El plan de Dios para los obreros

Luciano vio que los creyentes se reunían por muchas diferentes razones ―necesidades de enseñanza, de ánimo, de ayuda material, de dirección y de fortaleza. Pero Luciano quería saber más sobre cómo debía ser la iglesia para verdaderamente poder satisfacer esas necesidades. Quería saber cómo debían funcionar a una todas sus diferentes partes.

A medida que Luciano seguía estudiando la Biblia, encontró varias imágenes o ilustraciones de la iglesia. Cada una le ayudó a entender mejor el propósito y el plan de Dios para ella. También descubrió que los que eran miembros de la iglesia tenían ministerios―capacidades especiales para
ayudarse mutuamente. Si los miembros de la iglesia usaban sus capacidades, la iglesia podía cumplir el propósito de Dios. ¡Luciano se asombró al ver cuántas capacidades había!

Usted está a punto de descubrir más acerca del propósito que Dios para su iglesia y los ministerios de sus miembros. Ojalá que las verdades que aprenda en esta lección lo inspiren a ser parte del propósito de Dios y a integrarse en su plan para su iglesia.

Imágenes de la función de la iglesia

Una esposa

Como creyentes en Jesucristo, nos reunimos para adorar a Dios, animarnos unos a otros y dar a conocer a Cristo otros. Al trabajar unidos, logramos hacer más para su Reino. El Nuevo Testamento nos da varias ilustraciones de la iglesia. Veremos tres de ellas: una esposa, un edificio y un cuerpo humano.

El apóstol Pablo usó la ilustración de una desposada para ayudar a que los creyentes corintios comprendieran cuál era su relación con el Señor Jesucristo. Pablo escribió: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo” (2 Corintios 11:2).

Apocalipsis usa esta misma imagen para describir las bodas del Cordero (Cristo) y su esposa (la iglesia). “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Apocalipsis 19:7–8).

Un ángel del Señor habló a Juan, el escritor del libro de Apocalipsis diciéndole: “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero” (Apocalipsis 21:9). Se describe a la iglesia como la esposa de Cristo para ayudarnos a entender nuestra íntima relación con Cristo.

Un edificio

Así como el apóstol Pablo comparó a la iglesia con una esposa, así otro escritor bíblico la comparó con un edificio. Las piedras eran un material de construcción muy común en Israel, por eso era natural que Pedro pensara en las piedras para hablarnos de un edificio. En 1 Pedro 2:4–5 él nos insta a
edificarnos para ser un templo espiritual de piedras vivas. Fíjese que sólo hay un edificio pero muchas piedras, así como hay muchos creyentes pero sólo una iglesia.

Primera Corintios 3:9 también dice que somos edificio de Dios. Nos convertimos en vivienda de Dios. Él vive en cada uno de nosotros los creyentes, pero es también importante que entendamos que todos los creyentes juntos formamos un edificio espiritual donde Dios vive.

Un cuerpo

Una tercera imagen o ilustración de la iglesia la compara con un cuerpo humano (Efesios 1:23; Romanos 12:4–5). El cuerpo de Cristo no es sólo un grupo de creyentes reunidos en un lugar. Sus miembros son como las diferentes partes del cuerpo que trabajan unidas. Aunque son diferentes entre sí, hay unidad de propósito y de corazón. De manera que el cuerpo no expresa la idea de sólo un miembro; se presenta como una unidad completa. El cuerpo de Cristo, la iglesia, se compone de muchos miembros que forman un solo cuerpo que trabaja unido.

El cuerpo en acción

Una de las grandes maravillas de la creación de Dios es el cuerpo humano, que tiene la capacidad de sanarse a sí mismo y de recobrarse después de un accidente o enfermedad. El cuerpo de Cristo, la iglesia, también tiene esta capacidad. Cuando llegan problemas, tiene una manera de sanarse por medio del Espíritu Santo. Esta capacidad de sanarse da mejor resultado mejor si cada una de las partes está presente y todas trabajan unidas. Dios quiere que la iglesia sea un cuerpo saludable al que no le falte ninguna parte. Considere cómo es que trabaja el cuerpo de Cristo.

Cristo es la cabeza

En la Biblia, el ejemplo del cuerpo humano se usa para demostrar la manera en que los creyentes trabajan unidos con Cristo. El cuerpo humano sin la cabeza es inútil. La cabeza de la iglesia es Jesucristo.

En el cuerpo humano, la cabeza dirige al cuerpo y hace que todas las partes funcionen como una unidad. La cabeza controla las actividades del cuerpo. Cuando el cuerpo necesita algo, la cabeza está consciente de ello. De la misma manera es la obra de Cristo, la cabeza, dirigir las diferentes partes del cuerpo para que trabajen unidas y se ayuden mutuamente.

Un hermano podría estar sufriendo y en necesidad de ayuda. Como la cabeza, Cristo le dice a otro miembro del cuerpo que ore por el enfermo. Cuando el maestro se está preparando para impartir un estudio bíblico, él ora y Cristo le da dirección. Acuden a su mente pensamientos que le ayudarán a enseñar. Esta es la obra de Cristo como cabeza.

A veces Cristo nos da instrucciones, pero las desobedecemos. Esto estorba la obra de la iglesia. Se cuenta la historia de una mujer a quien el Espíritu Santo le puso en el corazón que diera dinero a una familia pobre. Ella pensó obedecer pero siempre estaba muy ocupada con su trabajo. Pasaron tres días antes que le diera el dinero a la familia. La madre le dijo: “¡Gracias, muchas gracias! Hace tres días que no comemos y Dios ha contestado nuestras oraciones”.

Como la cabeza, Cristo imparte dones a su iglesia para darle lo que necesita para hacer su obra. Antes de volver cielo, Jesús prometió mandar al Espíritu Santo. El día de Pentecostés, Él mandó al Espíritu Santo (Hechos 1-2). Dios quiere que cada uno de nosotros, como miembros de la iglesia, recibamos el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38-39). La iglesia debe cooperar con Cristo. Cuando nosotros, los miembros de la iglesia, oramos el Espíritu Santo nos ayuda a entender lo que Cristo quiere que hagamos.

 

Siguiente lección