La idea de comunidad

Ha nacido un bebé. La familia se regocija. Un vecino llega de visita trayendo consigo alimentos para la familia y otro amigo llega para cuidar al nuevo miembro de la familia.

Quizá usted haya experimentado un acontecimiento feliz como este. ¡Cuán alentador es presenciar la demostración de tanta bondad e interés por el bienestar de toda la familia! Este es el espíritu de comunidad.

En esta lección estudiaremos los antecedentes y las bases bíblicas de la comunidad. El espíritu de comunidad constituyó uno de los primeros principios que se enseñaron en la iglesia primitiva. Ya Cristo nos había enseñado ese principio al exhortarnos a amarnos y a preocuparnos por el bienestar de los demás. Esta lección le ayudará a comprender la idea de comunidad. De esta manera entenderá con mayor claridad cuán hermoso es pertenecer a la comunidad cristiana.

Al estudiar esta lección, pídale al Espíritu Santo que le enseñe a demostrar el espíritu de comunidad en todas sus actividades relacionadas con los demás.

El significado de la palabra comunidad

En otros idiomas, como el inglés, la palabra comunidad (community) se refiere a personas con intereses comunes que viven en cierto lugar. En nuestro idioma castellano, no se refiere necesariamente al área o lugar donde vive una persona, sino al amor e interés que una persona siente por otra. Este es el uso más elevado de la palabra comunidad.

La palabra comunidad también se puede usar para describir a un grupo de personas que participan en una causa común. Por ejemplo, en algunos países, quienes se ocupan en un mismo empleo o profesión organizan un sindicato para el mejoramiento de sus intereses comunes. Ese sindicato se
compone de miembros en comunidad.

La segunda sección de la Biblia, el Nuevo Testamento, se escribió originalmente en griego. El término koinonia a menudo se traduce como “compañerismo” o “comunión”. Esto implica la idea de participar en algo con alguien más. Se refiere a una relación doble en la que se hace hincapié ya sea en dar o en recibir. También se traduce como “participación” o “partícipe”, o “contribución”. Describe una relación estrecha como la del
matrimonio.

He aquí algunos ejemplos sobresalientes del uso bíblico de la palabra koinonia. Busque los siguientes pasajes y léalos con detenimiento.

1. Juan 12:6—una bolsa común que compartía Jesús y sus discípulos (un fondo que usaba para sufragar sus gastos)

2. 1 Corintios 10:16—la comunión de la sangre de Cristo al participar en la Santa Cena.

3. 1 Juan 1:3, 6-7—la comunión entre creyentes y Dios el Padre y su Hijo Jesucristo.

4. 1 Corintios 10:20—partícipes; una amonestación a no ser “partícipes con los demonios”.

5. Romanos 15:26—una ofrenda o cierta cantidad de dinero que los creyentes griegos enviaron a Jerusalén.

En estos pasajes bíblicos se usan las ideas de comunión, compañerismo y participación. Estos constituyen una buena explicación de la palabra comunidad.

Compruebe sus respuestas con las que se incluyen al final de esta lección.

Lo integral de la comunidad

Ciertas ideas pueden ser muy bien comprendidas por casi todos. La mayoría comprendemos la idea básica de la agricultura. Es necesario preparar la tierra para sembrar la semilla. En algunos países la preparan con azadones. En otros, con arados que tira una yunta o yugada de bueyes. En otros
países se usa maquinaria agrícola moderna. Sin embargo, la idea básica es la misma: aflojar la tierra y revolverla para que pueda recibir la semilla, y la lluvia haga germinar y crecer la semilla. Le sigue entonces el arduo trabajo de limpiar la tierra de espinos y cardos a fin de que las plantas tengan espacio suficiente para desarrollarse. Por último, cuando la planta ha crecido o madurado, se cosecha el fruto.

Esta idea básica del arado, la siembra, la espera y la cosecha se conoce en todos los países. Quizá los métodos no sean los mismos, pero los resultados son muy parecidos.

Se puede aplicar lo mismo a la idea de comunidad. No importa si usted pertenece a una familia pequeña o vive en una gran ciudad, la idea básica de comunidad es la misma. Se refiere a gente que convive con otros. Se aplica tanto a un grupo de 500.000 personas como a una pareja.

La idea de comunidad se expresa por el interés en el bienestar de otros. Cristo contó una historia acerca de un hombre llamado Lázaro y otro hombre muy rico (Lucas 16:19– 31). No hay indicación alguna de que el rico haya tratado con crueldad a Lázaro. Sencillamente nunca le interesó la condición
de éste. Según la historia, el rico murió y se fue al infierno, por no aceptar la verdad acerca de Dios mientras vivía. Dios nos enseña a interesarnos por el bienestar de otros.

Jesús contó otra historia de un judío que fue atacado y golpeado por ladrones. Fue abandonado a su suerte a la orilla del camino (Lucas 10:30–37). Dos personas muy religiosas pasaron junto a él, pero no hicieron nada por ayudarlo. Por último pasó un samaritano. Generalmente los judíos y los
samaritanos no se trataban. Pero de inmediato el samaritano se detuvo, curó al mal herido, le montó sobre su asno y lo llevó a una posada. Le dijo al hotelero que lo cuidara y que él pagaría todos los gastos que causara. Este es un hermoso ejemplo del espíritu de comunidad en acción.

El espíritu de comunidad se demuestra por medio del amor y el interés por el bienestar de otros. Interés, en este caso, significa preocupación por el bienestar de los demás. Hemos de preocuparnos por el bienestar de los que nos rodean, así como también por aquellos que viven en otras partes del mundo. Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tu viereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Este es el espíritu de comunidad.

Las bases bíblicas de la comunidad

El ejemplo de comunidad más antiguo se encuentra en el primer libro de la Biblia. En Génesis 2 y 3. Aquí tenemos la historia de la creación del primer hombre. La comunidad en aquel entonces sólo era posible entre Dios y Adán. Debido a que Adán no tenía pecado, su comunión (koinonia) con Dios era muy personal. Conversaban todos los días. Disfrutaban momentos de mutuo solaz. Por tanto, bien podemos decir que Dios y Adán disfrutaban de comunidad.

Al poco tiempo Dios le creó una esposa a Adán, que la llamó Varona (Génesis 2:23). Entonces la comunidad fue posible entre dos personas. Adán y la mujer, a quien después llamó Eva, vivían en armonía. Disfrutaban de compañerismo con Dios y de paz con toda la creación divina. Esta era una comunidad de tres. ¡Esta era una comunidad perfecta!

Sin embargo, esta comunidad perfecta fue interrumpida. ¡Entró el pecado! (Génesis 3). La comunidad perfecta se interrumpió porque Adán y Eva desobedecieron a Dios. Por ello fueron separados de Dios.

La historia de los hijos de Israel y su peregrinación por el desierto es otro ejemplo de comunidad. Se registra en la Biblia, comenzando con el capítulo 3 de Éxodo. Por 40 años los israelitas viajaron después de salir de Egipto, donde habían vivido en esclavitud, hacia la libertad en la tierra prometida.
Durante todo este tiempo vivieron como nómadas sin lugar fijo de residencia. Pero incluso durante esta temporada de movimiento constante de un lugar a otro, practicaron un espíritu de comunidad. En Éxodo 17:1 dice: “Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin.” Recuerde las cualidades de comunidad ya estudiadas. Israel era una nación de comunidad porque la comunidad, una relación de amor y colaboración, existía entre la gente. Al leer usted la historia completa en Éxodo, se dará cuenta que los israelitas compartieron muchas situaciones difíciles así como
también victorias.

Leemos en Éxodo 20 que Dios les dio a los israelitas los Diez Mandamientos. Estas reglas de conducta les mostraron cómo vivir en comunidad. Los Diez Mandamientos eran leyes divinas de unión que no debían ser quebrantadas. Estas enseñaban que el hombre debía respetar y amar a Dios primero, y en segundo lugar amar y respetar a su prójimo. Esta es una de las enseñanzas más antiguas que tenemos sobre las relaciones de comunidad. En realidad, Dios les estaba diciendo con estos mandamientos: “Obedezcan estas leyes y vivirán en perfecta comunidad.”

Además de los Diez Mandamientos, Dios les dio muchas otras instrucciones que ayudarían a Israel a vivir en comunidad. Eran leyes respecto a altares, sacrificios, días de fiesta, hábitos alimenticios, conducta o comportamiento personal, y comportamiento hacia otros. Estas leyes fueron dadas para ayudar a la gente a vivir con devoción a Dios y con un espíritu de comunidad: compañerismo, amor y preocupación mutua por el bienestar de los demás.

Consideremos ahora un ejemplo de comunidad en el Nuevo Testamento. En la iglesia primitiva, después que el Espíritu Santo descendió en el día de Pentecostés, comenzó a reinar un fuerte espíritu de unidad y comunidad. Lea Hechos 2:43–47. El versículo 44 declara que los creyentes “estaban juntos, y tenían en común todas las cosas”. Recuerde ahora la definición de comunidad. Estas palabras demuestran que el “amor y el interés
mutuos” y un “compañerismo estrecho” se hicieron presentes en la iglesia primitiva. La iglesia del Nuevo Testamento practicó la comunidad, ya que sus miembros compartían lo que tenían y se preocupaban por el bienestar mutuo. Imitemos su ejemplo.

Si usted es cristiano, forma parte de la hermosa comunidad de creyentes que le pertenece a Dios. ¿Se preocupa usted por otros miembros de la comunidad? ¿Comparte usted de lo suyo con los necesitados? Este es el verdadero significado de comunidad.

Siguiente lección