Su nueva vida 2: Usted está aprendiendo a caminar

¿Ha visto alguna vez a un niño que está aprendiendo a caminar? El pequeñito apenas puede pararse, se tambalea por el cuarto, aferrándose de lo que puede alcanzar. ¡Pero qué emocionante! ¡Qué expresión—como si hubiera conquistado el mundo entero! Y así, a veces moviéndose, a veces parándose
y a veces cayéndose—pero siempre levantándose y siguiendo adelante—el niño aprende a caminar. El deseo de triunfar es fuerte. En todo momento los padres están cerca para ayudarle y animarlo en cada paso.

En ciertas maneras ahora usted es como un niño. Dios le ha dado una nueva vida. Pero aprender a vivirla es como aprender a caminar. Su deseo de triunfar debe ser fuerte. Su Padre celestial está cerca, listo para ayudarle. Pero usted debe tratar. Debe poner su mano en la de Él y seguir tratando. Si lo hace, cada día mejorará. Sus pasos se volverán más firmes y seguros. Usted se tambaleará menos. Su habilidad aumentará, y usted cumplirá con el maravilloso plan que Dios tiene para su vida.

Ponga su mano en la mano de Dios

Qué contentos se sienten los padres cuando su bebé da sus primeros pasos. Y qué contento se siente su Padre celestial cuando usted, su hijo, comienza a caminar con Él en esta vida cristiana. No tenga miedo de caerse; sólo ponga su mano en la mano de su Padre y Él le ayudará. Cada día, al despertar, pídale que le ayude en todo lo que usted hará ese día.

Enfrente los problemas con la ayuda de Dios

¿Satanás ha tratado de hacerlo caer?

Satanás, el diablo, es enemigo de Dios y de todos los cristianos. Él trata de hacer que tropiece y se caiga. Él puede usar la persecución, el ridículo, el desaliento o la tentación. Él tratará de hacer que dude de su salvación. Satanás siempre lucha contra los cristianos y trata de alejarlos de Dios. Él
especialmente trata de confundir a los nuevos cristianos con dudas y dificultades. Él no quiere que usted aprenda a caminar con Dios.

Así que no se sorprenda si recibe unos cuantos golpes cuando esté aprendiendo a caminar. El niño puede tropezar con una silla y golpearse, o perder el equilibrio y caerse, pero esta no es razón para no volver a tratar de caminar.

Recuerde que su Padre celestial es mucho más fuerte que el diablo, y que Él lo tomará a usted de la mano. Juan 10:28 dice: “Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.

¿Está sufriendo por la causa de Cristo?

No se sorprenda ni se enoje si su familia o algunos de sus amigos se burlan de usted por haber aceptado a Cristo. Hasta lo podrían perseguir. Es un honor y un privilegio sufrir por Aquel quien murió en la cruz en nuestro lugar. Nosotros llevamos nuestra cruz y lo seguimos, haciéndole saber que apreciamos lo que padeció por nosotros.

El Señor promete recompensar a los que sufren por su causa. En Lucas 9:23, dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. (Mateo 5:10–12)

¿Está usted desalentado o le preocupan las dudas?

No se desaliente si se le ha hecho difícil hacer lo correcto. Cuando los nuevos cristianos cometen un error, el diablo trata de desanimarlos haciendo que piensen: “Ahora mira lo que he hecho. Eso quiere decir que quizás no soy hijo de Dios, porque si lo fuera, no hubiera hecho esto”.

Algunos nuevos cristianos se confunden y dan lugar a la duda. Ellos piensan: “No puedo llevar una vida cristiana; es demasiado difícil para mí. Mejor vuelvo a mi vida de antes. Además, no veo el gran cambio en mí del que tanto hablan los cristianos. No siento ningún gozo de salvación. Supongo que
después de todo no soy cristiano”.

¿Ha luchado usted con algunas de estas dudas? Recuerde que vienen de su enemigo que está tratando de desalentarlo y hacerlo caer. Algunos sienten más gozo que otros cuando se salvan, así que no se preocupe por cómo se siente. Cuanto más aprenda de lo que Dios ha hecho cuando lo hizo hijo suyo, más gozo tendrá. A medida que usted le dé las gracias por sus bendiciones, su gozo aumentará. Recuerde que su salvación no depende de lo que usted siente; depende de la fidelidad de Dios hacia usted y de la fe y confianza en Dios que usted tiene.

Si usted ha tambaleado y ha caído, eso no quiere decir que no puede aprender a caminar, ni que no es hijo de Dios. Pídale perdón por sus faltas, y luego levántese y vuelva a tratar.

En cuanto al cambio en usted, su deseo de agradar a Dios y el hecho de que se preocupa por sus faltas son pruebas de una nueva naturaleza. Así que no se desaliente. Recuerde que a algunos niños se les hace más difícil aprender a caminar que a otros.

Haga lo que Dios le pide que haga

Quizás usted se esté preguntando si ha hecho todo lo que Dios espera que usted haga para ser salvo. Cristo nos dice claramente lo que debemos hacer para ser salvos, por tanto ahora veamos si usted ha hecho su parte. Dios le pide que haga dos cosas para ser salvo: arrepentirse de sus pecados y creer en el evangelio.

Arrepentirse

Marcos escribió estas palabras de Jesús: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15)

Arrepentirse quiere decir entristecerse por sus pecados y alejarse de ellos.

¿Usted se siente triste por haber desobedecido a Dios? ¿Está determinado a despojarse del pecado en su vida, o hay algún pecado que todavía quiere retener? ¿Está dispuesto a renunciar a su propia manera de vivir, y de ahora en adelante hacer sólo lo que agrada a Dios?

¿Alguna vez lo ha tratado alguien tan mal que no quiere perdonarlo? El odio y el resentimiento son pecados que evitan que muchos tengan una relación con Dios. Dios es amor, y Él no puede vivir en un corazón lleno de odio y prejuicio. Si usted tiene algo contra alguien, perdone a esa persona ahora, y pídale a Dios que le ayude a amar a los que lo han tratado tan mal. Jesús dijo:

Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:15)

Si usted todavía duda de haberse arrepentido sinceramente, puede solucionar esto ahora. Abandone todo pecado y renuncie a su propia manera de hacer las cosas para que de aquí en adelante Dios pueda hacer las cosas a su manera en su vida.

Crea en el evangelio de Jesucristo

La palabra evangelio significa “buenas nuevas”. Se refiere a las buenas nuevas de la salvación en Jesucristo. Las siguientes enseñanzas del evangelio se encuentran en la Biblia. Escriba sí al lado de las que usted cree.

• Dios lo amó tanto a usted que mandó a su Hijo Jesús para tomar el castigo por los pecados que usted cometió.

• Jesús murió por los pecados que usted cometió y Él lo libertará de ellos cuando lo acepte como Salvador y Señor.

• Jesús resucitó de los muertos y regresó al cielo. Él ora por usted y le está preparando un hogar.

• Cuando usted acepta a Jesús como su Salvador, se convierte en hijo de Dios y tiene nueva vida en Él.

• Jesús regresará a buscar a los que le pertenecen para llevarlos con Él a su hogar eterno en el cielo.

• ¿Usted cree todo esto de Jesucristo?

• ¿Ha aceptado a Jesús como su Salvador personal?

• Entonces confíe en Él y crea en sus promesas. Lucas escribió esta promesa: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31). Juan también nos alienta:

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. (1 Juan 5:11–12)

Creer en Jesús significa que usted confía en Él. Él lo comprende y lo ama a usted. Él ora al Padre por usted. Jesús es Aquel a quien Dios ha escogido para hacer esto. Pablo escribió: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). Pedro también enseñó que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

Jesús dijo: “Yo soy el camino” (Juan 14:6). No hay ningún otro camino para llegar a Dios. Usted no puede caminar por dos caminos al mismo tiempo. Usted tendrá que dejar cualquier otro camino que pretende dirigirlo a Dios para poder seguir a Jesús, el único camino verdadero. Tendrá que poner toda su fe en Él.

Si usted de verdad se ha arrepentido, cree en las promesas y confía en Cristo como su único Salvador, entonces es salvo.

¿Usted quiere estar seguro de que Jesús es su Salvador? ¿Quiere volver a consagrar su vida a Dios y estar seguro de que camina con Él? Dígaselo con las palabras de esta oración que sigue.

Siguiente lección