Iglesias de Gobierno Propio

David y Juan se sentían muy felices al hablar acerca de los resultados de su obra en Valle Alto. “Hermano Luis”, dijo David, “ya tenemos a 18 recién convertidos, pero no estamos seguros de lo que debem os hacer aho ra. Hemos estado dirigiendo las reuniones, pero las personas siem pre quieren que nosotros tracemos todos los planes. Creemos que ha llegado el m omento de que las personas com iencen a hacer planes para realizar la obra de Dios. ¿Qué cree usted?»

“Creo que Dios les está dando a ustedes muy buen consejo respecto a los recién convertidos de Valle Alto”, dilo el hermano Luis. “Conversemos sobre algunos puntos importantes acerca de un buen gobierno de iglesia local.”

Cuando un grupo de personas ha respondido al evangelio y se han convertido a Cristo, el siguiente paso consiste en conducirlos al cuerpo de Cristo en la for ma de una iglesia local. Esta lección tratará acerca de los principios bajo los cuales se forma una iglesia local capaz de gobernarse a sí misma y de continuar creciendo, mientras que a la vez cumple su ministerio de evangelismo y enseñanza.

LA IMPORTANCIA DEL GOBIERNO PROPIO

Cuando se planta una nueva iglesia, por lo menos tres metas básicas le ayudarán al plantador de iglesias a establecer una nueva iglesia. Estas son: que la nueva iglesia se esfuerce por llegar al gobierno propio, a la autopropagación y al sostenimiento propio. Si se descuida una de estas metas, la iglesia quizá no crezca con todo éxito. En algunas áreas, a las iglesias que alcanzan estas metas se les llama de “dependencia propia” y en otras arcas se les describe com o “autóctonas”. ¿ Cómo se pueden alcanzar estas metas?

El primer paso

Aun cuando la meta de gobierno propio quizá sea la más difícil de lograr, es importante porque depende de ella la existencia misma de la igles ia a largo plazo. La responsabilidad espiritual necesaria para alcanzar las metas de autopropagación y sostenim iento propio no se obtiene sin la base del gobierno propio. Si los recién convertidos no desarrollan un sentido de responsabilidad de gobierno propio quizá sólo logren muy poco crecimiento espiritual o incluso quizá ni crezcan . La nueva igles ia probablemente reciba muy bien el lid erato del plantador de iglesias al principio, pero com o un niño que crece, deseará y necesitará independencia.

Es muy sabio que el plantador de iglesias reco nozcan esta necesidad y trabaje dentro del tiempo oportuno, porque existe la posibilidad que se genere descontento en la iglesia. El descontento y las division es de la iglesia se pueden evitar si se trazan planes para el gobierno propio desde el principio y se llevan a la práctica tan pronto com o sea posible.

Es un área donde el mensaje cristiano es nuevo para la cultura local, el plantador de iglesias quizá suponga que los recién convertidos no son capaces de gobernar su propia iglesia. Quizá cree que debe seguir supervisando la iglesia creciente. Debe uno comprender que en toda sociedad, independientemente de cuán primitiva sea o de qué tipo de cultura, las personas establecen alguna forma de gobierno local y pueden com prender niveles de autoridad. Sin el beneficio de la educación formal las personas tienen el sentido común para com prender que alguna for ma de liderato es necesaria y útil. Con mayor razón, entonces, los creyentes que cuentan con la Palabra de Dios y la dirección del Espíritu Santo podrán administrar la obra de su iglesia.

La forma en que comienza una nueva iglesia es la forma en que tiene la tendencia de continuar. Si a lo s primeros convertidos se les permite depender al extremo del plantador de igles ias para hacer decis iones respecto a la iglesia, los recién convertidos quizá continúen dependiendo de aquel que los dirigió al Señor. Los recién convertidos necesitarán ayuda y dirección, pero deberá ser dirección para hacer sus propias decisiones en relación con el gobierno de su iglesia.

Las iglesias de gobierno propio alcanzan madurez

¿Cómo estableció ig lesias al apóstol San Pablo? No procuró sencillamente la conversión de los pecadores. San Pablo no estableció “obras de extensión” o “misiones”. Más bien estableció iglesias que pudieran continuar realizando la obra de llevar el evangelio a toda su región. Estableció la iglesia en centros donde los líderes locales continuaron la obra. Leem os en Hechos que en lugares donde predicaron los apóstoles otros llegaron tras ellos enseñando y predicando la Palabra del Señor (Hechos 15:35). Cuando San Pablo volvió a visitar las iglesias que había fundado, “las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día” (Hechos 16:5).

Las Escrituras no dan detalles sobre la form a en que estas iglesias se gobernaban ni de los procedimientos que usaron para establecer una organi zación de iglesia. En esta lección estudiaremos las enseñan zas contenidas en las Escrituras acerca de los ofic ios y responsabilidades en la iglesia. La forma en que se ha desarrollado el gobierno en la iglesia se estudiará con base en la experiencia de quienes

han plantado iglesias en diversas partes del mundo. Sus sugerencias pueden darle norm as directrices para adaptar métodos útiles en su área.

Así como un niño madura en forma más apropiada si se le delega responsabilidad, lo mismo le ocurre a una iglesia nueva. El plantador de iglesias sabio le enseña al nuevo grupo las funciones y el propósito de la iglesia. Le enseña de la Palabra de Dios las bendiciones y la necesidad de reunirse y adorar juntos, la im portancia de estudiar la Palabra de Dios y lo que signi fica formar parte del cuerpo de Cristo. La enseñanza cuidadosa y paciente les dará dirección a los recién convertidos sobre la form a de hacer las mejores decisiones. Muchas decisiones pueden hacerlas mejor los creyentes porque conocen bien su com unidad. Por ejemplo, ¿dónde, cuándo y con cuánta frecuencia deben reunirse los recién conv ertidos? ¿Cuántas reuniones deben dedicarse a la oración y la ado ración? ¿Cuántas a la enseñanza? ¿A qué hora debe rán reunirse? En m uchas comunidades la iglesia celebra un culto de adoración el domingo por la m añana y otro por la noche. Sin em bargo, en algunas ciudades los creyentes sólo pueden reunirse el domingo por la tarde. Todas estas decisiones deben hacerlas los mismos recién conv ertidos. El hacer estas decisiones les ayudará a desarrollar su sentido creciente de responsabilidad. Participarán activamente en las reuniones que consideran más necesarias. La función del plantador de iglesias consiste en enseñar porciones relacionadas de las Escrituras que darán dirección con el fin de ayudar a la nueva iglesia a hacer decisiones.

Al hacer sus propias decisiones, los recién convertidos aprenden el valor de las opiniones y la madurez espiritual de algunos miembros de su grupo. Al crecer y madurar en sus capacidades estos líderes, la iglesia local puede gobernarse mejor a sí misma. La confianza en sus propios líderes puede ayudarles a prom over la unidad dentro del cuerpo de creyentes. Al hacer sus propias decisiones la iglesia tiene la oportunidad de asumir la responsabilidad de manejar sus propios asuntos y los creyentes pueden determinar la mejor forma de servir a Dios.

LAS ACTIVIDADES DEL GOBIERNO PROPIO

Aceptación de normas

Al reunir a un grupo de recién convertidos, el plantador de iglesias se convierte en maestro para instruirlos en las doctrinas de la fe cristiana. Uno de los propósitos de la enseñanza consiste en ayudar a los creyentes a constituirse en una iglesia local. ¿Cuáles pasos debe dar el plantador de iglesias que le ayudarán al grupo a convertirse en iglesia local establecida, de gobierno propio?

Primero, los convertidos n ecesitan enseñanza que los lleve a la comprensión de que la fe cristiana se basa en las Escrituras. La enseñanza de 1 Pedro 3:15 señala la importancia de que los creyentes funden su fe en la Palabra de Dios: “Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo lo que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” Al com prender los creyentes las doctrinas y aplicar la enseñanza a su vida diaria, pueden comenzar a trabajar juntos para cumplir el propósito de la iglesia.

Por lo demás, es particularmente importante que las normas bíblicas lleguen a convertirse en el propio concepto de normas de conducta y creencias de los creyentes. No les basta con que aprendan una d eclaración de do ctrina con una lista de citas bíblicas, o un reglamento. Los recién convertidos necesitan enseñanza paciente para que puedan desarrollar una comprensión de requerimientos bíblicos y asimilen la enseñanza en su propia vida. La enseñanza quizá demande tiempo considerable, dependiendo de sus necesidades, hasta que las norm as se integ ren en sus propias convicciones. Si esa será su iglesia, también deben considerar esas normas como propias.

Entonces, al ser capaces de expresar los creyentes sus convicciones de fe cristiana , cuentan con una base de compañerismo en la iglesia. Para que se forme una iglesia verdadera se necesita u na norma de doctrina y conducta aceptada en común por los creyentes.

En la actualidad en todo el m undo hay falsos maestros; por ello no hasta con declarar que la Biblia sola constituye la base de nuestra hermandad. Muchas falsas sectas también declaran lo mismo. Para trabajar juntos como parte del cuerpo de Cristo, la igle sia necesita es tar de acuerdo sobre ciertas norm as fundamentales de compañerismo (1 Corintios 1:10). Por ejem plo, se requiere que una persona haya nacido otra vez para hacerse miembro de la iglesia. Y además deberá vivir de tal manera que manifieste su nueva vida en Cristo. Dependiendo del anteceden te cultural del área, los creyen tes pueden llegar a otros acuerdos basados en la dirección que obtienen en las Escrituras.

Al ayudar el plantador de iglesias a los recién convertidos a formar su iglesia, éstos confrontarán ciertos problemas culturales. Muchos de ellos serán serios problemas que quizá dem anden largas discusiones y enseñanza paciente para ayudar a los creyentes a ponerse de acuerdo sobre norm as bíblicas de solución de problemas. Por ejemplo, en algunas sociedades se practican costumbres matrimoniales que no se conform an a la enseñanza cristiana, en otros lugares la sociedad acepta prácticas como el fraude en los im puestos, el robo y el soborno. En otros países existen restricciones legales o sociales contra el cristianismo. Para tratar esos problem as difíciles se necesita la oración sincera y la búsqueda fiel de la dirección del Espíritu Santo. Cuando los creyentes experimentan la dirección de l Espíritu Santo en estos difíciles asuntos, están mejor capacitados para sustentar sus normas de creencia y conducta.

Organización de la iglesia

Ni en Hechos ni en las cartas de San Pablo a las iglesias se nos dan detalles específicos respecto a la organización del gobierno de la iglesia. Las cartas de San Pablo dan los requerimientos y las responsabilidades para posiciones de liderato en la iglesia, a las cuales se refiere como ancianos, obispos y diáconos. El título anciano se usaba en el templo judío (Hechos 4:23), por lo que los judíos cristianos estaban familiarizados con esa posición de a utoridad. Este título se usaba con frecuencia en Hechos para referirse a los líderes. Los ancianos sustentaban posiciones pastorales y administrativas. Los ancianos trabajaron con los apóstoles en las decisiones im portantes tomadas en el concilio de Jerusalén (Hechos 15) San Pablo le recordó a Timoteo: “No descuides el don que ha y en ti, que te fue dado mediante profecía con la im posición de las m anos del presbítero” (1 Timoteo 4:14). Otra posición mencionada, la de obispo o supervisor, aparentemente incluía muchas de las mismas dice que San Pablo mandó llam ar a los ancianos de la iglesia de Efeso, y en su despedida los am onestó: “Mirad por vosotros, y por todo el reba ño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos” (v. 28 ). A Tito le escribió: “Es necesario que el o bispo sea irrepren sible, como administrador de Dios” (Tito 1: 7), “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que tam bién pueda exhortar con sana en señanza” (v. 9). Aparen temente los diáconos desempeñaban un m inisterio de ayuda, quizá como ayudantes de lo s ancianos y los obispos (Hechos 6:14). San Pablo escribió su carta a los (Filipenses “a todos los santos . . . con los obispos y diáconos” Filip enses 1:1) indicando con ello que, a un cuando se separaban estas posiciones, los diversos ofic ios trabajaban juntos. Se requería que los diáconos fueran hom bres de calidad espiritual madura 1 Timoteo 3:81. Estudiaremos más acerca de los requisitos y las responsabilidades de los líderes de la iglesia en la lección 6.

Las cualidades requeridas de los responsables del gobierno de la iglesia se esta blecen en las Escrituras (1 Timoteo 3:1-8; Tito 1: 6-9), pero no se declara específicamente cómo se debía realizar la obra. Quizá d e ello podamos aprender que el Espíritu Santo tenía el propósito de que al crecer y extenderse la iglesia a través de diversas culturas, hombres calificados fueran los dirigentes en asuntos de gobierno de la iglesia, de acuerdo con las necesidades y circunstancias de su tiempo y cultura.

A continuación estudiaremos algunas responsabilidades organizacionales de gobierno propio que se ha practicado en iglesias evangélicas de diversos países. Estas son sugerencias que podrán ayudarle, las cuales podrá adaptar a las necesidades particulares cíe su área.

Decisiones sobre feligresía

La fortaleza de cada iglesia local reside en su feligresía. Creyentes fieles, bien instruidos norm almente producirán una iglesia local activa, fiel y creciente. Al en señarle el plantador de igles ias a los cr eyentes los principios de la vida cristiana, puede esperar que comiencen a demostrar el fruto de una vida cristiana. Una de las prim eras tareas de la organización de la iglesia gene ralmente consiste en que la iglesia decide los requerimientos del bautismo en agua y de la feligresía.

Una práctica en establecer una iglesia en un área nueva consiste en pedirle a un past or de experiencia de algún lugar cercano que ayude a exam inar a los prim eros candidatos al bautismo. Se cree que de esta m anera evitan que los miembros reciban la impresión de que el plantador de iglesias es el único res ponsable de tales decisiones. Entonces, tan pronto como un número suficiente califica para la feligresía, un comité de tres miembros por lo menos es seleccionado para servir junto con el plantador de iglesias como comité examinador para aprobar candidato s al bautismo en agua y la feligresía de otros recién convertidos. Es m uy útil qu e este comité se for me tan pronto como los prim eros miembros son recibidos en la nueva iglesia. Los m iembros del com ité por lo general conocen la vida de quienes solicitan el bautism o y la feligresía, consecuentemente, sus decision es son m ás aceptables a os recién convertidos que si el plantador de iglesias tratara de hacer la decisión solo.

Preparación de líderes en la iglesia

¿Puede una iglesia nueva pr oducir líderes calificados para trabajar dentro de la igle sia? Si de verdad la igles ia será de gobierno propio, obviam ente los líderes deben surgir de entre el cuerpo de creyentes. La m eta del plantador de iglesias consiste en edificar una iglesia de gobierno propio. Por ello desde el prim er grupo de convertidos debe estar alerta para detectar a quienes poseen cualidades de liderato. Puede com enzar a planificar su capacitación y generalm ente las personas que tienen el potencial de llegar a ser líder es están ansiosos de aceptar alguna responsabilidad. El proceso y los métodos de capacitación de líderes para trabajar en la iglesia se estudiará en la lección 6.

De acuerdo con el relato de Hechos observamos que ese era el método de San Pablo pa ra capacitar a líderes en la iglesia local. Ministraba por un período extendido de tiempo en los centros estratég icos, en donde dejaba líderes capacitados para que conti nuaran ministrando en una iglesia establecida. Entonces él ministraba en otro lugar. Visitaba las iglesias de la provincia después de un intervalo de unos cuantos m eses y en algunos casos pasaban tres anos antes de su siguiente visita. Hechos 16:4-5 dice que “al pasar por las ciudades . . . las iglesias eran confirmadas en la fe, y aum entaban en número cada día”. En su carta a Timoteo, San Pablo amonesta: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2). Las cartas escritas por San Pabl o las dirigió a iglesias establecidas, de gobierno propio.

Selección de un pastor

Una vez que se ha for mado un buen grupo de mi embros en la nueva iglesia, el siguiente paso consiste en seleccionar a un pa stor. Si el plant ador de i glesias ha esta blecido su residencia donde la igle sia está ubicada, por lo general los miembros desean que él sea el pastor. Puesto que quizá algunos ya suponen que el plantador de iglesias debería ser el pastor, quizá pregunten por qué es necesario seleccionarlo como tal. En algún tiem po futuro la iglesia necesitará seleccionar a un pastor nuevo, po r tanto, es mu y útil que la nueva iglesia tenga la oportunida d de apre nder el proceso seleccionando a su pri mer pastor. La for ma en que los creyentes decidirán lla mar a algún past or dependerá probablemente de las costumbres locales de selección de liderato. En alguna s iglesias, los miembros se reúnen y llegan a un acuerdo mut uo de que llamarán como pastor a una persona dada. Ot ros grupos prefieren som eterlo a votación, para que la decisión sea de la mayoría. Cualquiera que sea la forma, lo importante es que los creyentes estén de acuerdo en que trabajar án con su pastor para cumplir el propósito de Dios para la iglesia.

Juntas y comités

Al crecer la iglesia y al m adurar sus m iembros en lo relacionado con los asuntos de la iglesia, quizá consid eren útil seleccionar juntas y comités para dirigir los ministerios de la iglesia. De esta manera, muchos grupos han descubierto que las responsabilidades de la iglesia pueden compartirse entre los miembros. Ya hemos mencionado el comité de feligresía. Según muchas iglesias, otros dos grupos administrativos resultan muy útiles para la iglesia local.

  1. Comité consultor: A este grupo se le puede conocer con otros nom bres en otra s áreas. Algunos grupos han observado que al principio una nueva iglesia quizá no tenga suficientes personas calificadas para for mar una junta de diáconos o ancianos. En tales casos, seleccionan a un comité para que trabaje junto c on el pastor en la iglesia. Quizá haya ocasiones cuando el pastor tenga que ausentarse de la iglesia o, en otros casos , una sola persona tenga que pastorear más de una iglesi a en un área de rápido crecimiento. El comité consultor le ayuda al pastor para que las nuevas obras no se queden sin liderato.
  2. La junta directiva de la iglesia: Las cualidades de los ancianos y los diáconos se especifican en 1 Timoteo 3:1-13 y en Tito 1:5-9. Cualqui era que sea el título que se les dé a los líderes de la iglesia, es tos versículos detallan sus cualidades. Muchas iglesias les llaman diáconos a los líderes que le ayudan al pastor, aunque hoy su obra se parece más a la de lo s ancianos de tiempos del Nuevo Testamento. Por lo general desem peñan algún m inisterio espiritual y ayudan en los asuntos generales de la iglesia. En otros lugares se elige a tres diáconos cuando se organiza la junta de la iglesia, luego se le agrega otro diácono por cada cincuenta m iembros hasta el núm ero máximo de nueve miembros de la junta. Po r lo general el pastor sirve como presidente de la junta, y todo el grupo trabaja unido como concilio de la iglesia. Si el pas tor tiene que ausentarse, el miembro decano de la junta quizá se quede a cargo de las actividades de la iglesia. Quizá designen a un segundo y a un tercer diácono, quienes estarán a cargo si es necesario. En este plan, no queda duda respecto al liderato y el ministerio de la iglesia puede continuar norm almente en ausencia del pastor.

La forma en que se gobierna la iglesia depende, por lo general, del tipo de gobier no a que las personas están acostumbradas en su cultura. Algun os trabajan mejor bajo un sistema en el que todos tienen voz y voto. En ese caso, las decisiones se hacen por votación o por alguna otra forma de obtención de acuerdo com ún entre los miembros. Otros acostumbran nombrar a un líder reconocido. Confían en su selección de quienes tr abajarán con él. Sin em bargo, en las Escrituras tenemos el precedente de que el “gobierno de un solo hom bre” no es el m odelo bíblico. Hechos 15 registra un concilio de la ig lesia en el cual se hicieron decisiones importantes. Los apóstoles eran los líderes de la iglesia primitiva, pero trabajaban junto con los ancianos de las iglesias (Hechos 15:6-22) . Proverbios 15:22 nos da un buen consejo: “Los pensam ientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman.”

Obviamente, una iglesia grande con m iles de miembros necesitará más comités, juntas o concilios, que una iglesia pequeña de 50 ó 100 m iembros. Cualquiera que sea el número o cualquiera q ue sea el n ombre que se le dé al grupo, debemos recordar siempre el propósito principal. Es decir, los grupos trabajan junto con el pastor para realizar la obra de la iglesia. Se reúnen para discutir los problem as que confronta la iglesia, para administrar negocios y asuntos financieros, para orar juntos, para aconsejarse unos a otros, para hacer planes de extensión y futuros ministerios de la iglesia. Su propósito dom inante consiste en dirigir la iglesia en la búsqueda de los perdidos y el adelanto del reino de Dios.

LAS RESPONSABILIDADES DEL GOBIERNO PROPIO

Sesiones de negocios

Para llevar a cabo las res ponsabilidades de gobierno propio la m ayoría de las igles ias consideran necesario celebrar sesiones de negocios de la iglesia. Si la idea de sesiones de negocios es nueva para las personas, la congregación quizá necesite algún tipo de instrucción sobre procedimientos parlamentarios. Si es totalmente nueva para la congregación, el pastor, o el plantador de iglesias, no debe insistir demasiado sobre todas las reglas; sin embargo, deberá ofrecer algunas guías básicas generales. Por su enseñanza y ejemplo puede mostrarle al cuerpo de la iglesia que al seguir ciertos proced imientos se puede conducir negocios, ayudar a la unidad, evitar expresiones de ira y discusiones inútiles.

Sesiones de la junta directiva de la iglesia

Many church boards follow the practice of having a meeting once a month and calling special meetings whenever necessary. They hold a regular monthly meeting and if there is no business to discuss they use the time to together, have fellowship or have a short Bible study together. This helps them maintain a good working relationship.

Muchas iglesias siguen la práctica de convocar a una reunión una vez al mes y convocarías cuando sea necesario. Celebran una reunión mensual regular y si no tienen asuntos que tratar emplean el tiempo para orar juntos, disfrutar de compañerismo o de estudio bíblico juntos. Creen que esa práctica les ayuda a m antener una buena relación de trabajo.

Para asegurar que la sesión de la iglesia s ea más eficiente, es muy útil que el pasto r, como presidente de la junta, prepare un orden del día. Cualquier m iembro de la junta puede sentirse en libert ad de agregar los asuntos que crea necesarios. La m ayoría de las juntas directivas creen que resulta muy útil no mbrar a uno de sus m iembros para que levante el acta de todas las decisiones y la guarde en los archivos de la iglesia. E l propósito general de las reuniones de la junta c onsiste en discutir y planificar la administración de las finanzas de la iglesia, trazar p lanes para edificios, o reun ir información y hacer p lanes para cambios o extensión de los ministerios de la iglesia. Pueden preparar informes en los que se presentan las necesidades o los logros de los diversos m inisterios y presentarlos al cuerpo de la iglesia local. La junta facilita el ministerio de la iglesia cuando se planifi ca algún proyecto o m inisterio nuevo. La junta puede decidir la form a de reunir información y hacer planes y decisiones, los cuales pueden entonces presentarse al cuerpo de la ig lesia para su aprobación.

Sesiones de negocios de la iglesia

Al crecer una iglesia y exte nder sus ministerios, por lo general le es necesario celebrar una sesión de negocios por lo menos una vez al año, o cuando la iglesia crea que se necesita. En esta sesión todos los m iembros asisten y participan. En esta sesión por lo general se presentan informes financieros y de los m inisterios de la iglesia. O también se reciben m iembros nuevos, la junta presenta planes o decisiones tom adas y la ig lesia expresa su aprobación o desaprobación acerca de tales planes y decisiones. Algunas iglesias convocan a una sesión de negocios para elegir o confir mar a un pastor nuevo. Estas sesiones son de im portancia para una iglesia y sus miembros. Le dan al cuerpo de la iglesia la oportunidad de informarse acerca de la iglesia, de participar en decis iones, en ministerio y aceptar responsab ilidad. Así se prom ueve un sentimiento de responsabilidad por los m inisterios y un vínculo de unidad en la iglesia.

Adopción de una constitución de la iglesia

En ocasiones el cuerpo de iglesia hace la decisión de que sus acuerdos, la form a en que s e gobernará la iglesia, así como sus decis iones respecto a normas de la hermandad, se archiven en forma sencilla. Generalmente se hace todo ello en la forma de una constitución de la iglesia. La constitución declara la com prensión de la iglesia sobre doctrinas bíblicas importantes y b osqueja los requisitos para el bautismo en agua y la feligresía. Puede incluir todo aquello que los m iembros de la iglesia crean que se debe archivar en for ma escrita. En algunos países el gobierno nacional demanda que la ig lesia adopte una constitu ción antes de brindarle reconocimiento oficial. Este paso es d e importancia en algunas áreas pa ra que se pu edan celebrar matrimonios en la iglesia o para que ésta tenga representación ante el gobierno nacional si fuera necesario.

Si existe una organización nacional de la iglesia, con frecuencia recomienda una constitución m odelo para las nuevas iglesias. El propósito principal de una constitución consiste en proveer una base de la herm andad y promover unidad en la obra de Dios. Al contar con una norma escrita de doctrina y conducta se ayuda a evitar errores de doctrina que pudieran surgir después, así como a fortalecer la iglesia con un propósito unificado.

Reconocimiento oficial

Si existe una organización nacional de la iglesia, la nueva iglesia puede ser reconocida oficialmente como parte de la herm andad. Por lo gene ral este es un gozo y una bendición para la nueva congr egación — experimentar la bendición de formar parte de un compañerism o mayor. En muchas áreas, particularm ente rurales, la actividad m ás sobresaliente del año consiste en la ce lebración de la conferencia o concilio a nual, cuando se reúnen todas las iglesias del área. Los crey entes tienen oportunidades de ministerio más amplias y experimentan el gozo de trabajar junto con otras congregaciones para extender el evangelio. Muchos recién convertidos han sido alentados al comprender que no están solos, sino que for man parte de una iglesia mundial.

La responsabilidad de la disciplina

Una de las tareas m ás difíciles y d esagradables de los líderes de la iglesia es la de adm inistrar apropiadamente la disciplina de corrección. Cuando una persona se identifica como hermano cristiano, la iglesia espera que su comportamiento se conforme a las normas bíblicas de vida cristiana. Para saber cóm o y cuá ndo confrontar a un miembro de la iglesia en fo rma disciplinaria se requiere sabiduría y la actitud apropi ada, así como motivación de parte del liderato de la iglesia.

La actitud y la motivación apropiadas para la disciplina son las de genuino interés y pr eocupación por parte de los ofendidos y la iglesia como un todo. Los líderes no pueden conducir efectivamente a lo s miembros ofensores a un lugar de arrepentim iento si actúan m otivados por la venganza o dan la idea de que no les interesa el bienestar de su hermano verdaderamente. La meta de la disciplina es la restauración a través d el arrepentimiento. Se debe evitar todo aquello que no conduzca efectivam ente hacia esa meta.

La disciplina debe contar con una sólida base bíblica para determinar el com portamiento bueno o m alo. La seriedad de la ofensa representa un factor para saber cóm o tratar el problem a. San Pablo confrontó el problem a de inmoralidad descarada en la iglesia de Corinto (1 Corintios 5) y exhortó a la igles ia a que abiertamente rechazara ese acto pecaminoso, puesto que estaba dañando la reputación de toda la iglesia. El ofensor debía ser expulsado de la congregación, entregado a Satanás a fin de que su naturaleza pecaminosa fuera confrontada y subsecuentemente regresarlo a la herm andad de la iglesia después de su arrepentimiento (2 Corintios 2:5-11).

Sin embargo, San Pablo trató otros casos de disciplina que no se consideraban de tal daño moral ni para las partes ofensoras ni para el cuerpo de la iglesia. Los líderes de la iglesia de Tesalónica (2 Tesalonicenses 3:6-13) le preguntaron a San Pablo cóm o debían disciplinar a las personas que no querían trabajar ni para ganar su propia comida, por lo que se habían convertido en chism osos y entrometidos. San Pablo aconsejó que en lugar de expulsarlos de la congregaci ón los confrontaran con su conducta irresponsable y se le s pidiera que recapacitaran, que encontraran un empleo y ganaran para su propio sustento, a fin de que no fueran carga para los demás.

La disciplina es asunto de t oda la igles ia, no sólo del pastor. Bien puede ser que algunos problem as menores se resuelvan con una visita past oral, sin em bargo, el pastor debe actuar con sabiduría para restaurar a los ofensores. Los asuntos que envuelvan a toda la iglesia no deberán tratarse tan en privado como en una visita pastoral. En este caso el pastor necesita el apoyo decidido de otros líderes y de la congregación. Si des pués de una investigación concienzuda de cargos contra un m iembro el pastor comprueba que son ciertos, enton ces, colectivamente, el pastor y los líderes de la igle sia deberían confrontar a la parte ofensora para resolver la cuestión (Mateo 18:15-17). El hermano o la herm ana que ha ofendido debería comprender, con base en las Escrituras, que ha pecado contra Dios y que a los líderes de la iglesia les preocupa que siga en com unión con Dios a través de la o bediencia. Estas cuestiones incluyen ofensas como la disem inación de falsas doctrinas, ser alborotadores, y participar en prácticas inmorales (Tito 1:10-13).

La motivación principal de la disciplina consiste en restaurar al hermano ofensor después de su arrepentimiento sincero. La disciplina no tiene que ser una fuerza destructora en la iglesia: por el contrario, con la actitud apropiada por parte de los líde res, la disciplina puede ser una parte muy positiva del crecimiento y el desarrollo de la persona y del grupo. Cuando alguien se ha arrepentido de un pecado que tiene repercusione s públicas en la iglesia, será necesario que el m iembro de la iglesia arrepentido dé muestras de la sinceridad de su arrepentimiento. Quizá se le demande un breve, pero sufi ciente período de prueba de que en verdad ha cam biado interiormente y que con toda sinceridad desea ser restaurado a la hermandad. El ofensor arrepentido deberá ser trata do con una actitud de am or y cuidado de parte de los líder es y otros m iembros de la iglesia. Se nos instru ye claramente en Gálatas 6:1-2 : “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre . . . Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.”

Fue necesario que Jesús confrontara a San Pedro después que éste había m entido acerca de su relación con El (Juan 18:15-27; 21:15-19). San Pedro le había fallado a su Señor, a su grupo y a sí mismo. Jesús esperó el momento apropiado antes de abordar a San Pedro por su falta. Con gran sabiduría, Jesús com enzó tiernamente a restau rar a San Pedro preguntán dole acerca de su a mor y consagración. Finalmente, Jesús resolvió el problem a, restauró la dignidad de San Pedro y le hizo saber que podía desempeñar una importante función en el m inisterio de la iglesia.

El ejemplo de Jesús nos enseña los importantes elementos de la disciplina. Se necesita una comprensión adecuada de la ofensa. Con la actitud y la m otivación apropiadas. Jesús espero el momento oportuno para abordar a San Pedro. Jesús per mitió que la f alta misma fuera una lección para el apóstol en lugar de acusarlo de todas sus faltas. Las preguntas de Jesús lo forzaron a exam inar su amor por su Señor en lugar de explicar por qué había fallado. Jesús tiernam ente le devolvió a San Pedro su estimación propia asignándole una función con la cual le hizo saber que era importante y necesario.

Crecimiento en madurez espiritual

Hemos estudiado previamente en esta lección que una iglesia capaz de asum ir las responsabilidades del gobierno propio está en cam ino hacia la m adurez espiritual. La iglesia que está logrando madurez espiritual es bendecida como un todo, y también cada miembro es bendecido por la oportunidad de crecer espiritualmente.

Los miembros que aceptan la responsabilidad de ser maestros, o que sirven en com ités, o como miembros de la junta pueden com partir las bend iciones de trabajar en la obra de Dios. Al prin cipio quizá necesiten dirección y enseñanza de parte del pastor sobre la im portancia de la oración y la búsqueda de la di rección divina en la obra que deben realizar. Quizá algunos necesiten aprender a trabajar en conjunto y a apreciar las ideas de los demás. Al formarse el hábito de buscar la dirección de Dios en el trabajo d e la iglesia, tienen la oportunidad de aprender a orar acerca de todos los aspectos de su vida. El aprender la importancia de esperar en Dios en oración constituye un paso im portante del crecimiento espiritual.

Una iglesia de gobierno propio puede desarrollar un modelo de liderato dentro de la congregación. Cuando la iglesia tiene ancianos o diáconos de entre sus m ismos miembros, la feligresía puede estar segura de la continuidad del liderato. Si el pastor es llamado a otro lugar o debe salir inesperadamente, la iglesia no se quedará naufragando sin piloto. La obra de la iglesia puede continuar m ientras que espera el retorno de un pastor.

Cuando un recién convertido ha experim entado el gozo de la salvación, por lo g eneral su primera reacción consiste en contárselo a los demás. El sabio plantador de iglesias o pastor canalizará este celo gozoso con enseñanza bíblica y le ayudará al recién convertido a enseñar y a testificar a los demás. Al tom ar los creyentes la responsabilidad de enseñar en la igle sia y tes tificar a los que les rodean necesitarán aprender el valor de l estudio de la Palabra d e Dios. Al en señárseles apropiadamente, aumenta su am or por la Palabra de Dio s. Comprenden tanto la neces idad como la bendición del estudio bíblico regular. Los miembros sólidamente establecidos en la enseñanza bíblica se ayudan unos a otros y contribuyen m ucho a la m adurez espiritual de la iglesia.

Las iglesias en proceso de madurez, como los creyentes en ese m ismo proceso, no sólo se interes an en ellos mismos, sino también en desarrollar un interés de amor por las almas de los perdidos a su alrededor. Como resultado tienen el deseo de compartir las buenas nuevas con quienes no han oído el evangelio. El objetivo del plantador de iglesias no es sólo una ig lesia de gobierno propio por el simple hecho de contar con una iglesia de independencia propia, sino también de establecer un cuerpo d e creyentes en proceso de m adurez capaces de realizar el propósito de la iglesia en el evangelismo y en la edif icación del cuerpo de Cristo.

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