Trabajemos en amor
A Luciano se le hacía difícil enseñar, aunque tenía varios niños en su clase bíblica. Preparaba cuidadosamente la lección para sus alumnos y les enseñaba lo mejor que podía. Se le ocurrían cosas interesantes para incorporarlas en lo que estaban aprendiendo, pero había veces cuando no ponían atención. Con frecuencia los chicos decían cosas irrespetuosas. Esto perturbaba a Luciano. Pero sabía que Dios lo había dirigido a este ministerio.
Un día durante la semana Luciano estaba leyendo la Biblia y pensando en los niños de la clase. Cuando llegó al capítulo 13 de Juan, Luciano leyó que Jesús les lavó los pies a sus discípulos. Luego en el versículo 34 leyó un nuevo mandamiento que Jesús les dio a sus discípulos, que debían amarse los unos a los otros como Jesús los había amado a ellos. Aunque Luciano había leído estos versículos antes, pero ahora los veía de una nueva manera. Se dio cuenta de que había algo más en trabajar para el Señor que solamente usar su don de ministerio. Él debía aprender a amar a las personas a quienes ayudaba y con las que trabajaba, y eso incluía a los niños de su clase.
A medida que usted estudia esta lección, aprenderá más acerca de la clase de amor que necesita para ser un obrero cristiano. Aprenderá acerca del origen de ese amor y el impacto que puede tener en su vida.
El amor viene de Dios
Cuando leemos la Biblia no tenemos que investigar mucho para ver que Dios nos ha mostrado su amor. Juan escribe: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10).
No hay amor más grande que el amor de Dios. El Padre nos ama tanto que dio a su propio Hijo. El Hijo nos amó tanto que dio su propia vida. Jesús murió por sus amigos y por sus enemigos. ¿Puede algún amor ser más grande? Pablo escribe: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Lucas 15:11–24 contiene la historia que Jesús contó acerca de un joven que se fue de casa y desperdició su vida y su dinero. En casa su padre esperaba con paciencia el regreso de su hijo. El día en que el hijo regresó a casa, el ansioso padre vio a su hijo a la distancia. Lleno de gozo, lo abrazó y se regocijó, porque su hijo descarriado por fin estaba en casa.
¿Por qué contó Jesús esta historia? Él quería que nosotros supiéramos lo que Dios siente hacia todos. Dios no ama solamente a los bien parecidos o a los limpios o a los que han tratado de ser buenos. Su amor es mucho más grande que el amor humano. Dios es amor, y Él ama a toda la gente―de
todas razas, culturas y grupos sociales.
Se cuenta la historia de un pastor que discriminaba contra los que asistían a su iglesia. Él no podía aceptar la manera en que se vestían. Aunque los dejaba entrar a la iglesia, en realidad no los amaba porque eran muy diferentes.
Un día mientras el pastor oraba, el Espíritu Santo le dijo: “Juan, tú no amas a estos jóvenes. Amas solamente a los que piensan como tú. Amas solamente a los que son como tú”.
Esto sorprendió al pastor. Se arrodilló y oró por largo tiempo. No quería admitir su pecado. Con el tiempo, él permitió que Dios le cambiara el corazón y comenzó a dar la bienvenida a los jóvenes. Él les enseñaba la Palabra de Dios, y los jóvenes llevaban a sus amigos. El amor de Dios les llegó porque el pastor permitió que Dios le cambiara el corazón y los amara a través de él.
El amor es necesario
Dios ha dado a los creyentes una gran responsabilidad. Mateo 5 dice:
Vosotros sois la sal de la tierra…Vosotros sois la luz del mundo…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (vv. 13–14, 16)
A menos que la vida de los obreros cristianos sea distinta de la de los que no son salvos, ¿cómo podrá el mundo ver a Jesús? Cuando la gente vea su luz se sentirá atraída hacia Jesús, quien es la Luz del mundo. Cuando la gente vea su amor, se sentirá atraída hacia a Dios, quien es amor. Cuando la gente vea las cosas buenas que usted hace, sabrá que Dios está en usted y lo alabará (Mateo 5:16).
No siempre será fácil ser como Dios. A Jesús no le fue fácil cuando estaba en la tierra. Su amor será probado. Usted no siempre querrá ir “dos millas” (Mateo 5:41). Pero si lo hace, habrá demostrado el amor del Padre.
Nuestro ministerio cambiará la vida de la gente cuando el Espíritu Santo nos cambie a nosotros. El verdadero amor se manifestará. Seremos atraídos hacia los necesitados cuando estemos listos para ministrar a sus necesidades. El amor fluye hacia la necesidad. Juan lo resume: “Hijitos míos, no
amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (l Juan 3:18).
El amor produce resultados
Si Cristo está en nosotros, su amor está en nosotros. Él vive en lo que hacemos y estará en nosotros cuando le permitamos expresarse a sí mismo. El amor de Dios llega hasta donde solamente su amor no puede llegar. Siendo que Dios nos amó cuando éramos aún pecadores, el amor de Dios en nosotros amará a los pecadores. Porque Dios amó a sus enemigos, El amor de Dios en nosotros amará a nuestros enemigos. Y siendo que Dios amó a los que lo rechazaron (Lucas 23:34), el amor de Dios en nosotros amará a los que nos maltratan (Mateo 5:11–12).
Por lo tanto, solamente es posible amar a toda la gente cuando permitimos que el amor de Dios fluya de nosotros hacia ellos. Este amor es para usted. Hará muchas cosas que su propio amor no hará.
¡Cuán maravilloso es el don del Espíritu Santo para nosotros! El Espíritu Santo no desciende solamente una vez sobre usted. El Espíritu Santo vive en usted. Jesús dijo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16).
Cuando el Espíritu vive en usted, Él obra en usted para producir el fruto del Espíritu. Este fruto no es una bondad natural que la persona podría poseer. Lea Gálatas 5:19–21 y mire cómo es la persona natural. ¡Cuán opuesto es el fruto que el Espíritu Santo hace que el creyente produzca!
¿Usted ve que en 1 Corintios 13:4-7 se nos dice cómo el amor demuestra cada una de las cualidades mencionadas en Gálatas 5:22-23? Cuán importante es que el obrero cristiano demuestre el amor de Dios. Como leemos en 1 Corintios 13:2:
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Cuando Dios hizo el mundo Él hizo que todo produjera fruto según su género (Génesis 1). Así también es la obra del Espíritu Santo en nosotros. Al producir fruto según su género, Él nos hace posible amar.