desarrollo. Con todo, no se puede considerar como típica a ninguna persona: nadie encaja exactamente en una lista de características generales. Cada persona es singular, con su particular temperamento, carácter y personalidad, pero éstos se desarrollan y modifican a través de la experiencia, el instrumento y el proceso de aprender.

Personalidad es un vocablo que se refiere a lo que es una persona en su totalidad. Incluye los pensamientos, acciones, actitudes, rasgos, temperamento y carácter.

La personalidad humana es afectada por fuerzas complejas a través de un largo período de tiempo. Aquí estudiaremos tres factores que influyen sobre la personalidad: 1) herencia; 2) ambiente; 3) voluntad.

  1. Herencia. A los rasgos específicos que heredamos de nuestros padres les llamamos herencia. El tamaño y la forma del cuerpo, el color del cabello y de los ojos, las disposiciones y las habilidades intelectuales son unos cuantos ejemplos de las cualidades que componen nuestra personalidad. Se ha prestado mucha atención a las diferencias entre las personas en sus habilidades intelectuales causadas por la herencia. Estas habilidades mentales parecen determinar el alcance a los límites dentro de los cuales una persona tiene la capacidad de aprender. Este factor hereditario se observa en particular en la forma en que los niños aprenden y se desarrollan. La capacidad de crecimiento y desarrollo en cada área de la vida forma parte de los dotes naturales de la persona. Sin embargo, debido a la combinación singular de rasgos que influyen sobre el desarrollo de la personalidad que recibimos por la herencia, cada persona crece y se desarrolla en forma diferente de las demás.
  2. Medio ambiente. El medio ambiente se refiere a lo que nos rodea. Las personas se desarrollan dentro de marcos físicos que tienen efectos licitadores y determinan su desarrollo. Por ejemplo, la vida en una carpa nómada y la vida en una comunidad de apartamentos ejercen diferentes influencias sobre los niños. Imagínese, por ejemplo, la diferencia entre los niños del campo que pueden cavar, correr, saltar, explorar los campos y participar en trabajos y juegos propios de su ambiente físico y los niños de la ciudad que viven en edificios de apartamentos atestados, quienes juegan en calles y callejones repletos de personas y objetos en una selva de concreto. El ambiente social, que también influye sobre el desarrollo de las personas, incluye cosas tales como: los vecindarios en donde viven, su ocupación y educación, ingresos financieros familiares, la calidad de escuelas disponibles, las oportunidades a su alcance para actividades recreativas, culturales y religiosas, así como otros factores. La cultura también forma parte de nuestro ambiente. Toda cultura ha establecido sus propios valores y enseña conducta basada en esos valores. El ambiente provee tanto limitaciones como oportunidades para desarrollar nuestras habilidades mentales. Por lo general preferimos un ambiente que nos provee amplias oportunidades de desarrollo antes que el que provee sólo oportunidades estrechas, limitadas.
  3. Voluntad. La voluntad de las personas también influye sobre el desarrollo de su personalidad. Se les ha dado la capacidad de hacer decisiones. Quizá decidan aprovechar las oportunidades de desarrollo disponibles para ellos o ignorarlas y descuidarlas. Algunas personas creen que la voluntad es más importante para el desarrollo de la personalidad que la capacidad mental heredada o las oportunidades de su ambiente.

CARACTERISTICAS DE LOS ALUMNOS

El crecimiento influye sobre el aprender. Sin embargo, al comenzar a desarrollarnos, lo que aprendemos se convierte en la base del desarrollo continuo. La primera etapa principal del desarrollo en la que enfocamos nuestra atención es la de la niñez. Comenzando en un estado muy indefenso, el niño crece a través de varias etapas identificables. Ya cuando el niño ha llegado a la adolescencia, se ha desarrollado perceptiblemente en lo físico, social, intelectual y espiritual. En esta sección se estudiarán las diversas etapas del crecimiento y se descubrirán características comunes a estas etapas.

Niñez temprana

La etapa de la vida desde el nacimiento hasta el comienzo de la educación escolar formal del niño trae muchos cambios de desarrollo. Algunos han sugerido que en esta etapa ocurre más desarrollo y aprendizaje que en cualquier otra etapa de la vida.

Físicamente

A través de la infancia y la niñez temprana, las personas experimentan crecimiento físico muy rápido. Al nacer el niño es muy pequeño y se encuentra indefenso. Tiene que depender de su madre y de los demás para suplir sus necesidades. Pero ya para cuando el niño entra en la escuela, ya ha crecido considerablemente. Ha aprendido a voltearse en la cama, a sentarse, a pararse, a caminar y a correr. El rápido crecimiento de esta etapa resulta del desarrollo de los músculos grandes. Estos músculos grandes controlan la habilidad de movimientos grandes del cuerpo que no requieren mucha coordinación o precisión. En esta edad los músculos pequeños que necesita uno para movimientos delicados aún no se han desarrollado plenamente. Por tanto, el niño no es capaz de llevar a cabo operaciones delicadas tales como trazar líneas, cortar por las líneas o colorear dentro de las líneas de un cuadro. Este control se logra con el tiempo. Gran parte del desarrollo del niño se revela a través de los juegos. Las actividades de movimiento tales como correr, saltar, lanzar, dar de punta pies a una pelota y amontonar bloques son típicas del desarrollo físico en los niños pequeños. Por eso los niños pequeños tienen que mantenerse ocupados en actividades físicas. No pueden estar quietos por largo rato sin inquietarse, ya que su lapso de atención es muy corto. Debido a que son activos, se cansan rápidamente y necesitan equilibrio entre la acción física y la participación creadora que exige menos de su cuerpo físico.

Mentalmente

La niñez temprana es una etapa de descubrimiento mental. El niño descubre a través de sus sentidos. Por eso es que trata todo lo que está a su alcance y con frecuencia se lleva las cosas a la boca. Está descubriendo y por ello necesita el cuidado protector de una persona mayor, ya que no está consciente de los peligros La niñez temprana es una etapa de descubrimiento mental. El niño descubre a través de sus sentidos. Por eso es que trata todo lo que está a su alcance y con frecuencia se lleva las cosas a la boca. Está descubriendo y por ello necesita el cuidado protector de una persona mayor, ya que no está consciente de los peligros de tragar o tocar objetos dañinos. Los niños pequeños son muy curiosos y hacen muchas preguntas. De esta manera exploran el mundo que los rodea.

En esta etapa los niños aprenden a usar el lenguaje como herramienta para expresarse. Desde las primeras palabras, su habilidad para usar el lenguaje se desarrolla rápidamente. Ya cuando el niño alcanza la edad escolar, cuenta con un vocabulario como de 1.000 palabras, dependiendo de su ambiente hogareño e influencia cultural. Su habilidad en el lenguaje por lo general se limita al habla. Aún no ha aprendido a leer o a escribir. Si enseña usted a niños de esta edad, necesita usar palabras que puedan comprender. Comprenden literalmente lo que se les dice: por tanto, debe usted seleccionar palabras que trasmiten su significado exacto.

Durante esta etapa temprana de desarrollo, la habilidad de los niños para enfocar su atención en una sola idea es muy limitada. Como por dos o tres años el lapso de atención con frecuencia no pasa de dos a tres minutos, pero ya para cuando comienza su educación escolar ya ha aumentado a siete o hasta diez minutos. Por eso, los maestros deberían planificar actividades de aprender tomando en cuenta este lapso de tiempo. Las actividades deberían cambiar antes de que la atención de los alumnos se enfoque en otras cosas.

Con mucha frecuencia los niños pequeños cuentan con una imaginación vívida. Tienen la habilidad de salirse de la realidad y vivir en un mundo imaginario. Esta circunstancia puede ayudar para enseñarles muchas verdades. En este mismo marco de tiempo, muchos padres desafían a sus hijos a memorizar simples poesías, cantos e incluso breves pasajes bíblicos. El desempeño de los niños en esta actividad es maravilloso debido a su alta motivación y a su habilidad extraordinaria para retener lo que aprenden.

En esta edad temprana los niños por lo general se sienten seguros emocionalmente en la presencia de su familia, pero quizá se sientan temerosos ante lo que no les es familiar, ante lo desconocido. Usted puede ayudarles a mejorar en el aspecto de seguridad convirtiéndose en su amigo verdadero.

Espiritualmente

En esta edad temprana de la vida, el niño cree todo lo que le dicen y se puede influir en él fácilmente. Recibe impresiones con facilidad y desea hacer el bien, en particular cuando éste es reforzado apropiadamente con aprobación amorosa. Aun cuando su habilidad para comprender a Dios está limitada, el niño pequeño puede comprender ciertas verdades espirituales básicas. Puede comprender que Dios es un amigo especial; que la iglesia es un lugar especial; que Dios le ama y le cuida. El niño pequeño puede expresar adoración amorosa a Dios en respuesta a los cálidos sentimientos que experimenta al estar aprendiendo acerca de Dios. Fácilmente puede memorizar pasajes bíblicos muy básicos. Responde al amor y con facilidad comprende y responde al amor de Dios.

Niñez media

Por lo general el comienzo de la educación escolar formal se considera como el punto de transición de la niñez temprana a la media. Esta época marca el comienzo de muchos desarrollos en la vida de los niños. El crecimiento y el desarrollo continúan aceleradamente.

Físicamente

Durante los años de la niñez media los niños son muy activos. Les gusta la actividad física vigorosa, pero se cansan con rapidez. Gran parte de su energía se emplea en su crecimiento. Su crecimiento físico es irregular. Pueden crecer rápidamente por un breve período; entonces dejan de hacerlo notablemente por algún tiempo. Durante esta etapa el corazón se desarrolla con más lentitud que el resto del cuerpo. Por eso se cansan rápidamente. Sin embargo, desarrollan la coordinación y el control muscular que necesitan para juegos organizados, por lo que sus actividades se vuelven más resueltas. Disfrutan haciendo cosas, especialmente juguetes y artículos para mejorar sus juegos.

Mentalmente

El lapso de atención de los niños en esta época aumenta y pueden concentrarse en una idea particular de 10 a 15 minutos. Aun cuando su razonamiento y su capacidad para distinguir no se han desarrollado plenamente, son observadores y con frecuencia notan detalles específicos. Su interés investigador en la búsqueda de información es una característica normal de su conocimiento que va en aumento. Con frecuencia exageran el valor de su propio conocimiento.

Los niños están aprendiendo a leer y a escribir, por lo que su vocabulario se expande. Como resultado, con frecuencia se expresan con palabras que pronuncian mal o usan incorrectamente.

Tienden a pensar literalmente y aún no han aprendido el uso del simbolismo, abstracciones y generalizaciones. Tienen buena memoria y pueden memorizarse cantos, poemas y versículos bíblicos apropiados para su nivel de desarrollo con facilidad.

En los años de la niñez media los niños tienden a sentirse inseguros emocionalmente. No les es fuera de lo común expresarse por medio del llanto. Su mundo social se está ampliando, por lo que con frecuencia lo interpretan como amenaza a la seguridad que han experimentado en su temprana vida en el ambiente de amor de su familia y hogar. Necesitan la aceptación amorosa y la aprobación de adultos tales como los padres, los maestros y otros respetables líderes adultos.

Socialmente

Puesto que los niños ya están en la escuela, sus puntos de vista sociales se están ampliando. Sus amistades se han extendido más allá de sus familias para incluir a otros niños y maestros. Hacen amigos de ambos sexos fácilmente y aprenden a funcionar como parte del grupo. Aprenden a cooperar al dar y al participar en las responsabilidades. Pasan del juego a solas a las actividades en grupo. Su ética de lo justo, de lo bueno y lo malo, se está desarrollando, por lo que se ofenden fácilmente si creen que se les ha tratado injustamente.

Espiritualmente

Durante la niñez media los niños poseen conciencias tiernas, fe implícita y el deseo de obedecer. Tienen inclinación espiritual y responden con disposición a la verdad acerca de Dios. Aprenden bien por medio de historias y en particular disfrutan de historias bíblicas. Las historias bíblicas pueden ser usadas tanto para enseñar conceptos morales como para establecer la base de una futura comprensión cronológica de la Biblia. La conciencia de los niños se está desarrollando y las acciones buenas y malas influyen sobre su paz mental. Buscan en los adultos normas de comportamiento y rápidamente siguen su ejemplo. Los padres ejercen una influencia poderosa en este punto, aunque a la vez pesa sobre ellos una tremenda responsabilidad. Puesto que respetan mucho a los maestros, el valor de su ejemplo espiritual no puede exagerarse. Los maestros deben considerarlo con seriedad en todos los niveles de los alumnos, pero en particular para los niños cuyos padres no son creyentes. Con toda seguridad los padres inconversos no reforzarán los valores espirituales en el hogar. Con frecuencia los niños de esta etapa media están listos para hacer su entrega personal a Cristo. Esta disposición a menudo depende de la experiencia hogareña, la asistencia a la iglesia y de la enseñanza significativa y el ejemplo personal del maestro.

Niñez avanzada

Los años de la preadolescencia constituyen una parte emocionante y desafiante de la vida. El potencial de los niños en todas las áreas de la vida es ilimitado. Son activos, ruidosos y disfrutan de la vida. Tienen muchos y muy variados intereses.

Físicamente

En la niñez avanzada los niños parecen contar con energía ilimitada. Son más fuertes de lo que eran en su niñez temprana, pero su ritmo de crecimiento físico es más lento que en los años previos. Tienen un apetito saludable y necesitan abundante alimento, actividades al aire libre, aire fresco y descanso. Su control muscular está mejorando y ya cuentan con una coordinación superior para trabajos más complicados. Tienden a descuidarse en lo físico y la higiene. Por consecuencia, quizá tengan la tendencia de descuidar su apariencia y el cuidado de sus pertenencias, por lo que no tratan con cuidado su ropa, libros y otros artículos. Su abundante energía puede convertirse en actividades de valor y utilidad si tienen la motivación y dirección debidas.

Mentalmente

En esta edad, los preadolescentes son curiosos, desean explorar y descubrir. Comienzan a observar con agudez y a razonar lógicamente. Son alertas y están ansiosos de aprender nuevas verdades. Disfrutan de la colección de artículos, libros, sellos de correo, tapas de botellas, piedras e insectos. Su fascinación con las cosas con frecuencia los conduce a separarse y reconstruir cosas tales como juguetes mecánicos o relojes de todos tipos. Por lo general leen con facilidad y disfrutan de historias de aventuras. Los libros acerca de misiones o lugares lejanos les son intrigantes. Los preadolescentes se identifican por lo general con el héroe de la historia. Tienen la habilidad de memorizar rápidamente y están comenzando a comprender conceptos. Quizá sean capaces de repetir conceptos sin comprenderlos cabalmente. Es necesario explicar los simbolismos literalmente y con ejemplos. Aun cuando están logrando control propio, las emociones de los preadolescentes son sensibles y responden rápidamente a los supuestos desaires. Están dispuestos a argumentar y fácilmente se molestan; sin embargo, pronto les pasa y rara vez guardan rencor. Los preadolescentes tienen la tendencia de llegar a conclusiones basados en hechos limitados. Necesitan aprender a reunir más información antes de que lleguen a conclusiones prematuras.

En la niñez avanzada, los niños con frecuencia son sensibles y temerosos a pesar de su apariencia de arrojo y valentía. Tienen la tendencia de esconder sus verdaderos sentimientos, los cuales con frecuencia dejan de expresar. Les gusta la diversión, tienen un buen sentido del humor que están desarrollando y disfrutan de las bromas y las caricaturas.

Socialmente

Los preadolescentes comienzan a buscar independencia aun cuando con frecuencia se retiran a la seguridad de la ayuda paternal. Están conscientes de los gustos de otros de su misma edad, es decir, lo de moda o popular. Se unen a grupos organizados y clubes entre jovencitos de su misma edad. Admiran a las personas y se identifican con ellas, de quienes derivan sus valores. Tienen la creciente tendencia de relacionarse más con los de su misma edad que con los líderes adultos. Los preadolescentes entran con disposición en competencias de grupo o individuales. Participan con entusiasmo y consideran con seriedad los resultados. Sin embargo, en esta edad los muchachos a menudo se separan socialmente del sexo opuesto. A las niñas por lo general no se les permite asociarse en un club de niños, por ejemplo.

Espiritualmente

Los muchachos que pasan por esta etapa de la vida fácilmente idolatran a sus propios “héroes”, por lo cual se les debe desafiar a imitar a los héroes bíblicos de la fe. Con mucha frecuencia los preadolescentes están ya listos para la salvación, por lo cual no se debe tratar con indiferencia su relación con Dios. Durante esta etapa importante, debemos instruirles acerca del plan de salvación de Dios, incluyendo las consecuencias del pecado y la necesidad de confesar el pecado y buscar el perdón. Este es el tiempo apropiado para enseñarles conceptos espirituales de doctrina, vida cristiana significativa y cronología bíblica. Los preadolescentes tienen la capacidad de comprender la verdad espiritual cuando se les presenta con muchos ejemplos prácticos de manera que los impulse al descubrimiento y la aventura. Ha de incluirse en su aprendizaje y experiencia una amplia memorización de las Escrituras. Debería hacerse hincapié en el valor del desarrollo de buenos hábitos de lectura bíblica regular y la oración, así como la vida y el servicio cristianos.

Adolescencia

Durante la adolescencia, los patrones de cambio y crecimiento son más predecibles en varias agrupaciones de edad que en las dos últimas etapas de desarrollo. Durante la fase de la adolescencia, las personas pueden variar mucho en su desarrollo físico, social, espiritual y mental, aun cuando quizá estén muy cerca de la misma edad. Es difícil predecir con exactitud si todos los adolescentes de la misma edad se comportarán de la misma manera. Cuando estudiemos esta etapa del crecimiento, veremos todas las tendencias de desarrollo en lugar de las fases fijas de cambio que ocurren en edades específicas. Por supuesto, habrá muchas similitudes entre las personas de la misma edad, pero en muchos sentidos serán muy diferentes de lo que eran en la fase de la niñez.

Adolescencia temprana

La adolescencia es un período de transición entre la niñez y la madurez. Esta transición incluye el pasar de la dependencia de los padres a la independencia, así como de la confianza simple e infantil y la aceptación al proceso decisivo independiente. Al estudiar la adolescencia hemos de recordar que a quienes atraviesan por este período se les puede llamar correctamente adolescentes, jovencitos, jóvenes, o muchachos.

La adolescencia temprana, como hemos estudiado, incluye las edades de doce a quince años. Es un tiempo de grandes cambios para los jóvenes, en particular en términos de sus cambios físicos y los ajustes sociales que por tales cambios exigen. En muchas sociedades los adolescentes en esta categoría asisten a la escuela de educación secundaria.

Físicamente

Los adolescentes continúan creciendo y desarrollándose físicamente. Las muchachas casi alcanzan su estatura que tendrán como adultas en la adolescencia temprana. Crecen hasta este nivel de madurez física como de dos a cuatro años antes que los muchachos. Sus órganos vitales crecen rápidamente: el corazón aumenta de tamaño al doble, crecen los pulmones y las glándulas se hacen más activas. El ritmo del crecimiento disparejo de los huesos quizá les dé una apariencia desagradable, por lo que quizá se sientan incómodos. Las cuerdas vocales se alargan y a los adolescentes con frecuencia se les dificulta controlar su voz.

La adolescencia temprana también señala la llegada de la pubertad: etapa de la vida en la que se desarrollan las glándulas y las funciones sexuales. El cuerpo de las muchachas comienza a tomar su forma femenina adulta, madura y el de los muchachos se vuelve más masculino. En algunas sociedades se celebran estos cambios con ciertos ritos o ceremonias con los cuales se reconoce públicamente la transición de la niñez a la “madurez” temprana.

Mentalmente

Las habilidades mentales de los adolescentes están creciendo. Tienen la capacidad de pensar seriamente y con frecuencia en forma crítica e inquisitiva. Este es un desarrollo saludable de la habilidad para el razonamiento independiente.

En su búsqueda de independencia, los adolescentes quizá se vuelvan muy críticos de sí mismos. Con frecuencia se les hace difícil aceptar sus habilidades, apariencia, antecedentes, familias o cualquier otra característica singular y quizá hasta las rechacen. También tienen una conciencia variable de sus conceptos propios. En esta época, los jóvenes tienden a ser idealistas al extremo al comenzar a ejercer las capacidades de pensamiento lógico recién descubiertas.

Socialmente

Durante la adolescencia temprana la influencia paternal disminuye y las relaciones con los padres quizá sufran cierta tensión. El grupo de los de su misma edad tiene fuerte atracción. Los jóvenes que pasan por esta etapa desean intensamente ser aceptados. Una de sus metas principales consiste en ser populares. Los cambios drásticos con que se confrontan los adolescentes en esta etapa los hacen sentirse ineficaces e incapacitados para confrontar los crecientes cambios y desafíos de la vida. Con todo, a pesar de este impulso externo en busca de independencia e identificación con los grupos de su edad, los adolescentes con frecuencia se sienten solitarios y desesperadamente necesitan que los más maduros y estables en la vida, en particular los padres, les reaseguren que los aman, los aceptan y los comprenden. Bajo la presión del grupo de los de su misma edad de amoldarse al grupo de moda, los jovencitos adolescentes son tentados a probar una gran cantidad de nuevas experiencias: drogas, sexo, bebidas alcohólicas, el ocultismo, las falsas religiones y las enseñanzas anticristianas. Es un período crucial para los adolescentes, los padres y la sociedad.

Espiritualmente

Las frustraciones y las dudas que experimentan los jovencitos adolescentes en otras áreas de la vida también las pueden llevar a lo espiritual. A los jóvenes que se disgustan consigo mismo quizá se les haga difícil creer que el Dios que los creó sea amable y bondadoso. Necesitan ayuda y comprensión en esta etapa crucial. Los padres y los maestros deben aceptarlos tal como son y tratar de establecer una relación con ellos en la cual se pueda desarrollar la confianza. Al relacionarse usted con ellos tanto dentro como fuera de la clase, puede ayudarles a comprender que no tienen que sufrir solos en sus luchas. Con Jesucristo al control de su vida tienen a su alcance su poder para ayudarles a vivir en victoria y tienen su presencia para alentarlos, consolarlos y apoyarlos. Puede ayudarles a confrontar los problemas de la vida enseñándoles a dirigir su vida de acuerdo con principios bíblicos.

Adolescencia media

La adolescencia media abarca la edad entre los quince y los dieciocho años aproximadamente. En la mayoría de las sociedades urbanas, los adolescentes de esta edad asisten a escuelas de educación superior o bachillerato; otros asisten a escuelas vocacionales. En las sociedades tradicionales, los jóvenes de esta edad por lo general comienzan a trabajar y ayudan a sostener a sus familias. Examinemos más de cerca estas cuatro áreas específicas de desarrollo.

Físicamente

Los jóvenes adolescentes continúan creciendo. Aun cuando las muchachas en general alcanzan su altura máxima durante la adolescencia temprana, el desarrollo de los muchachos continúa hasta la adolescencia media e incluso hasta la avanzada. Tanto las muchachas como los muchachos demuestran cambios de madurez física. Los muchachos llegan a ser más musculosos y mejor coordinados. Tienen fortaleza y resistencia considerables. Comienzan a observar que les crece la barba iniciándose así en la tarea de afeitarse, la cual dura toda la vida. Las muchachas continúan desarrollándose en su identidad física femenina, de madurez. Los adolescentes de esta etapa media disfrutan de actividades o acciones deportivas en las que participan con disposición, demostrando tanto buena forma como condición excelente. Tanto a las muchachas como a los muchachos les preocupa su apariencia física, por lo cual emplean mucho tiempo en su arreglo y cuido personal.

Mentalmente

La capacidad de pensamiento serio y crítico iniciado en la adolescencia temprana está madurando en esta etapa. Su razonamiento y capacidad de juzgar continúan desarrollándose. Ya no les satisfacen las respuestas de los demás. Ellos deben resolver sus problemas intelectuales individualmente. En esta etapa comienzan a enfocar su atención en destrezas e intereses que pueden ser adecuados para sus vocaciones respectivas.

El idealismo que los jóvenes desarrollan en la adolescencia temprana quizá se agudice más en esta etapa. La base del juicio de los adolescentes con frecuencia es lo que les parece lógico a ellos en lugar de lo que pueda parecer lógico a una persona de mayor edad, más madura. Durante esta fase del crecimiento, a los jóvenes quizá se les dificulte distinguir entre sus propios ideales y la realidad del mundo que les rodea.

Socialmente

Este es el tiempo de la vida del desarrollo de la conciencia social y la aceptación de su lugar en la sociedad. Probablemente la identidad personal sea uno de los pasos más significativos con que se enfrentan los adolescentes. Han desarrollado conceptos propios en los que se consideran a ellos mismos como personas totalmente diferentes de las demás. Es un concepto de singularidad propia. Se vuelven más conscientes de sus diferencias y características personales tales como lo que les gusta y lo que les disgusta, los talentos, las metas, las aptitudes, la fortaleza y el propósito para guiarlos hacia su propio destino.

Por naturaleza los adolescentes poseen una conciencia aguda de su destino y futuro. Estos son nuevos sentimientos. Con frecuencia los jóvenes pueden experimentar un estado de confusión que quizá los haga demasiado conscientes de sí mismos. Su comportamiento quizá se vuelva inconsistente e impredecible durante este tiempo de transición.

Espiritualmente

La mente curiosa y aguda de los adolescentes quizá a veces les haga dudar de los valores absolutos e incluso de la existencia de Dios. Quizá hagan preguntas tales como: “¿Cuál es el significado de la existencia?” “¿Qué es de valor duradero?” “¿Qué es la autoridad absoluta?” Puede usted canalizar las preguntas de los adolescentes hacia la investigación de la verdad bíblica, las demandas de Dios sobre la vida del hombre, así como el valor de los principios bíblicos como base para la vida diaria. Usted, maestro, puede dirigir a los alumnos a descubrir la voluntad de Dios para su vida; puede desafiarlos a una total entrega a Cristo. Puede dirigirlos a comprender que pueden encontrar las respuestas de los más grandes problemas de la vida al buscar la ayuda de Dios en oración, estudio bíblico profundo y servicio cristiano consistente.

Adolescencia avanzada

La etapa final de la adolescencia abarca de los dieciocho años a los veinte. En esta edad los jóvenes pisan el marco de entrada en la madurez, la siguiente etapa principal de la vida. En las sociedades urbanas esta etapa corresponde al tiempo cuando muchos jóvenes comienzan la fase final de su educación en el colegio o la universidad. En las sociedades rurales los jóvenes por lo general se preocupan por encontrar empleo para ayudar a sostener a su familia.

Físicamente

Los jóvenes de esta edad están llegando a lo máximo de su fuerza física. La mayoría del crecimiento físico ha terminado para este tiempo, pero el tono del cuerpo mejora y la condición física tiende a ser excelente. Por lo general, sin embargo, los cambios físicos del cuerpo en este punto son menos aparentes que durante las fases previas de la adolescencia.

Mentalmente

Después de muchos años de educación escolar, los jóvenes de esta edad están alcanzando la madurez de sus habilidades intelectuales. Con alguna experiencia y aplicación práctica de lo aprendido demuestran un proceso decisivo responsable. Tienden a ser idealistas, pero templándose con algo del realismo que trae la experiencia.

Al participar más y más en sus funciones de adultos y comenzar a asumir esas responsabilidades, los adolescentes comienzan a desarrollar un punto de vista caracterizado por las realidades de la vida. Aun cuando quizá continúen albergando ideas y sueños idealistas, son capaces de adaptar su pensamiento más y más a las demandas del ambiente en que viven y trabajan.

Socialmente

En algunos países, al terminar la educación secundaria, los adolescentes confrontan el futuro: ¿Deben continuar su educación o buscar un empleo? ¿Deben buscar su propia casa y comenzar una nueva fase de la vida por sí solos? En otros, todo está bien claro, porque no tienen que dejar a su familia, establecer su propia residencia independiente ni enfrentarse solos al futuro.

Los adolescentes encuentran otra dimensión del desarrollo: el surgimiento de un sentido de lealtad. Este puede observarse a través de toda la adolescencia. mas parece culminar en esta etapa. Al llegar a un estado de madurez sexual, también desarrollan un sentir de lealtad y fidelidad. Este sentido de lealtad los prepara para adoptar un modelo adulto de vida y la posibilidad de contraer matrimonio.

La transición de la niñez a la madurez produce muchos cambios en el individuo. De la dependencia de los padres a la dirección propia en el proceso decisivo responsable, pasamos a ser personas preparadas para asumir la función de adultos en la vida y buscar la intimidad de una relación matrimonial. En este punto puede uno recibir un nuevo sentido de sí mismo; también puede recibir una percepción de su futuro y el destino que está por cumplirse durante las etapas de madurez de su vida.

Espiritualmente

El fondo educativo, social e intelectual de muchos adolescentes es tal hoy que procuran envolverse más y más en asuntos “de importancia” para ellos. Si diseñamos nuestro enfoque de nutrimiento con esta verdad en mente podemos desafiar a los adolescentes a encontrar respuestas a muchos problemas sociales, espirituales y morales que confrontan a diario. Los jóvenes no se conforman con respuestas tradicionales; desean comprender los asuntos que influyen en sus respuestas a un mundo con pocas normas. Quizá tenga usted que cambiar su orientación o prepararse mejor, pero los formatos de enseñanza que incluyen grupos de discusión, actividades conjuntas y discusión tipo simposio, para nombrar sólo unos cuantos, recibirán una grata respuesta.

Madurez

Esta es la etapa principal final que consideraremos. Esta fase de la vida puede cubrir un lapso de tiempo de más de cincuenta años. Anteriormente vimos las etapas de la niñez y la adolescencia como la época de aprender. La madurez puede catalogarse como la edad cuando la mayoría de las personas entran en su fase de ganancia. La última etapa de la madurez puede considerarse como la fase de la nostalgia, mirar hacia atrás con melancolía lo que ha enriquecido la vida y le ha dado significado. Este estudio de la madurez se ha dividido en tres fases que representan eventos característicos de la vida que con toda probabilidad ocurrirán durante ciertos años. Sin embargo, debe recordar que la edad cronológica no significa que todos, a una edad particular, experimentarán lo mismo que los demás de ese mismo grupo. Las personas ahora cambian más bien por decisión que por el simple desarrollo físico en muchas áreas. Continúan cambiando físicamente, pero el cambio no ocurre tan rápido como se observa en las etapas de la niñez y la adolescencia.

Madurez temprana

La madurez temprana, que comienza como a los veinte años de edad, se caracteriza por el deseo de encontrar un cónyugue, establecer un hogar y procrear hijos. Los jóvenes adultos comienzan a trabajar en su empleo, a establecerse con su comunidad y a educar a sus hijos.

Físicamente

La palabra adulto significa plenamente “desarrollado y maduro.” El adulto ha alcanzado su crecimiento físico máximo. Su fuerza, que alcanza su punto máximo en esta etapa, comienza a menguar en la madurez avanzada. Resulta apropiado que, cuando las personas se enfrentan a tareas que exigen fortaleza, resistencia y buena salud, alcancen el estado de su mayor desarrollo físico.

Mentalmente

Los jóvenes adultos, después de pasar por un intenso entrenamiento y de haber hecho algunas decisiones responsables, parecen no tener límite en capacidad intelectual. Son listos e idealistas, su razón está madurando y sus intereses se están volviendo más especializados. Muchas dudas intelectuales de su adolescencia ya se han resuelto y tienden a ser personas estables, responsables.

Socialmente

En la madurez las relaciones familiares siguen siendo de suma importancia. Los jóvenes adultos desarrollan relaciones basadas en la intimidad. Desarrollan sus relaciones con sus padres y tienden a disfrutar de un nivel maduro de interacción. Ya no necesitan depender de los padres para hacer decisiones o para que se las aprueben. Por su amor maduro hacia sus padres establecen relaciones saludables y cabales. Los jóvenes adultos también procuran asociarse con otros con quienes comparten metas e intereses comunes. Las amistades pueden establecerse por las relaciones en áreas tales como empleo, iglesia, vecindario y escuela. Están conscientes de la necesidad de integrarse en la comunidad en la que viven, en lugar de aislarse de ella.

Espiritualmente

Para quienes han sido nutridos o educados en hogares cristianos durante su niñez y adolescencia, la madurez es la etapa de aplicación y refuerzo de las lecciones aprendidas. La madurez para ellos debería ser la etapa de participación activa en el servicio cristiano. Sin embargo, algunos adultos no se han preparado para el servicio cristiano, ya sea por sus antecedentes inconversos o un nutrimiento cristiano deficiente. En cualquier caso, todos los adultos necesitan que se les impulse a recordar siempre las prioridades espirituales. Al estudiar la Biblia a fondo los jóvenes padres, necesitan el desafío de establecer un altar familiar y crear una atmósfera en la cual pueda nutrirse una vida espiritual saludable. Sin el interés de los líderes del nutrimiento cristiano, los jóvenes adultos pueden ser absorbidos por las ocupaciones de la vida moderna sin tomar en cuenta la vida espiritual.

Madurez media

Como entre los 35 y los 40 años de edad, los adultos entran en otra etapa identificable que con frecuencia se le llama “medianía de edad”. Los adultos de esta edad ya han alcanzado muchos de sus objetivos iniciales. Aquí es necesario hacer ajustes principales.

Los niños ya han crecido, han completado su educación y, en muchas sociedades modernas, ya han abandonado el hogar. Ya han terminado las actividades que involucraban finanzas, tiempo y energías para la familia. Los padres experimentan sentimientos de vacío y soledad. Quizá en ocasiones hasta den la apariencia de “andar a la deriva”. Los cónyuges quizá también tengan que hacer reajustes en su relación. Los adultos de esta edad quizá duden de sus metas vocacionales y el rumbo de su vida. Quizá hasta hagan decisiones de peso para cambiar su estilo de vida.

Una de las características que satisfacen en esta etapa la constituyen los nietos. Bendicen la vida de los abuelos y le dan nuevo propósito a su relación. Durante esta etapa muchos adultos confrontan la realidad de ajustarse a la muerte de los padres. Ese acontecimiento hace resaltar la necesidad de reajuste adicional.

Físicamente

La medianía de edad produce cambios físicos tanto para los hombres como para las mujeres. Los hombres que entran en la madurez con una condición física muy buena quizá ganen peso en forma excesiva al perder el tono de sus músculos. O bien, al cobrar conciencia del paso de los años y la pérdida de fortaleza, quizá se sientan motivados a comenzar “programas de reacondicionamiento”. Las mujeres pierden su función reproductora durante los años de la medianía de edad. Ellas también tienen la tendencia de perder el tono de sus músculos, ganar peso y dar indicios de las características de la edad avanzada: el cabello cano y las arrugas. En la actualidad muchas mujeres participan de ejercicios y programas de condición física para restaurar el tono perdido del cuerpo y volver a obtener el vigor de que disfrutaron en sus primeros años.

Mentalmente

En la madurez media las personas dedican sus capacidades intelectuales a la producción y son muy persistentes. El juicio de los adultos de edad mediana por lo general es sano y confiable, lo cual se refleja en un sentido de confianza en sí mismo y se sienten capaces. Esta es la etapa de la vida para el logro y la producción plena. Quizá usted haya observado que los gerentes y los ejecutivos de muchas empresas están en la medianía de edad. Se debe a su experiencia y desempeño comprobado.

Socialmente

Durante la medianía de edad, los adultos maduros y completos tienden a desarrollar un sentido de interés humano que se expresa en su preocupación por los demás. Quizá deseen tener bajo su cargo a otros y compartir su conocimiento y experiencia con ellos. A través del nutrimiento y la enseñanza a los demás se obtiene satisfacción y contentamiento. Los adultos de mediana edad con frecuencia sienten el fuerte deseo de compartir con sus hijos las verdades que han dirigido y bendecido su vida. Desean perpetuar las costumbres y los rituales, procurando preservar y proteger estas experiencias enriquecedoras que los han sostenido a lo largo de toda su vida.

Espiritualmente

En esta etapa de la vida puede existir una tendencia hacia el materialismo y la preocupación por asuntos de importancia secundaria. Con frecuencia estos asuntos importantes ahogan la dimensión espiritual de la vida de las personas, lo cual les roba tiempo, fortaleza y visión verdadera. Sin embargo, en contraste, la fe en esta etapa puede profundizarse y hacerse muy personal.

Los adultos de la medianía de edad, por estar en su punto de rendimiento máximo en lo intelectual en cuanto a las experiencias de la vida, necesitan recibir alimento espiritual consistente con su nivel de madurez, ser desafiados al servicio cristiano valioso y ser de utilidad en donde sea posible. Las lecciones enfocadas al nutrimiento de personas en este nivel deberían ser desafiantes, bien preparadas y presentadas en forma capaz. Esos pilares de la iglesia no necesitan solo carne espiritual sólida, sino también un desafío a aplicar las lecciones de toda su vida en formas prácticas.

Madurez avanzada

La madurez avanzada comienza como entre los 60 y los 65 años de edad. En la fase final de esta etapa, los adultos llegan a comprender que el paso veloz de los años les dejan ya muy poco tiempo para cumplir sus aspiraciones y sueños. Los nietos y los bisnietos se convierten en parte importante de su familia y, con frecuencia, sienten la necesidad de preparar a la joven generación para el futuro. Estas personas confrontan el hecho de que la muerte ya está cercana; por tanto, en forma característica se preparan para la misma.

Físicamente

Al madurar y envejecer los adultos con frecuencia se quejan de enfermedades acompañadas de dolencias y penas. Estos problemas físicos los alertan a la necesidad de hacer ajustes mentales y físicos. Deben aceptar el hecho de que su fuerza tiene límites y de que la persona total sólo puede ser tan productiva como se lo permita su salud. En la actualidad en muchos lugares se planifican actividades para “ancianos” tomando en cuenta sus limitaciones físicas.

Mentalmente

Al dejar sus empleos al final de la madurez media, los adultos representan la combinación de capacitación, conocimiento y experiencia de más de medio siglo. Ya han hecho su contribución, han dirigido a su generación y han terminado sus carreras vocacionales con todo éxito. Los adultos de edad avanzada constituyen una reserva muy valiosa para su familia, iglesia y comunidades, debido al consejo sabio y la experiencia que pueden ofrecer. Su conocimiento acumulado y sabia experiencia pueden contribuir al desarrollo de quienes pasan por otras etapas de la vida.

Socialmente

La madurez avanzada lleva a las personas a los últimos años de la vida. Una de las virtudes principales que bendicen la vida en esta etapa es la sabiduría. Las personas maduras tienen la capacidad de repasar su vida y obtener de ella un sentido de significado y de valor. Tienen la capacidad de confrontar objetivamente sus éxitos y fracasos sin que se llenen de orgullo o desesperación indebidos. Para las personas más jóvenes, proyectan una imagen de realización e integridad que representan la vida de éxito y dedicación que han experimentado.

Los adultos de edad avanzada confrontan varias demandas sociales. Probablemente el más difícil de todos los ajustes de la vida es el llegar a depender de los hijos que han dependido de ellos por tantos años. El otro ajuste más difícil consiste en aprender a adaptarse a la muerte del cónyuge y compañero amoroso de toda la vida. Debería prestársele atención especial a las necesidades sociales de los adultos de edad avanzada: de tomarlos en cuenta, apreciarlos e incluirlos en actividades en desarrollo cuando sea posible.

Espiritualmente

Al haber terminado la etapa de las responsabilidades de trabajo, muchos adultos de edad avanzada descubren que cuentan con más tiempo y oportunidades de entregarse a la oración, la lectura bíblica y el servicio cristiano. En el contexto del nutrimiento cristiano, debemos proveerles actividades que les ayuden a confrontar cada desafío de la vida. No deberían ser excluidos del resto del cuerpo de creyentes ni hacerles sentir que ya no pueden hacer una contribución importante. En nuestros programas deberíamos reconocer el valor de estos guerreros espirituales que han peleado la buena batalla de fe con todo éxito. Debemos utilizar sus talentos, destrezas y sabiduría cuantas veces nos sea posible. Este esfuerzo le dará dignidad a su etapa de la vida y bendecirá el cuerpo de Cristo en ese proceso.

El nutrimiento cristiano se relaciona con lo que les está suceciendo a las personas—a los individuos. Aun cuando con frecuencia les enseñamos a las personas en grupos, concentramos nuestro interés en la integridad de cada persona. No nos preocupa que la gente obtenga algún conocimiento de la Biblia, sino que experimente la transformación total de la vida a la semejanza de Jesucristo. Estamos interesados en la persona total. Por tanto, necesitamos obtener una buena comprensión del individuo, de las características de su crecimiento y desarrollo, de la forma en que es igual a la mayoría de las otras personas de su edad y de la forma en que difiere.

A través del nutrimiento cristiano procuramos impulsar el crecimiento y el desarrollo de la nueva vida del creyente.

Mientras más conozcamos acerca de la naturaleza de esa vida y de la naturaleza del individuo, más efectivos serán nuestros esfuerzos para ayudarle a crecer y a desarrollarse. El aprender debería planificarse para suplir las necesidades de los alumnos en el crecimiento y desarrollo.

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