Juan 1
Un hombre llamado Juan
Juan aprende las buenas nuevas
Hace como 2000 años un joven pescador llamado Juan dejó sus botes y sus redes para seguir a un maestro llamado Jesús. Por tres años y medio él y otros once hombres acompañaron a Jesús de pueblo en pueblo en el país de Palestina. Juan y los otros discípulos aprendieron muy bien las lecciones que Jesús les enseñó acerca de Dios y su amor para toda la gente. Más tarde, Juan llegó a ser el amigo más cercano de Jesús.
Juan y los otros discípulos aprendieron de Jesús las buenas nuevas las cuales llamamos evangelio. Evangelio quiere decir buenas nuevas. Ellos aprendieron que Jesús era el Hijo de Dios. Cristo Jesús había venido al mundo a salvar a la humanidad de sus pecados y a darles vida eterna. Antes de que Cristo regresara al cielo les dijo a sus discípulos que compartieran las buenas nuevas con todos en la tierra.
Jesús les prometió a sus discípulos que el Espíritu Santo les ayudaría a recordar todas las cosas que Él les había enseñado. El Espíritu Santo les ayudaría a compartir las buenas nuevas con los demás.
Juan comparte las buenas nuevas
Juan dedicó toda su vida a contar a otras personas las buenas nuevas que había aprendido de Jesucristo. Cuando ya era anciano, Dios le dijo que escribiera las buenas nuevas. Él no podía saber que después se harían copias de éstas para la gente de todo el mundo.
El Espíritu Santo trajo a su memoria las mismas palabras que Cristo había dicho y las obras que había realizado. Escribió cuidadosamente las verdades tan importantes que Jesús le había enseñado. Juan escribió estas verdades en el libro del Nuevo Testamento que lleva su nombre. Se conoce como el Evangelio según Juan.
De la misma manera, el Espíritu Santo inspiró a Juan para que escribiera otros cuatro libros. Tres de ellos eran cartas. El otro era una revelación de lo que sucedería en el futuro. Tenemos estos cinco libros en la Biblia, así como otros que fueron también inspirados por el Espíritu Santo.
Juan escribió su libro en un idioma que la gente pudiera entender: el griego. Puesto que nosotros no entendemos griego, la Biblia ha sido traducida a nuestro idioma: el español. Circulan muchas traducciones de la Biblia en español. La que se sugiere para el estudio de este curso es la Versión Reina–
Valera, Revisión 1960.
El verbo de vida
Lea Juan 1:1–18. Estos versículos son muy importantes porque nos dicen quién es Jesús verdaderamente y por qué vino al mundo. Constituyen la introducción que Juan escribió para su libro. Todo el resto del Evangelio según Juan explica las verdades que se declaran en estos primeros versículos.
El Verbo eterno
Lea Juan 1:1–3 una vez más. Dios nos ha dado a conocer lo que Él piensa por medio de su Palabra escrita, la Biblia, y por medio de su Hijo Jesucristo, quien vino al mundo para contarnos acerca de Dios. Jesús es el Verbo viviente de Dios. Juan escribe que Jesús, el Verbo de vida, fue hecho carne (v. 14).
De Juan 1:1–3 aprendemos que Jesús era con Dios desde el principio. Jesús es Dios. Esta declaración no significa que hay dos dioses. Sólo hay un Dios, pero es trino; tres personas en un solo Dios. Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada uno de los tres tiene una misión especial. Siempre han trabajado unidos.
Dios el Padre, Jesús el Hijo y el Espíritu Santo siempre han existido. Son eternos, sin principio ni fin. Jesús nació en el mundo y se le llama Hijo de Dios, pero siempre había vivido en el cielo antes de nacer. Juan 1:3 dice que todas las cosas por Él fueron hechas, es decir, por Jesús. Colosenses 1:16 también menciona: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra”. El Señor Jesucristo les dio vida a todas las cosas que vemos en el mundo. Además, da vida eterna a los que se arrepienten de sus pecados y creen en Él como su Salvador personal. “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:12).
Luz y vida
Juan 1:4 dice que la vida de Jesús trajo luz a los hombres. De la misma manera en que la luz nos permite ver por dónde andamos, Jesús nos enseña cómo vivir. Nos muestra el camino al cielo.
Muchos no quieren aceptar a Jesús. Prefieren andar en las tinieblas de sus propios caminos. Pero a aquellos que reciben a Jesús como su Salvador personal, se les da el derecho de ser hijos de Dios.
Aunque fuimos creados por Dios, ese simple hecho no nos convierte en sus hijos. Todos hemos hecho lo malo y somos pecadores por naturaleza. Nuestros pecados nos separan de Dios, pero cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, Él quita nuestra culpa y nos da una nueva naturaleza. Nos transforma para que no sigamos haciendo lo malo. A esta gran transformación le llamamos nuestro nuevo nacimiento. Por medio de Él, Dios viene a ser nuestro Padre y nosotros llegamos a ser sus hijos.
Llegamos a ser hijos de Dios, no por algo que hagamos por nosotros mismos, sino al nacer por la gracia de Dios. No somos hijos de Dios por el nacimiento natural. Usted podrá decir: “Yo nací cristiano. Mis padres eran cristianos.” El que sus padres hayan sido cristianos no lo hace a usted cristiano. Usted se convierte en cristiano sólo cuando nace de nuevo por la gracia de Dios.
El Verbo se humanizó
Repase Juan 1:14–18. ¡Dios se hizo hombre! Este es elsuceso más grandioso que jamás haya ocurrido en la historiadel mundo: Dios se hizo hombre. Nos amó tanto que vino a tomar el castigo que nos correspondía y a morir por nosotros. Pero puesto que es Dios, Jesús no podía morir. Era necesario
que obtuviera un cuerpo humano para poder morir por nosotros. Por ello Jesús nació como un bebé en Belén. El Hijo de Dios se hizo hombre para que a su vez hiciera a todos los hombres hijos de Dios.
Dios dio la ley por medio de Moisés, pero no pudimos cumplir con las leyes de Dios. Este fracaso del ser humano nos hacía ver que necesitábamos a un Salvador, Jesús. Por Él recibimos la gracia de Dios: el perdón de Dios de nuestros pecados y una nueva vida, maravillosa, llena de bendiciones.
El mensaje de juan el bautista
Juan 1:6–10 y 15 nos habla de Juan el Bautista, el mensajero de Dios. Este no era Juan, el discípulo de Jesús, quien después escribiera cinco libros de la Biblia, al que nos hemos referido antes. Grandes multitudes acudían a oír la predicación de Juan. Algunos pensaban que él era el Mesías o el Cristo, el Salvador que Dios había prometido enviar. Juan les hizo ver que él sólo era el mensajero de Dios, enviado a decirles que estuvieran listos para recibir al Mesías. Les decía que se arrepintieran y fueran bautizados.
En tiempos bíblicos, cuando un rey viajaba, enviaba a un mensajero delante de él para anunciar su llegada al pueblo. Esto es lo que Juan hizo antes de que Jesús viniera.
El Cordero de Dios
Lea Juan 1:29–34. Las madres de Juan el Bautista y Jesús eran primas. Sin embargo, Juan no supo quién era Jesús en realidad sino hasta que Dios se lo reveló. Parece que tenían mucho tiempo sin verse. Dios le enseñó a Juan que Jesús era el Mesías: el sacrificio por los pecadores, el que bautizaría con el Espíritu Santo, el Hijo de Dios.
A Jesús se le llamó el Cordero de Dios porque los corderos constituían el sacrificio por el pecado. Aquellos que habían pecado y merecían morir podían pedirle a Dios que aceptara la muerte de un cordero en su lugar. Jesús es el Cordero de Dios que Él envió a morir en nuestro lugar para quitar
nuestro pecado.
Los primeros discipulos de jesús
Lea Juan 1:35–42. Dos discípulos (seguidores) de Juan decidieron seguir a Jesucristo. Uno se llamaba Andrés; no se menciona el nombre del otro. Bien pudo haber sido Juan, el escritor del Evangelio que está usted estudiando
Andrés fue a llamar a su hermano Simón, a quien también se le llamaba Pedro. Andrés le dijo que creía que Jesús era el Mesías. Mesías quiere decir “Cristo” o el “Ungido”.
Jesús llama a Felipe y a Natanael
Lea Juan 1:43–51. Felipe le contó a Natanael acerca de Jesús. Al principio Natanael no creía que Jesús fuera el Mesías. Así que Felipe le dijo: “Ven y ve.”
Cuando Natanael fue a ver por sí mismo, se convenció de que Jesús era el Hijo de Dios. Todo el que va a Jesús en oración con un corazón sincero, encuentra la verdad acerca de Jesús. Élse revela a sí mismo por medio del Espíritu Santo. Esta es su promesa (Juan 14:21, 23).
En Juan 1:51 se llama a sí mismo Hijo del Hombre. Este nombre se usa trece veces en el Evangelio según Juan. Nos recuerda que el Hijo de Dios dejó su trono en el cielo y se hizo hombre. Como hombre, Él también fue tentado, pero nunca pecó. Siempre hizo la voluntad de Dios. Como Hijo del
Hombre, nos enseñó lo que el perfecto ser humano puede ser con la ayuda de Dios. Y como Hijo del Hombre representó a toda la humanidad ante Dios. Murió como sustituto de toda la humanidad.
Juan principia su Evangelio diciéndonos quién es Jesús. En este primer capítulo presenta estos nombres de Él: el Verbo, Jesús, Cordero de Dios, Mesías, Cristo, Maestro, Hijo de Dios, Rey de Israel e Hijo del Hombre.