Dirección en la Experiencia de Aprender

A Manuelito le gustaba ir a la escuela y las lecciones se le hacían divertidas. Al principio sus tareas eran muy sencillas: memorizar el abecedario, reconocer las letras de imprenta, contar del 1 al 10 y deletrear su nombre. Después las tareas se hicieron más dificiles y aprendió a leer, deletrear, escribir y resolver problemas de matemáticas.

Cuando María asistió a una conferencia de padres y maestros, se dio cuenta que Manuelito era buen alumno, lo cual ella podía comprender muy bien. La señorita González, la maestra de Manuelito, sabía ayudarles a los niños a aprender. Sabía hacer que las experiencias de aprender fueran interesantes y eficaces.

La información bíblica puede aprenderse cuando un maestro dirige la experiencia del aprender. En la presentación de estudio bíblico, los maestros dirigen a los alumnos a investigar las Escrituras, a determinar sus implicaciones y aplicarlas a su vida.

En esta lección usted estudiará la tarea de enseñar, lo que involucra el estudio bíblico por descubrimiento, cómo realizar el estudio bíblico inductivo y cómo planificar encuentros valiosos del aprender.

LA TAREA DE ENSEÑAR

En la lección anterior estudiamos la totalidad o integridad que se basa en la fe. La totalidad, como lo estudiamos, se desarrolla al ir obteniendo nosotros conocimiento bíblico, el cual incluye muchos hechos básicos y verdades doctrinales profundas. Así como el alimento es indispensable para el cuerpo, también el contenido bíblico lo es para la vida espiritual. De hecho, es la fuente de la fe (Romanos 10:17). Descubrimos que la totalidad no sólo exige conocimiento, sino también la aplicación de este conocimiento a las situaciones de la vida diaria. Al crecer en conocimiento y aplicarlo consistentemente, desarrollamos un estilo de vida caracterizado por la fe.

¿Cuál es el valor del crecimiento en la fe? ¿Logramos acaso alguna diferencia si nos desarrollamos espiritualmente, ganamos estatura en la fe y conocemos muchos datos bíblicos? ¿Acaso este desarrollo es un fin en sí mismo? De ninguna manera es esta la meta de la madurez cristiana, porque no vivimos aislados. Se nos amonesta a crecer en la gracia (2 Pedro 3:18), a ser obreros que usan bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15) y a estar preparados para presentar defensa ante todo el que demande razón de la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3:15). Somos salvos para servir a otros en el cuerpo de Cristo, en particular a los niños espirituales. Nuestras propias experiencias de crecimiento y nuestro conocimiento de la Palabra de Dios nos capacitan para enseñarles a otros, lo cual fortalece el cuerpo de Cristo y hace posible su extensión.

En la lección 6 examinamos el modelo informal del nutrimiento cristiano. Estudiamos que aun cuando se aprende mucho informalmente en el hogar y en el vecindario en el proceso natural (socialización), también en la esfera espiritual aprendemos la vida de Cristo al imitar las actitudes y el comportamiento de creyentes más maduros. Finalmente, discutimos la importancia de nuestro propio desarrollo de carácter como medio de llegar a ser el tipo de persona que otros desearán imitar.

Ahora estudiaremos los modelos formales del nutrimiento cristiano. En esta lección estudiará cómo enseñar la verdad bíblica por medio de actividades de enseñar y aprender en el contexto del salón de clases.

Definición de la tarea de enseñar

Ya hemos visto que la tarea de enseñar es más que impartir información. Es más que contar historias o hablar. El narrar una historia, describir eventos o explicar información no equivale necesariamente a la instrucción eficaz. Si nadie aprende, parece que la instrucción no es eficaz. En este punto debemos analizar el problema. ¿Acaso el maestro ha fracasado en comunicar eficazmente porque ha usado métodos de enseñanza deficientes? ¿Ha apelado acaso sólo a uno de los sentidos y ha fracasado en el mejoramiento de las experiencias de aprender de sus alumnos ignorando la visita, el oído y las oportunidades de interacción que tienden a enriquecer su experiencia en el aprender? El refrán: “el vendedor no ha vendido un producto sino hasta que el cliente ha hecho la compra” es apropiado en cierto modo para la experiencia de enseñar y aprender. Por ejemplo, si el alumno no aprende bien, entonces nuestra instrucción es ineficaz o defectuosa. No se presenta una conferencia o se enseña una lección y se supone que automáticamente ocurre el aprender. El enseñar y el aprender se entrelazan tanto que para ser valiosos ambos deben ser eficaces. La verdad no se debe administrar de manera insípida ni se puede imponer sobre el alumno. No se le puede forzar a aprender. Entonces, ¿cómo debería llevarse a cabo la tarea de aprender?

Es necesario que volvamos a recalcar nuestro punto estudiado anteriormente: que el alumno debe relacionarse con el material y descubrir la verdad por sí mismo para que la experiencia de aprender le sea valiosa. Ningún maestro puede hacerlo por el alumno. Sin embargo, la verdad puede descubrirse bajo la dirección y el liderato de un maestro. Los maestros, por tanto, son guías en el proceso de aprender. La tarea de enseñar consiste en facilitar el aprender, ayudar a los alumnos a aprender. El alumno debe integrar el nuevo material que aprende con lo que ya ha aprendido. Debe considerar cómo se relaciona con él, aplicarla a su vida y armonizar su vida con la verdad que descubre. Por ello decimos que “el cambio es indispensable para el aprender”. Por tanto, el maestro es un “agente de cambio”. Cuando el cambio se demuestra en actitudes, valores y comportamiento, sabemos que se ha aprendido.

Tanto el alumno como el maestro toman parte importante en el proceso de enseñar y aprender. El siguiente cuadro muestra cada función y la relación de una con la otra.

Luego entonces, la tarea de enseñar, involucra la creación de un ambiente propicio para el aprender. la motivación para aprender y la dirección del descubrimiento. La enseñanza involucra la estructuración de oportunidades para que se pueda aprender. Incluye la planificación de actividades que capacitarán al alumno para encontrar e interactuar con el material y diseñar experiencias que conducen al cambio. Para producir el cambio deseado, es decir, para impulsar a los alumnos a pasar de su nivel presente al que desea el maestro, éste debe: 1) determinar lo que saben los alumnos (con frecuencia se logra esto con un preexamen); 2) especificar los objetivos del aprender; 3) prescribir actividades de aprender que conducirán al logro de los objetivos; 4) y evaluar el adelanto.

Si usted como maestro desea dirigir la experiencia de aprender con eficacia, debe comprender el fundamento del estudio bíblico por descubrimiento. Debe tener la capacidad de dirigir a los alumnos en este método de estudio.

ESTUDIO BIBLICO POR DESCUBRIMIENTO

Definición del estudio bíblico por descubrimiento

Al seguir estudiando métodos de nutrimiento para el crecimiento cristiano le será útil que se ponga de vez en cuando en el lugar del alumno para ver cómo le afecta el aprender. Por ejemplo, ¿participaría mejor activamente en situaciones de aprender, o preferiría recibir pasivamente lo que otros preparan? Como participante activo, puede disfrutar de los frutos de su labor; como recipiente pasivo, recibe los beneficios de la labor de otro. En la experiencia de aprender esto significa que, o lleva a cabo su propio pensar u otros piensan por usted. Quizá haya experimentado, como yo, la satisfacción de un logro personal. Entonces, quizá estará de acuerdo en que pocas experiencias ofrecen más satisfacción.

Quizá usted haya experimentado un momento emocionante cuando comprendió una nueva verdad. Antes de ese momento usted no lo sabía; después, nunca más podrá olvidarla. ¡Descubrió la verdad! En ningún otro plano esta experiencia es más emocionante y agradable que en el del estudio bíblico. El descubrimiento personal de la verdad de Dios revelada en la Biblia es una experiencia maravillosa.

Descubrir la verdad significa que usted obtiene por primera vez visión interior o conocimiento de la verdad que ya existía. Significa poner al descubierto, exponer, revelar o traer a la luz la verdad que usted no conocía anteriormente. El descubrimiento no consiste en inventar o componer nueva información. La verdad existía antes, pero por primera vez usted la percibe o descubre. La verdad de Dios siempre ha existido. Fue registrada en la Biblia. La tarea del estudiante de la Biblia consiste en descubrir la verdad de Dios, no en inventarla.

Luego entonces, el estudio bíblico por descubrimiento es un método de estudio que lleva al alumno a estudiar las Escrituras para dejar al descubierto la verdad que Dios ha revelado y cómo la aplica a su vida. Aborda este estudio con la suposición de que ha de obedecer y practicar en su vida la verdad de Dios. La verdad de Dios consiste de algo más que hechos que se deben conocer; cuando la aplica a su vida, es un testimonio viviente del poder dinámico y la vitalidad de la vida cristiana. El alumno participa así activamente del proceso de descubrir lo que Dios ha revelado, ve cómo se relaciona con él esta verdad y cómo puede aplicarla a su vida. En el estudio bíblico por descubrimiento el alumno participa personalmente en el escudriño de las Escrituras para aprender lo que Dios está revelando. Tiene la intención de responder a El en obediencia. Eso fue lo que hicieron los creyentes en Berea: examinaron o escudriñaron las Escrituras para que pudieran responder debidamente a la verdad (Hechos 17:11).

En el estudio bíblico por descubrimiento, confrontamos primero nuestras verdaderas necesidades espirituales (las que con frecuencia son diferentes de nuestros presentes intereses no espirituales y las cosas que se relacionan con nuestras metas terrenales, es decir, las necesidades de la vida). Segundo, nos enfrentamos a la perspectiva de Dios sobre valores eternos y cómo podemos agradarle para participar de lo que ha provisto. Tercero, en el estudio bíblico por descubrimiento participamos activamente en el escudriñamiento de la Palabra de Dios para dominar su contenido y armonizar nuestra vida diaria con sus enseñanzas. Cuarto, este tipo de estudio bíblico conduce al alumno a relacionar con Dios sus más profundas necesidades, para explorar los asuntos más vitales de la vida a la luz de la revelación de Dios y para practicar una vida modelada según el diseño y la voluntad revelada de Dios. Tal estudio comienza en un nivel muy básico al aprender las doctrinas básicas y aplicarlas a la vida. Con el paso del tiempo, este estudio se vuelve aún más desafiante al abrirse ante nosotros nuevas perspectivas. El Espíritu Santo nos lleva adelante en forma progresiva de un nivel de fe a otro al ir madurando nuestra experiencia cristiana.

Quizá usted se pregunte si se ha desarrollado hasta el nivel de madurez espiritual en donde puede desarrollar visión profunda de la verdad de Dios revelada en la Biblia. Antes de recibir nueva vida en Cristo, quizá se le había enseñado que sólo los ministros, los sacerdotes o los líderes religiosos que han recibido capacitación especializada o se les ha dado autoridad especial extraordinaria pueden comprender la Biblia. Pero recuerde los recursos divinos que Dios ha puesto a nuestro alcance para comprender su Palabra. Juan 14:26 y 16:13 nos recuerdan que el Espíritu Santo ayudaría a capacitar a todos los creyentes, incluyéndolo a usted, para comprender la verdad de Dios. Debe recordar que el mismo Autor divino que dirigió la revelación de la verdad al principio es su Maestro y Guía en el estudio bíblico por descubrimiento (2 Pedro 1:19-21). Usted puede y debe estudiar la Palabra de Dios para oír lo que le está diciendo si desea desarrollarse espiritualmente. Y usted debe aplicar su verdad a su vida si espera llegar a ser creyente maduro. Nadie más puede hacerlo por usted. Luego, para ayudar a otros a crecer en madurez espiritual usted necesita aprender a descubrir la verdad bíblica por sí solo y cómo dirigir a otros a descubrir la verdad de Dios para que a su vez la apliquen a su vida.

Enfoques para el estudio bíblico por descubrimiento

En la sección anterior estudiamos que el estudio bíblico por descubrimiento involucra cuatro pasos que pueden resumirse como sigue:

  1. Definir las necesidades de la vida
  2. Descubrir la verdad bíblica
  3. Decidir cómo aplicar la verdad bíblica a las necesidades de la vida
  4. Poner en práctica la Palabra de Dios en la vida real

El orden de operación en estos pasos determina el enfoque a usarse. Para propósitos de nuestro estudio, incluimos dos enfoques: el enfoque sistemático y el enfoque de necesidades de la vida. El enfoque sistemático puede diagramarse como sigue:

DESCUBRIR LA VERDAD BIBLICA  -> DEFINIR NECESIDADES Y PROBLEMAS HUMANOS -> DECIDIR COMO APLICAR LA VERDAD A LA VIDA -> PRACTICAR LA VERDAD DE DIOS EN LA VIDA

A este enfoque se le llama sistemático porque emplea un enfoque sistemático para el estudio de la Biblia. Se selecciona un libro o pasaje bíblico y se estudia para aprender cuál verdad ha revelado Dios en este pasaje. Entonces se hace uno esta pregunta: ¿Cómo se aplica esta verdad a las necesidades de mi vida? Finalmente, lleva uno a la práctica lo que ha descubierto.

El enfoque de necesidades de la vida difiere un poco y puede diagramarse como sigue:

DEFINIR NECESIDADES Y PROBLEMAS DE LA VIDA -> DESCUBRIR LA VERDAD BIBLICA -> DECIDIR COMO APLICAR LA VERDAD A LA VIDA -> PRACTICAR LA VERDAD DE DIOS EN LA VIDA

Para seguir este enfoque se comienza por sondear los problemas relacionados con la vida, identificando sus necesidades e intereses. El siguiente paso es buscar enseñanzas bíblicas que aplican a las necesidades o se convierten en base para la solución de problemas. Luego se relaciona lo que se ha descubierto en el estudio bíblico con sus necesidades de la vida. Esto forma una base para solucionar sus problemas de la vida. En el paso final se llevan las conclusiones a la práctica.

La diferencia básica entre los dos enfoques es si comienza usted con sus necesidades y avanza hacia la perspectiva de Dios, o si comienza con un enfoque sistemático para las Escrituras y avanza hacia las necesidades de la vida. Ambos enfoques son válidos y pueden ser útiles. El enfoque sistemático quizá tenga la tendencia de producir un conocimiento profundo del pasaje que se estudia, pero quizá no contenga todo lo que la Escritura enseña sobre algún asunto. El enfoque de necesidades de la vida puede conducirle a consultar un margen más amplio de instrucción bíblica sobre algún asunto de interés, pero quizá no le conduzca a estudiar áreas de verdad divina en las que quizá no experimente problemas o necesidades. Por esta razón, muchos eruditos bíblicos favorecen el enfoque sistemático.

ESTUIDIO BIBLICO INDUCTIVO

Tareas del estudio bíblico inductivo

El estudio bíblico inductivo es un método de estudio de las Escrituras que emplea la observación cuidadosa de lo que dice el texto, procura la comprensión del significado original de lo que se escribió y la aplicación de esa verdad a nuestra vida y época. Incluye observación directa del texto bíblico, interpretación de lo declarado y aplicación de la verdad revelada a nuestra vida.

El estudio bíblico inductivo nos involucra en dos tareas básicas: 1) descubrir el mensaje que Dios se propuso comunicar para los lectores originales y 2) determinar cómo aplicar ese mensaje debidamente a nuestra vida. En la primera de estas etapas procuramos oír lo que Dios estaba diciéndoles a quienes recibieron primero el mensaje. La Biblia fue escrita hace muchos siglos a personas específicas que vivieron en un lugar específico del mundo y comprendieron ciertas condiciones. Para oír lo que ellos oyeron, usted y yo debemos tratar de comprenderlos a ellos, sus tiempos, cómo vivieron y bajo cuáles condiciones. Sus contextos históricos, geográficos, culturales y sociales son claves importantes que nos ayudan a comprender lo que sabían y lo que oían cuando leían la Palabra de Dios. En muchas ocasiones no podríamos comprender debidamente los mensajes de las Escrituras ni aplicarlos de igual manera a nuestra vida sin el conocimiento de estos factores.

Por ejemplo, sin un conocimiento del contexto, puede uno tomar un mandato bíblico, sacarlo de su contexto y hacer algo que nuestro Señor nunca ha ordenado. Un ejemplo apropiado podría ser la ocasión cuando Jesús le dijo a un hombre experto en la ley: “Ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:37). Si no se ha leído Lucas 10:25-37, no se sabría que el hombre acababa de preguntar qué necesitaba hacer para heredar la vida eterna. Tampoco se sabría que esta pregunta motivó a Jesús a relatar la parábola del Buen Samaritano. Por tanto, si por casualidad una persona que desea justificar la costumbre de jurar leyera primero Marcos 14:71 y luego Lucas 10:37 (respecto al mandamiento de hacer lo mismo), creería en forma equivocada que cuenta con plena justificación para jurar. Obviamente, Jesús no tenía tal intención al hacer la declaración que registra Lucas 10:37, pero algunas personas tratan de torcer las Escrituras cuantas veces les es posible para sus propios intereses. Hemos de evitar esta práctica al correctamente la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).

La segunda tarea nos lleva a la aplicación de la verdad de las Escrituras a nuestra vida dentro de nuestras circunstancias, cultura y situación particular. Debemos reconocer que a nosotros no se nos reveló originalmente la verdad de Dios. No fue dirigida a nosotros. El significado de las Escrituras para nosotros debe emanar de lo que significaba originalmente. La Biblia no puede significar para nosotros lo que nunca significó cuando fue dada originalmente. El intento de darle un significado nuevo, más profundo o pleno a las Escrituras aparte del que Dios se propuso originalmente es peligroso y con frecuencia ha conducido a la herejía.

Pasos para el estudio bíblico inductivo

El método inductivo de estudio bíblico nos lleva a lo profundo de un pasaje bíblico para descubrir su mensaje y significado. Son tres los pasos básicos que se toman en este método: 1) observacíon; 2) interpretación; 3) aplicación.

La observación nos conduce a leer y releer el pasaje varias veces. Exige que observemos, veamos y destaquemos lo que en realidad se declaró. La observación involucra concentración en las palabras, su arreglo lógico y su uso gramatical. Las siguientes preguntas le pueden ayudar a descubrir la verdad de un pasaje: ¿Quién es el escritor? ¿A quién fue dirigido el mensaje? ¿Qué sabemos acerca de estas personas? ¿Cuándo fue escrito el mensaje? ¿Cuáles eran las condiciones o circunstancias particulares que ocasionaron el mensaje? ¿Cuál es el mensaje central del libro o pasaje? ¿Qué está diciendo en general el escritor? ¿Qué está diciendo específicamente? Lea el pasaje y observe lo que dice.

La interpretación del mensaje escrito nos involucra en el proceso de determinar el significado que quiso dar el escritor con lo dicho o lo escrito. El escritor tenía un pensamiento, una idea o un concepto en su mente. Por medio de la escritura, procuró comunicar el mensaje a quienes leerían lo escrito por él. Las palabras son los vehículos que llevan la idea de la mente del escritor a la del lector. Esa idea precisamente, el mensaje, es lo que el lector debe tratar de comprender. Cualquier mensaje escrito ha de ser interpretado correctamente para ser comprendido. La interpretación es el proceso de determinar con exactitud lo que quiere decir un escritor con lo que escribe.

Estos dos pasos, observación e interpretación, nos conducen a llevar a cabo la primera tarea: descubrir el mensaje que se propuso trasmitir el escritor a los lectores originales. Pero el proceso no termina allí. Dios habla en las Escrituras no sólo para los lectores originales a quienes se dirigió primordialmente el mensaje, sino también a nosotros. En 2 Timoteo 3:16,17 se nos hace saber que existe un uso extendido para todas las Escrituras: para que el hombre de Dios (de todos los tiempos) pueda crecer y madurar espiritualmente. Por tanto, la meta de todo estudio bíblico consiste en oír los principios generales que Dios nos ha revelado y aplicarlos a nuestro contexto particular de circunstancias de la vida.

Descubrimos lo que Dios nos está diciendo en su Palabra a través de la aplicación de la verdad a nuestras vidas y necesidades. En la aplicación de las Escrituras debemos buscar los mandamientos directos que declaran principios generales, espirituales, que deben obedecer todos los creyentes. Hemos de buscar también las promesas hechas por Dios y las condiciones que se deben crear para recibir esas promesas. Y hemos de buscar ejemplos, positivos o negativos, que puedan actuar como guía para nosotros. En ocasiones los requisitos de Dios son declarados explícitamente, mientras que en otras toman la forma de principios que deben relacionarse con nuestras circunstancias. Algunos pasajes bíblicos identifican actitudes y comportamientos pecaminosos. Hemos de preguntarnos cómo se aplican estos pasajes a nuestra vida. Si revelan faltas indignas evidentes en nuestra vida, entonces debemos eliminarlas inmediatamente. Hemos de descubrir si acaso estamos descuidando lo que debíamos hacer. La aplicación de la verdad bíblica a nuestra vida nos conduce a relacionarla con nuestras situaciones presentes de la vida.

El estudio bíblico se puede conducir por una persona o un grupo. Al preparar estudios bíblicos para enseñarles a los demás usted empleará el enfoque del estudio bíblico inductivo. Y al enseñar, dirigirá a los alumnos a dar los pasos para el estudio bíblico inductivo.

PLANIFICACION DE ENCUENTROS PARA APRENDER

Para ayudarles a otros a descubrir la verdad bíblica a través del estudio bíblico inductivo necesitará planificar encuentros de aprender eficaces. La planificación de encuentros para aprender que capacita a los alumnos a relacionarse con el material y descubrir la verdad de Dios no es difícil cuando comprende usted como hacerla. El siguiente diagrama le muestra tres pasos esenciales que debe seguir al planificar encuentros para aprender.

DETERMINAR OBJETIVOS PARA APRENDER -> DESIGNAR ACTIVIDADES PARA APRENDER -> EVALUAR EL ADELANTO DEL ALUMNO

Los objetivos del aprender emanan de los intereses y las necesidades de los alumnos y del contenido del material que se estudia. La determinación de los objetivos del aprender es asunto de determinar por adelantado los cambios que desea ver en los alumnos. Basado en el material que se estudia y las necesidades de los alumnos, ¿qué cambios le gustaría que ocurrieran? Los objetivos del aprender deben declarar lo que los alumnos podrán hacer después de recibir la instrucción y que no podían hacer antes. Los cambios deben ocurrir en las áreas que estudió usted en la lección 4—conocimiento, actitudes y comportamiento.

Hemos establecido objetivos al principio de cada lección de este curso. Estos pueden servirle como ejemplo de cómo establecer objetivos para el aprender. Estúdielos cuidadosamente.

Una vez que usted ha determinado los cambios que desea ver en los alumnos, está listo para designar actividades a fin de que ocurran esos cambios. La tarea aquí consiste en llevar al alumno de donde se encuentra a donde usted quiere que esté—donde los objetivos dicen que deben estar. En este caso usted selecciona

los métodos apropiados de enseñanza, planifica las asignaciones para el alumno y decide cómo usar el tiempo disponible para producir los cambios deseados. Estas actividades deben conducir al alumno a relacionarse con el material de una manera valiosa. Deben conducirlo a ver las posibles aplicaciones de la verdad a su vida.

Puesto que el aprender es la meta de la situación de enseñar y aprender, al designar las actividades para aprender se debe hacer hincapié en lo que harán los alumnos y no tanto en lo que hará el maestro. Esta es una de las áreas principales en las que debemos recordar que el alumno ha de encontrarse con el material personalmente y relacionarse con el mismo él solo. Por consecuencia, la designación de encuentros para aprender involucra la planificación de formas para inducir al alumno a encontrarse con el material e interactuar con él.

El paso final consiste en evaluar el adelanto del alumno. Esto se lleva a cabo comparando el adelanto actual del alumno con la meta. El adelanto ideal se declara en los objetivos del aprender. De ahí que los objetivos del aprender se convierten en el criterio para evaluar el adelanto del alumno. ¿Llevó a cabo los cambios deseados? ¿Hasta qué grado los hizo?

Hay varias formas de determinar si en realidad se hicieron los cambios deseados. Una de las más comunes es dar un examen. Las preguntas del examen pueden ser objetivas, cuando son correctas o incorrectas, o subjetivas, cuando los alumnos dan las respuestas en sus propias palabras. Las preguntas que requieren respuestas correctas o incorrectas, de selección múltiple y de emparejamiento son objetivas, mientras que los ensayos y las respuestas breves son subjetivas.

Otra forma por la que puede usted evaluar el adelanto del alumno es observar personalmente su comportamiento. Aquí se debe observar si el alumno usa de veras el material en situaciones de la vida real.

También puede determinar el adelanto del alumno a través de los encuentros para aprender por medio de una entrevista. Al hablar con él, podrá observar la evidencia del crecimiento y cambio. Aun cuando esta acción podrá ser subjetiva, puede ser un medio válido para determinar el adelanto del alumno.

Siguiente lección